Danzas populares y tradicionales europeas

Ponte los zapatos de baile y vayamos juntos a descubrir las danzas folclóricas y tradicionales de Europa.
Bailes europeos

«Bailad, bailad; si no, estamos perdidos»: eso decía Pina Bausch, reina indiscutible de la coreografía contemporánea, maestra del Tanztheater (teatro danza) y bailarina alemana. 

Esta breve cita expresa a la perfección una necesidad primordial, desde siempre innata en las personas, que es la de expresarse a través del movimiento corporal sobre una base temporal (un ritmo interno o externo, musical) y de moverse en relación a un espacio para habitarlo.

Si hoy se piensa en la danza principalmente como en una actividad placentera de entretenimiento o interacción social, una disciplina deportiva o un espectáculo para el tiempo de ocio, en la antigüedad la danza estaba impregnada de importantes ritos devocionales y en ciertos casos se consideraba una auténtica forma de oración, de modo similar al canto.

La danza revela muchas cosas de quienes la practican, así como de los usos, las costumbres y las tradiciones de los pueblos. Algunas formas de baile se perdieron o se transformaron, mientras que otras, afortunadamente, se siguen transmitiendo como un bien valioso y compartido que representa una identidad concreta. Hoy nos ocuparemos precisamente de algunos de estos bailes europeos tradicionales.

Italia

Se dice que el italiano es un pueblo “de santos, poetas y viajeros”, pero tampoco se le dan mal las danzas tradicionales y folclóricas. Veamos unas cuantas recorriendo el país del norte al sur…

En el norte, y específicamente en la región de Alto Adigio y Tirol del Sur, al igual que en la vecina Austria, todo el mundo sabe qué es el Shuhplattln: una danza en grupo, veloz y acrobática, formalizada en 1850 sobre la base de antiguas danzas de cortejo (cuyo origen parece remontarse a cerca del año 1000). Los bailarines, predominantemente hombres, dispuestos en línea o en círculo, vestidos de pies a cabeza con atuendos tradicionales y acompaños por un acordeón que aporta una inconfundible música típica, baten palmas, golpean el suelo con los pies, saltan, hacen veloces piruetas e incluso entonan un canto jodel. Se requiere una gran coordinación, algo más fácil de decir que de hacer. En el canal Arte puedes encontrar una primera lección.

De las regiones centrales de Italia, Toscana, Umbría, las Marcas y el Lacio, recordaremos el trescone, un baile campesino de origen alemán y medieval, cuyo nombre y movimientos remiten a la cosecha o a la tresca, es decir, a los amoríos o enredos amorosos. Aparece citado en Dante y Boccaccio y se ejecuta en pareja (así). También en estas zonas se conserva el salterello (o la saltarella), una danza alegre y no codificada que, según ciertas fuentes, deriva de la saltatio extendida en la antigua Roma y según otras, se origina en el medievo como danza de cortejo, bailada por los aristócratas renacentistas a mediados del siglo XV, y de la que cada corte tenía su propia variante.

En cambio, en el sur todavía están muy extendidas algunas danzas folclóricas derivadas de la tarantella. Cuenta una leyenda que esta danza nació como danza dionisiaca; otra dice que acompañó al canto de las sirenas para hechizar a Ulises. En cualquier caso, no se formalizó hasta el siglo XIII, cuando se le incorporaron los elementos propios de la danza de Tarentum, el actual Tarento, en el Salento; sin embargo, su contenido simbólico se reduce y se convierte en danza de amor pasional… o ineludible invitación a celebrar con alegría cualquier ocasión festiva.

Mujeres y hombres ataviados con trajes tradicionales interpretan diversos fraseos que contemplan posiciones de apertura y cierre, saltos, figuras cruzadas, pasos de punta y tacón, rondó, etcétera, acompañados por instrumentos tanto clásicos (violín, guitarra y mandolina) como populares (castañuelas y pandereta). Se baila, con numerosas variantes locales, también en Calabria, en Sicilia y en Apulia, donde se la conoce como pizzica tarantata (como el Baile de San Vito o la Pizzicarella).

Esta danza parece derivar históricamente de un antiguo ritual simbólico salentino, cuyo origen se remonta a principios del siglo XVIII. Se trataba de un ritual de curación, precisamente a través de una danza predominantemente femenina, del tarantismo, un síndrome histérico y compulsivo extendido en el Mediterráneo, que se consideraba provocado por el mordisco de una araña, la tarántula, y por la picadura venenosa de los escorpiones y otros insectos. Se decía que la dolencia provocaba depresión y melancolía, agitación e incluso convulsiones histéricas y se creía que al ejecutar esta danza muy rápida y rítmica, habitualmente con los pies descalzos y ropas amplias, con el sudor se expulsaría del cuerpo el veneno causante. Naturalmente también se practicaba en contextos religiosos e íntimos, como expresión de celebración o de intencionalidad de cortejo. 

