Ilustrado por Victoria Fernandez
No es ningún secreto que casi todos tenemos una leve obsesión con el café (europeo o no). Es cálido, reconfortante, energizante y está cargado de tradiciones, sin importar dónde se prepare. Como ya hemos explicado cómo tomar café en la Meca del café, Italia, exploremos ahora cómo se prepara en otras partes del continente europeo.
Europa Occidental
Si pides una taza de café en un café en Francia, muy probablemente recibirás un café diluido servido en una taza grande. Si buscas algo similar al tradicional espresso macchiato italiano, pide un noisette. Y si prefieres un poco de crema en lugar de leche, te recomiendo pedir un café-crème. El café au lait se suele pedir a la hora del desayuno y es el equivalente francés más cercano al delicioso capuchino.
Luego está Alemania, uno de los principales importadores de café del mundo. Alrededor de 1860, el café se consideraba una bebida revolucionaria debido a sus propiedades estimulantes. Hoy en día, los alemanes beben mucho café, especialmente Milchkaffee (literalmente “café con leche”). Las personas más atrevidas deberían probar el Pharisäer, hecho con un cuarto de café, un cubo de azúcar, dos tragos de ron y crema batida. En verano, o en invierno si te gustan las cosas dulces, también te recomiendo un Eiskaffee, pero cuidado eh, no te llegará el típico iced coffee. Tendrás frente a ti un postre hecho de café, helado y crema batida fresca (cubierto con chispas de chocolate si estás de suerte).
Llegamos a Austria, donde en 1683, en Viena, se inauguró la primera cafetería para celebrar el final del fallido asedio otomano de la ciudad. En 1824, los aristócratas de los Habsburgo se encontraban en el Café Frauenhuber para escuchar las composiciones musicales de Beethoven y Mozart. Entre las variantes más típicas, está el Schwarzer (el clásico café negro sin leche) y el Brauner, un café más claro con un poco de espuma de leche. ¿Quieres un café un poco más grande y menos cargado? Entonces pídete un Verlängerter. ¿Te gustan las cosas dulces? El Kapuziner es una buena opción, ya que viene con crema batida.
En Bélgica, el “café pendiente” napolitano (llamado caffè sospeso en italiano) es una de las opciones más populares, y en los Países Bajos, cualquier momento es el momento adecuado para un koffie veerkerd (literalmente “café incorrecto”). Su nombre proviene del hecho de que siempre se agrega una porción generosa (quizás demasiado generosa) de leche a este café europeo.
Península Ibérica
En España, tus esperanzas de beber algo similar a un espresso macchiato se verán truncadas si pides un café con leche. Esta versión tiene mucha más leche que un macchiato estándar. Aquellos que quieran algo más dulce pueden optar por un café bombón, una especialidad valenciana muy extendida, hecha con partes iguales de leche condensada y café. Curiosamente, las capas de café y leche permanecen separadas y visibles cuando se sirven en el vaso. Por otro lado es muy común que veas a las abuelas españolas tomándose algo similar a un café irlandés (a menudo con brandy o ron), el famoso carajillo.
¿Qué mejor opción para el verano que un café con hielo? Es decir, algo como un espresso caliente largo, servido con dos o tres cubitos de hielo en un vaso separado. En Valencia, se le conoce como café del tiempo y se sirve con una rodaja de limón.
Portugal tiene una larga tradición con el café, principalmente debido a los colonizadores portugueses que llegaron a Brasil a principios del siglo XIX, quienes desempeñaron un papel fundamental en la circulación el café por todo el mundo. Dos de las variantes portuguesas más conocidas son el cimbalino, una especie de espresso largo, y el galão, un vaso con tres partes de leche y una parte de espresso.
Islas Británicas
Como bien reza el cliché, es bien sabido que en Inglaterra el té es la bebida caliente por excelencia. Sin embargo, cuando los ingleses toman café, suelen tomar café filtrado, con mucha crema y azúcar, jarabes saborizantes o incluso se decantan por una práctica taza de café instantáneo mezclado con agua caliente. No es el café más exquisito de Europa, pero tengo que aceptar que me encantó.
Hay muchas versiones (e historias) alrededor del clásico Irish Coffee: whisky irlandés, una taza de café y azúcar moreno, rematado con crema fresca batida y fría. Esta dulce mezcla fue inventada supuestamente por Joe Sheridan en 1943, un chef del restaurante del aeropuerto de Foynes que fue vendida como una bebida reconfortante para los pasajeros que se embarcaban en los largos viajes transatlánticos. Para quienes preguntaron si era un café brasileño, la respuesta de Sheridan fue: “¡No, es café irlandés!”.
Norte de Europa
Finlandia aparece en la lista como uno de los principales países consumidores de café per cápita (probablemente porque los países con climas fríos y días oscuros en invierno van de la mano con el consumo de bebidas calientes). Generalmente, el café en Finlandia es largo y muy fuerte. Durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, el café solía “cortarse” y combinarse con sustitutos como cebada, centeno, achicoria, nabo y otras hortalizas de raíz. El café ligero y filtrado se llama Kahvi y, a menudo, se toma con una gota de leche. Se suele servir en una kuksa (taza de madera) y siempre se deja acompañar con un pulla (un pan dulce).
Una mañana sueca no está completa sin un abundante desayuno y una generosa taza de café. Al igual que los finlandeses, los suecos ven el consumo de café como un ritual medio “sagrado” y agradable; por lo general prefieren tomarse una taza grande y fuerte con leche en lugar de un esspreso. Y hablando del hedonismo, los suecos usan el término fika para describir esa agradable actividad de ir a un café o tomarse un descanso del trabajo para tomar un café (en este caso: fikapaus). Se cree que la palabra fika es una adaptación en slang de kaffi, una antigua palabra sueca para café. Fika es un momento muy valorado por muchos suecos: ir a una konditorier (panadería) y disfrutar de un fikabröd (pan dulce) es algo que no deberás perderte si visitas Suecia.
Dinamarca no es una excepción en lo que respecta a la cultura del café prolífica. El espresso es una opción popular, tanto para sentarse a tomarlo en los cafés como para llevar. Cabe señalar que los daneses prefieren una mezcla suave de café arábica, con un tostado más ligero que resulta en un café mucho más largo en comparación con el estándar italiano (filtrado y ligeramente ácido). Finalmente, en Noruega te encontrarás con una forma bastante extraña de tomar café, llamada karsk. Es consumido por los agricultores del norte, que colocan una moneda en el fondo de una taza y vierten café hasta que la moneda ya no es visible. Luego, se vierte tanto licor como sea necesario hasta que la moneda se pueda ver nuevamente. 🤪
Grecia
En Grecia, es la forma en que se prepara el café lo que lo distingue: el método proviene de una tradición yemení, mucho antes de que el proceso de filtración entrara en uso. Con el fin de extraer todos los nutrientes, el café se hierve inmediatamente en un briki, una olla de latón a menudo decorada con motivos. En la superficie, se forma una espuma (llamada kaimaki), que hace que el café crezca, y redondea su sabor fuerte. Esta es también la forma de medir qué tan bueno es el café: cuanta más espuma hay, mejor. Una vez que la espuma se derrama de la olla, ¡el café está listo para ser servido!