¿Qué es el síndrome del acento extranjero?

En este artículo explicaremos brevemente qué es el síndrome del acento extranjero, una enfermedad neurológica poco común.
El síndrome del acento extranjero

Si una persona de repente comenzara a pronunciar su lengua materna con acento sonaría a una broma. También podría ser el resultado de una extraña cadena causal, como cuando se nos advierte supersticiosamente: «Nunca despiertes a un sonámbulo porque podrías volverle loco». Sin embargo, el síndrome del acento extranjero no es ni una broma ni la realización de una superstición, sino un raro trastorno neurológico.

¿Qué es el síndrome del acento extranjero?

El síndrome del acento extranjero es un trastorno neurológico que se manifiesta en la pérdida del patrón habitual del habla y en un cambio de la melodía del habla del paciente. Las otras personas a menudo interpretan este cambio como un acento en la lengua materna del paciente. Este fenómeno fue descrito por primera vez en 1907 por el neurólogo francés Pierre Marie. Con un número aproximado de 60 casos conocidos, el síndrome del acento extranjero es una enfermedad muy poco común que a veces se presenta después de una apoplejía, un traumatismo craneoencefálico o incluso un fuerte ataque de migraña o una cirugía dental. La persona afectada más conocida, aunque no confirmada, es el cantante George Michael, quien dijo que después de tres semanas de coma, habló durante un tiempo breve con un acento del West Country en lugar de su acento londinense. Sin embargo, debido a la escasez de casos, el síndrome del acento extranjero no ha sido investigado a fondo ni en términos de sus causas y diagnósticos ni en las posibles formas de tratarlo y curarlo.

En los oídos de quien escucha

«Una mujer en Arizona se levanta hablando con acento británico» o «Me desperté de un coma y solo podía hablar chino mandarín»: este tipo de testimonios funciona bien en los titulares, pero descuidan ciertos aspectos importantes:

  • Los aparentes acentos y su interpretación dependen del oído del oyente, y no de la boca del hablante. Recordemos que el acento consiste en transferir los patrones de pronunciación de la lengua materna a la otra lengua. Esto significa que, por definición, no se puede tener un acento en el idioma nativo.
  • Lo que emiten las personas afectadas es, en primera instancia, solo una lengua con un matiz diferente al que suelen tener cuando hablan. Las modificaciones pueden presentarse en la melodía, la calidad del sonido o el tono. Definir esta lengua como un acento es una reacción natural de las otras personas: los oyentes tienden a crear clasificaciones donde no las hay y a buscar características comunes con patrones de pronunciación que han escuchado antes. Sin embargo, esta interpretación puede terminar siendo una simple forma de encasillar en lugares comunes.

Para los afectados es grave

Debemos recordar que el síndrome del acento extranjero puede ser para nosotros una curiosidad médica o una anécdota interesante que se cuenta en las fiestas. Sin embargo, para las personas afectadas se trata de un trastorno del habla causado por un traumatismo grave y psicológicamente perturbador, ya que su escaso diagnóstico impide que sea un fenómeno tan conocido como la tartamudez o el ceceo, por ejemplo. Así, en 1941, se describió el caso trágico de una noruega que había sido lesionada en la cabeza por una metralla durante un ataque aéreo alemán. Cuando comenzó a hablar con un acento supuestamente «alemán», se le imputó ser sospechosa de espionaje y fue excluida de su comunidad. Pero los acentos también pueden implicar estigmatizaciones en tiempos de paz, y no solo en el contexto del síndrome del acento extranjero, sino también en los casos en los que realmente se trata de acentos.

Incluso si el entorno de las personas afectadas no es adverso a los acentos, la pronunciación alterada propia del síndrome del acento extranjero es, por supuesto, un fenómeno completamente diferente. ¿Sospecharías que la persona afectada padece un trastorno neurológico muy poco común? ¿O asumirías que habla con un acento falso para  tomarte el pelo o reírse del idioma y la cultura del caso?

No es muy probable que nos encontremos con una persona afectada por el síndrome del acento extranjero. Entonces, ¿qué ganamos con la lectura de este artículo? Si bien este síndrome es escaso, somos conscientes de los desafíos que implica. Quizás la moraleja de la historia es que no debemos apresurarnos al juzgar a las personas, tampoco a partir de sus habilidades o particularidades idiomáticas. Nunca sabemos qué historia han vivido.

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