Alemania

También en Baviera, una región muy cercana a los montes Dolomitas italianos, la danza tradicional más popular es sin duda el Shuhplattln, que ya hemos citado al hablar de los bailes del norte de Italia. Sin embargo, se dice que esta danza, una de las más antiguas del mundo, nació aquí alrededor del 3000 a. C. El Ländler, en cambio, es un baile con saltos que en ocasiones se acompaña de jodel y que parece haber influenciado al vals, puesto que lo interpreta una pareja que baila abrazada o bien espalda contra espalda. Esta danza también tuvo una gran influencia en la música de la época de Beethoven y Schubert. El vals no tardó en convertirse en el baile por excelencia de la alta sociedad.

Francia

La tradición de las danzas populares francesas es muy antigua y varía según cada región; sin embargo, parece que siempre están ligadas a un significado preciso, a pasajes determinantes del ciclo de la vida, a ritos de iniciación y prácticas mágicas o religiosas. En Bretaña aún se advierte un fuerte vínculo con las tradiciones célticas y el corpus de danzas es muy variado, pues se cuentan en más de un centenar. En general se bailan en un círculo (cerrado), llamado an dro (literalmente, el círculo, el viaje, la ronda). La más famosa es sin duda la de la región de Morbihan, danza sacra que sigue una melodía repetitiva y en la que el bailarín se pierde en el grupo. En algunos casos, el círculo puede abrirse para convertirse en semicírculo (hanter dro o haunt dro). ¡Voilà un tutorial para aprender!

Las danzas occitanas están presentes también en Italia, particularmente en el territorio piamontés, y abundan sus variantes, pues cada valle tiene la suya propia. Es imposible repasarlas todas; recordemos el antiguo (medieval) bourrée de cortejo entre dos enamorados, un juego astuto de acercamientos y huidas, audacia y timidez; el rigodon provenzal, caracterizado por los pasos saltados, o el rondeau en pareja, que sigue un movimiento circular repetitivo. Y, para terminar, la quadrille, también conocida como danse des sabots, cuyo origen parece remontarse al siglo XVII: aún hoy, durante las celebraciones más tradicionales de la víspera de la boda, el novio le regala a su prometida un par de sabot (zuecos) negros, amarillos o azules, decorados con motivos florales simbólicos.

España

El flamenco se considera en todo el mundo la danza española por excelencia y en 2010 fue reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. El origen del nombre es motivo de un amplio debate; podría recordar a la expresión árabe felag-mengu (literalmente, campesino errante), que haría referencia a los moriscos, que fueron expulsados por la Inquisición, o bien remitir a la región de Flandes, en la actual Bélgica, cuya relación con el cante y baile flamenco y el pueblo gitano andaluz tratan de explicar variadas hipótesis; y, en último lugar, también podría ser una referencia visual a la llama de fuego (flameante, ardiente) por el aspecto de los bailaores.

El baile consta de una serie de movimientos corporales estrechamente ligados a un cante quejumbroso, emotivo e intenso, que se desarrolla a finales del siglo XVIII entre Sevilla, Cádiz y Córdoba, como expresión del pueblo gitano en Andalucía. Inicialmente solo se acompañaba del cante, un texto cantado ‘a cappella‘ y reforzado con sonidos rítmicos corporales (como las palmas o el taconeo). No es hasta mediados del siglo XIX cuando se introduce la guitarra de acompañamiento, además de instrumentos de percusión característicos como las castañuelas.

El baile flamenco nace como danza individual (masculina y femenina) de gran dificultad técnica y se lleva a cabo con complejas coreografías con cualidad emotiva que describen sentimientos y estados de ánimo. Por este motivo al bailaor no le puede faltar intensidad interpretativa y tiende a alcanzar el duende, que viene a ser un estado de gracia. Desde su posición, a menudo aislada, es el centro de atención de su público, al que desafía con la mirada. Los movimientos —algunos más femeninos y sensuales, como los de los brazos, las manos y las caderas y otros más masculinos, cadenciosos pero impetuosos— siguen las leyes de la gravedad; no son arrebatos, sino una referencia continua a la tierra.

Recordemos, además, las sevillanas, un baile de pareja muy sensual, y la sardana, típica de Cataluña (aunque de origen sardo), que se baila en círculo; para terminar mencionaré la jota, cuya etimología podría provenir de una palabra mozárabe que significa salto. La jota está extendida por gran parte del país y es muy distinta de una región a otra. Es una representación escénica que en Valencia, donde parece tener su origen, antiguamente acompañaba a las ceremonias fúnebres, como la solemne Dansa del velatori, que se interpretaba cuando había muerto un niño.

