4 trucos para poner en práctica cualquier idioma nuevo en tus próximas vacaciones

Ir a un lugar sin conocer nada de su idioma es como visitar a una ciudad nueva sin mapa, ¡te puedes perder muy pronto! Si quieres vivir una experiencia más completa echa un ojo a estos 4 consejos.
4 trucos para poner en práctica cualquier idioma nuevo en tus próximas vacaciones

Ilustrado por Victoria Férnandez

Tu zona de confort puede ser un lugar peligroso. Vivir en un ámbito familiar no te permite ponerte retos, crecer y aprender cosas nuevas. Desde la comodidad del sofá te limitas a hacer proclamas como: “Algún día aprenderé español. Algún día visitaré Suramérica. Algún día…”.

¿Nos permites sugerirte con humildad que intentes apresurar la llegada de ese “algún día”? ¿Qué tal en tus próximas vacaciones? ¿O ya estás planeando ir a algún lugar dentro de tu zona de confort? ¿De nuevo Pittsburg? ¡Imposible! Cambia tu guión y visita ese lugar al que siempre has querido ir y que has evitado solo porque no hablas el idioma. Bien, ¡ha llegado la hora de reservar los billetes! Porque con Babbel solo necesitarás tres semanas de aprendizaje para que puedas hablar el idioma desde el momento en que bajes del avión. Suena increíble, pero es verdad. Tres semanas son un tiempo suficiente para adquirir habilidades básicas de conversación en un nuevo idioma (incluso lo comprobamos aquí). No hablarás a la perfección, pero tendrás suficientes palabras y frases en tu cerebro para comenzar a conversar con las personas (y a entenderlas también, por supuesto).

Naturalmente, las vacaciones te ofrecerán por sí mismas una tonelada de oportunidades para ampliar lo que has aprendido y consolidar tus nuevas habilidades idiomáticas. En casa siempre podrás practicar el nuevo idioma a través de medios como la prensa, la música, las películas y los podcasts, pero hablar realmente con las personas del lugar en el idioma que estás aprendiendo es una excelente manera de aumentar tu comprensión y fluidez.

Pia Leong, colaboradora de nuestra revista, puso a prueba su español de nivel de principiante durante una legendaria excursión en bicicleta por toda Suramérica en compañía de su novio Jimmy. Su ruta comenzó en el sur de Argentina, atravesaron el país en dirección norte, pasaron a Chile, después de cruzarlo llegaron a Bolivia y, finalmente, terminaron en Cusco, Perú, seis meses después de haber comenzado.

Jimmy ya hablaba español, pero Pia se encontraba en la etapa inicial de su aprendizaje. Tenía que ponerse al día y estaba decidida a hacerlo hablando con cuanta gente pudiera. En sus travesías descubrió cuatro trucos importantes para aprender un nuevo idioma mientras se viaja y los puedes leer a continuación. Usando estos cuatro trucos, Pia pasó de ser una absoluta principiante del español a ser una hablante con grandes capacidades comunicativas (y muy segura).

1. Confía en el contexto para obtener pistas

Comunicarte con extraños en un nuevo idioma puede parecer intimidador, pero tienes una carta muy útil debajo de la manga incluso desde antes de que comiences a hablar: el contexto. ¿Dónde te encuentras? ¿En una tienda de souvenirs, un puesto de frutas, una esquina? ¿Qué personas están a tu alrededor y qué están haciendo? ¿Qué piensas decirles? Todos estos factores delimitan los posibles temas que podrían surgir en la conversación, lo cual reduce el número de palabras que probablemente vas a escuchar. En el video de arriba, Pia habla con Marcedonio sobre cómo hornear pan. El contexto determina el vocabulario y a la vez le da a Pia pistas útiles cuando escucha palabras nuevas y desconocidas.

Así que tómate un minuto para observar tu entorno antes de hablar. Revisa mentalmente el vocabulario relevante, prepara tus preguntas, imagínate cuáles podrían ser las respuestas que recibas. ¡Estupendo! ¡Estás preparado/a para iniciar una conversación!

2. Haz cientos de preguntas

Si le preguntas a alguien “¿Qué es eso?” o “¿Cómo se llama eso?”, puede surgir una conversación que al mismo tiempo es una lección de vocabulario. Basta con un mínimo de partículas interrogativas para mantener la conversación, como demuestra Pia en el video de arriba. Con preguntas sencillas acerca de las plantas del vivero, Pia consigue que Lucía se encargue de la mayor parte del diálogo y puede practicar así su comprensión auditiva en español.

3. Consigue que una persona del lugar te explique en vivo cómo hacer algo

Cuando alguien te explica en vivo cómo hacer algo, tienes aún más contexto para comprender lo que está diciendo. En esta situación, el nuevo vocabulario que aprendes está directamente relacionado con las acciones y los objetos. Aunque te sientas bombardeado/a con palabras nuevas y desconocidas, tienes algo concreto para conectarlas. En el video de arriba, Pia aprende nuevo vocabulario en una granja lechera de la manera más difícil: ¡tiene que tratar de ordeñar una vaca! Pero también es capaz de utilizar este truco en un contexto menos agitado, el taller de una tejedora (que puedes ver a continuación).

4. ¡Repite, repite, repite!

Pía es ya una entrevistadora experta en español cuando ella y Jimmy llegan a Bolivia. En el video de arriba, observa cómo es capaz de hacer preguntas más complejas a Andrew sobre el proceso de producción de sal que las que podría haber hecho cuando comenzaron su viaje en Argentina.

Y ahora compara el video de abajo con el primero. Notarás el notable progreso del nivel de español de Pia. En el curso de su viaje, su vocabulario no solo se amplía gracias a que conoce a más personas y aprende nuevas palabras en nuevos contextos, sino que el simple acto de hablar se va haciendo cada vez más fácil.

En el video constatamos que Pia se siente más cómoda y segura a la hora de iniciar conversaciones, y que habla español de una manera mucho más rápida y fluida. Es realmente un buen resultado, y para conseguirlo solo fue necesario el buen método clásico: ¡la práctica!

Aprende un idioma antes de tus próximas vacaciones
¡Empieza antes de que sea tarde!
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