Cuando Phoebe, una conocida mía, vino a Berlín para participar en su primera maratón, naturalmente hice todo lo posible para encontrar un lugar estratégico en el recorrido y animarla. Mientras esperaba a que llegara a la meta, caí en la cuenta de que ese día, ella llevaba más tiempo corriendo del que yo llevaba despierta. Me impresionó tanto que me propuse empezar a correr yo también.
Solo hay un problema. Me gusta la idea de correr, en especial todas las ventajas que implica: salud, reducción del estrés, autosuperación, mayor calidad de vida o compartir una afición con otras personas. Sin embargo, no me gusta nada tener que motivarme continuamente. Cuando llega el momento de salir a correr, hace mal tiempo (¡qué casualidad!) o podría volver a hablar con mi mejor amigo por Skype o cocinar algo saludable o pasar la aspiradora… Es fácil encontrar una excusa.
¿Tal vez te ocurre lo mismo en el aprendizaje de idiomas? Fantaseas con mantener una conversación interesante en italiano. O ansías ver por primera vez una película en un idioma extranjero sin subtítulos. Para que tu sueño de hablar un nuevo idioma se convierta en realidad, tienes que dejar de aplazar su aprendizaje de una vez. ¿Y eso cómo se logra? La respuesta es sencilla: tienes que hacer que aprender un idioma nuevo se convierta en un hábito. Es la única manera de lograr que estudiar una lengua forme una parte esencial de tu vida cotidiana. Pongamos un ejemplo: lavarse los dientes. Cepillarte los dientes es lo más normal del mundo. Ya no te supone ningún esfuerzo, no te cuesta ni energía ni horas de preparación, sino que es un simple hábito. ¡Y si dejas de hacerlo, incluso lo echas en falta! Así pues, ¿cómo puedes acostumbrarte a practicar un idioma cada día? Te hemos preparado un plan de 7 días que te ayudará a sentar las bases de forma sistemática para que el aprendizaje de tu nuevo idioma favorito se convierta en un hábito en la primera semana.
Primer día
Ten en cuenta esto: Cuando empecé a salir a correr, había muchos días en los que me levantaba y pensaba: «Hoy iré a correr junto al río y volveré a través del parque.» Solo que nunca pasó de ser un propósito hasta que alguien me aconsejó no apuntar tan alto y, para empezar, limitarme a prepararme para esa nueva actividad, sin ponerla en práctica. ¿Qué significa eso? Saqué las zapatillas de su caja y me las puse, pero sin salir a correr después, a pesar de que, de repente, me apetecía mucho… En el aprendizaje de idiomas puedes aplicar el mismo principio: el primer día te sirve para interrumpir la rutina que tenías hasta ahora y establecer las condiciones para aprender un idioma. Y es más sencillo de lo que parece, ya que el aprendizaje con una aplicación es fácil de integrar en tu día a día como si de un juego se tratara. Tómatelo como un calentamiento: pones las bases de tu nuevo hábito acostumbrándote primero a hacer algo nuevo.
Haz esto: Descárgate la aplicación en tu móvil, tablet, portátil o en todos a la vez. Con un clic tendrás una panorámica de todas las lecciones. Busca una lección, de acuerdo con tu nivel de conocimientos, con la que quieras empezar. Si empiezas a aprender un nuevo idioma sin ningún conocimiento previo, naturalmente deberás empezar por la primera lección. Echa un vistazo a los cursos de gramática. ¡Ya verás que en seguida tendrás mucha curiosidad!
Segundo día
Ten en cuenta esto: Para adquirir un nuevo hábito debes empezar con pequeñas tareas o actos para luego irte exigiendo cada vez más poco a poco. Aunque te apetezca muchísimo pasarte el día empollando verbos alemanes irregulares, al día siguiente como muy tarde ya no te parecerá tan apetecible. En el aprendizaje de idiomas son importantes las pequeñas unidades que en los días siguientes podrás practicar y profundizar. A base de repetir, grabas los conocimientos en tu memoria a largo plazo, y esa es, al fin y al cabo, la mejor motivación, puesto que así te das cuenta de que sí que estás aprendiendo. Así pues, aprovecha este día para, como ayer, establecer las condiciones para aprender un idioma y ponerte a trabajar en una primera lección.
Haz esto: Ya estés en el sofá mientras tienes la cena en el horno o vayas en tren de regreso a casa, al igual que hiciste ayer, enciende el dispositivo que prefieras y abre la aplicación. Selecciona tu primera lección. Escucha la pronunciación de las palabras por parte de nativos. Aprende vocabulario nuevo con ayuda de apoyo visual, rellena los huecos de un texto, repite las palabras y deja que el sistema de reconocimiento de voz te corrija. Una lección solo requiere unos minutos de tu tiempo. ¡Ya verás lo bien que aprovechas ahora los ratos de espera! Tal vez incluso mientras te lavas los dientes.
Tercer día
Ten en cuenta esto: ¡Sé flexible! ¿Llevas retraso y de repente ya no vas a poder empezar la lección siguiente porque tienes que llegar a una cita a toda mecha en moto acuática? Eso no es excusa para no estudiar nada hoy. Y si te estás preguntando qué ocasiones se prestan en tu día a día, te hemos preparado cincuenta. Seguro que has oído muchas veces que los rituales son importantes para afianzar una costumbre, pero también pueden surgir imprevistos. En resumen: ¡no pierdas la espontaneidad! Volviendo al ejemplo de lavarse los dientes, tiene más sentido tener la costumbre de lavárselos dos veces al día que cada día a las siete y media de la mañana y a las siete y media de la tarde.
