Para los auténticos francófilos, aprender francés es solo una pequeña parte del proceso. Si te quieres “afrancesar” de verdad, necesitas otro tipo de dominio: entender la mentalidad francesa.
- Mientras estés disfrutando de una deliciosa comida, habla sobre OTROS platos apetitosos que ya has comido, que podrías comer, que comerás, que deberías comer, que quieres comer y que indudablemente tienes que comer.
- Asegúrate de que tienes un sentido del humor fuerte y resistente. A los franceses les encanta la ironía y suelen gastar bromas a todo el mundo. No malinterpretes una broma inofensiva como si fuera una grosería.
- Tienes que estar preparado para debatir cualquier tema, aunque no tengas ningún motivo para hacerlo. La frase “tengo que discrepar un poco” puede aparecer en toda conversación en cualquier momento.
- Aprende a buscar el lado negativo de cualquier situación aunque sea buena porque siempre existe un “pero”.
- Vístete principalmente de color azul, gris, negro o blanco: así evitarás la posibilidad de vestirte de un modo que pudiera resultar embarazoso (faux pas). La moda faux pas no se puede aceptar.
- La comida prevalece sobre TODAS las cosas y los buenos manjares siempre se tienen que disfrutar con un buen vino.
- Olvídate de esa idea romántica y errónea de la “ciudad de las luces”. Sí, París es para los enamorados, ¡pero solo si eres un turista!
- Tómate la libertad de quejarte abiertamente. Es una forma aceptada de autoexpresión.
- Pasa las horas sentado alrededor de una mesa con tu familia y amigos y quédate ahí todo el tiempo hasta que no traigan más comida.
- ¡No eres el único que comete faltas de ortografía! Incluso los franceses luchan por escribir bien su propio idioma (¿Cuántas enes o emes llevaba esta palabra? ¿Cómo era esa absurda regla ortográfica que debería aplicar para esta frase en concreto?).
- ¿Tienes algo por decir? ¡Sal a la calle a manifestarte!
Como consejo extra te recomiendo que aprendas alguna de estas 10 expresiones en francés que te harán lucir más autóctono.