Los primeros años de colegio no son solo para aprender a leer y a escribir, también es el momento de empezar a pensar en lo que queremos hacer de mayores. Recuerdo perfectamente el día que nuestro profesor nos enseñó el concepto de elegir un trabajo. La idea de tener que escogerlo desde la perspectiva de unos niños de 6 años nos cautivó y no perdimos el tiempo. En seguida se eligieron los trabajos más populares, como el de astronauta, el de futbolista o chef de cocina, pero yo pensé en algo un poco más estratégico: lo que yo realmente quería hacer era viajar, así que intenté pensar en un oficio que me lo permitiera y elegí nada más y nada menos que: ¡ser cowboy! ¡Te puedes reír, pero si hubiera dicho “nomad barber” te habrías reído igual!
Los sueños de la infancia nunca mueren
Miguel es un emprendedor de 29 años de Liverpool, Inglaterra, y es conocido también como el nomad barber: un barbero mago de la cuchilla que se dedica a viajar y cortar y arreglar barbas para su serie documental. La primera vez que vi los vídeos de Miguel en YouTube, me emocioné y me sentí inspirada y supe que tenía que conocerle.
Como el nomad que es, Miguel pasa gran parte de sus días en la carretera, cuando le llamé por Skype por primera vez le pillé entre un vuelo y otro. ¡Imaginaos mi emoción cuando me dijo que Berlín es uno de sus destinos! Su barbería está en Neukölln y es uno de los espacios subterráneos más bonitos que he visto últimamente. Tiene todas las estanterías decoradas con productos exóticos para barbas que ha recopilado en sus viajes por el mundo y además, ¡aleluya!, tiene excelentes cafés. Con un café en las manos y sentados en el bar hecho por él mismo y rodeados de aromas especiados, animé a Miguel a que me contara más.
En busca de algo extraordinario
Su amor por las barberías viene de hace tiempo. YO, ilusa de mí, pensaba que las barberías existían con dos propósitos: el de un afeitado apurado impoluto y el de los cortes de pelo clásicos y bien hechos. Para Miguel, sin embargo, las barberías son mucho más: manifiestan la cultura local y suponen un refugio seguro para muchos hombres dentro de su comunidad, además de tratarse de una costumbre relativa a varias generaciones. Miguel ha conocido a señores que han llevado a sus hijos y luego a sus nietos a la misma barbería.
Aunque nuestra tradición indique que la comida y la bebida unen a la gente, Miguel pronto se dio cuenta de que el acto de cortarse el pelo o la barba era también una especie de ritual donde los hombres se desahogaban y compartían y conectaban con el prójimo. Años después de que Miguel decidiera dedicarse en exclusiva a este oficio y mientras le cortaba el pelo a un cliente de 90 años, este le confesó con orgullo que, en toda su vida, nunca había salido de Liverpool, su cuidad natal. Miguel se quedó tan en shock al oír eso que inmediatamente decidió dejarlo todo pausado y se compró un billete al país natal de su padre, Chile. Quería luchar contra esa visión del mundo tan estrecha y quiso conocer de primera mano el país del que su padre tuvo que huir de joven, a cause de la dictadura de Pinochet.
Superando miedos e incertidumbres
Una vez aterrizado en Santiago, Miguel fue directo a lo que le más le gusta: una barbería. En esa época, solo hablaba unas pocas palabras de español y como él dice: “A veces me sentí muy tímido o intimidado por estar en esos sitios desconocidos”. Parte de esa vergüenza o incomodidad reside en no conocer el idioma. Aprender palabras sueltas antes de hacer el viaje no tiene nada que ver con usarlas en la vida real. Eso sí, las dudas pronto se disiparon cuando Miguel empezó a conectar con la gente de allí. “Al final”, dice Miguel, “solo tienes que forzarte un poco a hablar, ¡simplemente hacerlo!”. Ir a Chile, conocer a sus gentes y parte de su herencia cultural fue solo el principio del viaje. En el año que siguió, Miguel visitó 21 países y documentó sus encuentros con otros colegas de profesión, como se puede ver en su serie Nomad Barber.
Aunque Miguel no hablaba bien los idiomas de los sitios que visitaba, siempre buscaba una manera de comunicarse aunque fuera con pocas palabras. ¿Cómo lo hizo? “Siempre he pensado que los mejores mediadores son los niños”, nos explica Miguel. “Los niños de ahora crecen con programas de televisión en inglés y muchas veces les convencía de que me tradujeran para poder comunicarme con los adultos”. En todos los sitios donde ha estado, Miguel siempre ha intentado encontrar esa parte de la sociedad que reúne en la barbería. ¿Quiénes son las personas que hablan de su vida y cuentan sus historias mientras les cortan el pelo o les arreglan la barba? Encontrar la respuesta a esta pregunta es la manera perfecta de combinar su amor por su trabajo y su pasión por viajar.
Alimentando tu inspiración
La serie viajera de Miguel terminó siendo un entretenido documental en forma de archivo de idiomas extranjeros y de cómo estos pueden practicarse alrededor del mundo.
Uno de los viajes más emocionantes de Miguel le llevó a Calais, el campo de refugiados que se encuentra en lo que llaman “la jungla”, para ser precisos. Inspirado por el pasado migratorio de su padre, Miguel quiso conocer a las personas cuyos destinos parecen algo tan controvertido para los medios de comunicación. Su padre una vez le dijo, hablando de su viaje a Europa desde Chile, “Ojalá alguien me hubiera ofrecido un corte de pelo para haberme hecho sentir un poco mejor conmigo mismo”. Armado con tijeras y cuchillas de afeitar, Miguel decidió que lo mejor que podía hacer para conectar con los residentes de la jungla era ofrecer los servicios a los que su padre no tuvo acceso.
Viviendo una vida cosmopolita
Antes de empezar a viajar, Miguel abrió una barbería en Londres llamada (¿te atreves a adivinar?) Nomad Barber. La barbería triunfó rápido y atrajo tanto a hombres como a mujeres que se dedican al mismo oficio. Gracias a eso, Miguel encontró tiempo libre para viajar y fue en un viaje a Berlín donde se dio cuenta de que faltaba un poco de diversidad en la escena peluquera y barbera. Para él, esto era una gran oportunidad de negocio. Alquiló un espacio y decidió expandir su afeitado británico más allá de las fronteras. De esta manera, Miguel consiguió establecer una cultura alrededor del oficio de barbero y formó un equipo y una comunidad fiel alrededor de su barbería en Berlín Neukölln.
Hasta ahora nunca he necesitado un afeitado y, seamos sinceros, seguramente nunca lo necesite. ¿Qué es lo que tanto me atrae de esta historia entonces? Dos cosas: sus ganas de aventura y su espíritu emprendedor. Todos hemos soñado con viajar y conocer sitios increíbles, ¿y qué se ha puesto de por medio? El trabajo o la familia, pero Miguel nos muestra que hay maneras creativas de vivir tu pasión y además seguir adelante con tu vida. Asimismo, nos enseña que el pequeño esfuerzo para poder comunicarse e interactuar con la gente definitivamente merece la pena.
¿Quieres conocer nuevas culturas? ¿Te surge curiosidad cuando piensas en países y lugares que no has conocido? ¿Te gustaría escuchar anécdotas increíbles en otros idiomas? Si eres como yo, habrás contestado que sí a estas preguntas sin casi dudarlo. Prepárate para explorar el mundo y la próxima vez que te sientes en una butaca de una peluquería o barbería, asegúrate de compartir tu historia.