Haz esto: Anota al menos cinco ocasiones durante una jornada normal en las que puedes aprender un nuevo idioma con ayuda de la aplicación. Aunque ya tengas tu hora favorita para practicar o sepas que de camino a la universidad puedes estudiar muy bien, hoy trabaja la lección correspondiente al menos en dos lugares u horarios distintos. ¿Por qué no mientras tomas el café después del almuerzo? ¿O por la noche antes de las noticias?
Cuarto día
Ten en cuenta esto: Vas por buen camino para lograr que tu nuevo hábito favorito se convierta en parte integrante de tu ritmo diario. Es el momento de pensar sobre el modo en que deseas estructurar el aprendizaje de idiomas en sí para que puedas aprender de forma efectiva el nuevo idioma variando tus técnicas de estudio, y no haciendo lo mismo todos los días. Aprovecha el tiempo del que dispongas para empezar unidades de repaso, en lugar de abordar siempre contenidos nuevos. Para ello, céntrate un día en entrenar tu comprensión auditiva, otro en aprender la ortografía de las palabras más complicadas y el tercero, en ampliar tu vocabulario sobre el tema que decidas. Así afianzas cada vez más tu aprendizaje de idiomas sin dejar de variar dentro de tu método.
Haz esto: Hoy por la mañana no abras la lección que te toque, sino el Repaso. Esta herramienta te permite refrescar los conocimientos que has adquirido en las lecciones anteriores y repetir exactamente lo que todavía no dominas del todo. Así refuerzas en concreto los contenidos que te cuesten más. A continuación puedes anotar en tu cuaderno de vocabulario lo que te gustaría repasar dentro de unos días. En el tiempo que tienes previsto estudiar por la tarde, en lugar de abrir la aplicación, escucha una playlist de Spotify con canciones en el idioma que estás aprendiendo.
Quinto día
Ten en cuenta esto: Que de vez en cuando nos flaqueen las ganas es muy humano. Para interiorizar un nuevo hábito, la motivación es muy importante, ya que puede optimizar tus avances de manera asombrosa. Y es que, si realmente no logras sentir motivación, una recompensa adicional puede ser un buen motivo para terminar la lección. Así te aseguras de que no perderás el hábito solo por tener dudas. Prepárate de antemano para evitarlo pensando en diferentes recompensas motivadoras e incorporándolas a tu método para aprender idiomas. Si asocias una experiencia positiva con el aprendizaje de idiomas, tienes una razón más para animarte a estudiar.
Haz esto: Reflexiona sobre lo que puede ser una recompensa positiva (y saludable) para ti. ¿Puede serlo fruta fresca o una película de misterio? ¡Perfecto! En cuanto hayas terminado una lección, date ese gustazo. Tómate un momento para anotar las posibilidades que te abre (o que ya te ha abierto) el aprendizaje de un idioma extranjero. La próxima vez que te veas sin ganas de ponerte con una lección, solo tienes que sacar esa nota y recordar tus objetivos.
Sexto día
Ten en cuenta esto: ¡Es hora de que el aprendizaje de idiomas se convierta en parte de tu identidad! Al fin y al cabo, es tu nueva afición y quieres que sea un elemento permanente de tu vida. Así pues, cuéntaselo a tus amigos, a tus vecinos y a tus conocidos (si no lo has hecho ya). Recibirás mucha empatía y así evitarás posibles conflictos de intereses (por ejemplo, si estás en el parque con otras personas y quieres sentarte cinco minutos en un banco para practicar vocabulario con tranquilidad). En el mejor de los casos, tus amigos compartirán tu entusiasmo o te considerarán un experto en el aprendizaje de idiomas. Consigue, pues, un público que te acompañe en el camino. Es el mejor estímulo para seguir aprendiendo un idioma. De ese modo, el aprendizaje se irá afianzando en tu vida cada vez más.
Haz esto: Disfruta de lo que progresas con cada lección y compártelo con tus amigos. ¿Quieres hacer una foto, compartir un post o llamar a tus padres? Al margen de lo que prefieras hacer, escucha la respuesta de las personas que te rodean. Háblales de tu motivación para conocer, por fin, un idioma nuevo y cuéntales cómo lo estás haciendo. Puedes dar por seguro que tus amigos te animarán tanto como si estuvieras corriendo una maratón.
Séptimo día
Ten en cuenta esto: La automatización te permite cultivar una costumbre durante semanas, meses y años. El periodista Charles Duhigg, ganador de un premio Pulitzer, investigó la fuerza de los hábitos. Y descubrió que el 45 % de nuestra rutina diaria está dominada por los hábitos, incluso entre las personas que consideran que su vida cotidiana es variada. Pero eso tiene un sentido: nos acostumbramos a ciertas acciones y respuestas para no tener que invertir nuevas energías en tomar decisiones cada día. De ese modo, gracias a los hábitos podemos actuar de forma más rápida y eficaz. Es tan sencillo como parece: en los últimos siete días ya te has acostumbrado a practicar un idioma nuevo todos los días para, por fin, hacer tu sueño realidad.
Haz esto: ¡Enhorabuena, has completado tu primera semana! Ya has sentado las bases más importantes para que el aprendizaje de idiomas se convierta sistemáticamente en un hábito que no deja de ser flexible. Haz un repaso y comprueba lo mucho que ya has aprendido. ¡No hay nada más motivador que poner a prueba tus conocimientos ahora mismo!