Portugal

Continuando el rastro de las danzas del sur de Europa, en la región central del Ribatejo está especialmente difundido el fandango, un baile de origen español interpretado por hombres que alterna pasos a dúo con coreografías solistas en las que cada bailarín demuestra su agilidad y su destreza. Originariamente se bailaba para celebrar momentos importantes para la colectividad, festejos y celebraciones de un pueblo de fiesta. El origen de la palabra podría indicar trasiego o alegre estrépito. En otras regiones también encontramos danzas típicas, como el corridinho, un baile de pareja del Algarve, en el sur del país, o la vira, la cana verde y el malhão, bailes ejecutados en círculo o con rápidos giros de pareja de la región del Minho, en el norte.

Grecia

El sirtaki es la danza popular griega más conocida. No puede considerarse realmente “tradicional” porque no fue formalizada hasta el 1964 por la película Zorba el griego, con un bailarín de excepción, el magnífico Anthony Quinn (aquí puedes ver de nuevo la escena final). ¿Cómo nació? Uniendo dos versiones, una más lenta y otra más rápida, del jasapico, danza de origen turco, cuyo nombre significa baile del carnicero, y que surgió en la edad media a partir de movimientos que imitan una batalla con espadas, que deriva del arte militar de la época bizantina.

Inglaterra

La morris dance de los ingleses tiene un origen antiguo (existen fuentes que citan la mitad del siglo XV) e incierto. Su nombre deriva probablemente del latino mores, costumbres. Se trata de un baile ejecutado habitualmente por un grupo de hombres que manejan con agilidad bastones, espadas o pañuelos, saltando y recreando una especie de combate (un ejemplo y otro).

Irlanda

También a los irlandeses les encanta bailar, con ritmos vivaces y saltarines y distintos estilos, en solitario o en grupo; su característica común es la extrema vivacidad de la parte inferior del cuerpo (juegos de piernas y pies, con golpes de punta y tacón) que contrasta con el relativo estatismo de la parte superior. Recordemos las jigs o gigas, antiguas danzas corales difundidas en toda Europa y caracterizadas por un movimiento alegre, veloz y fantasioso, que muchos compositores barrocos adoptaron para sus obras, las hornpipes (probablemente danzas de marineros, llamadas así por el instrumento con que se acompañaban, el corno) y las céilí (pronunciado queili). De esta última, hallamos una muestra en la película Jimmy’s Hall (2014) de Ken Loach, que habla de la resistencia de un grupo de jóvenes irlandeses decididos a salvar el salón de baile de un pueblecito, convertido en centro cultural y de integración social durante la guerra civil. A estas danzas cabe añadir la tap dance, derivada de la clog dance, que se solía bailar con zapatos de suela de madera para generar una percusión determinada y que fue lanzada a la fama mundial por el espectáculo teatral Riverdance (1994).

Noruega

Las danzas populares noruegas son muy variadas y antiguas, estrechamente ligadas a las tierras del norte: se trata principalmente de bailes de grupo o de pareja, pero no faltan las danzas individuales; tienen en común un movimiento rotatorio continuo, individual y coral. La danza folk más característica, llamada halling, es totalmente improvisada, tanto en cuanto a los pasos como en cuanto a la música; al final, la mujer sostiene un sombrero con un bastón y el bailarín trata de alcanzarlo, así. Existe también la springar, que podría recordar vagamente una saltarella en pareja, y la gangar de cortejo. Para acompañarlas se toca un instrumento particular, el hardingfele (violín de Hardanger), antiguo instrumento de arco tradicional (el ejemplar más antiguo que se conserva data del 1651) decorado con motivos florales incrustados. Se distingue del violín por la presencia de dos o más cuerdas de resonancia colocadas bajo las cuatro habituales.

Suecia

También el repertorio sueco comprende muchísimas danzas y estilos, de los que solo recordaremos unos cuantos: stig vals, hambo, schottis y polske. Estas últimas se caracterizan, en cuanto a la música, los pasos y el estilo, por diversos e innumerables regionalismos. Nos detendremos un momento en el schottis, un baile de grupo formado por parejas. Este baile, que experimentó un auge a mediados del siglo XIX, está vinculado a variedades presentes en toda Europa y América, aunque su nombre remite a un origen escocés.

Hungría

La csárdás, o zarda en español, como suele suceder, no es solo una danza folclórica, sino también un género de música húngara; nació en las tabernas (de las que toma el nombre), durante el siglo XIX, como danza de cortejo. Rítmicamente tiende a acelerarse cada vez más, desde un comienzo lento (iassu) hasta un final libre, rápido e impetuoso (friska). No se puede olvidar el vínculo de la música clásica con esta danza durante dicho siglo. Brahms escribió nada menos que 21 danzas húngaras inspiradas en la música zigana del Danubio, precisamente porque se confundían con esta, pero no fue el único: Liszt incluyó varias de ellas en sus 19 composiciones de rapsodias húngaras (por ejemplo, czardas macabre), al igual que Strauss, Schubert y Chaikovski, en su célebre ballet El lago de los cisnes.

Rusia

Las danzas tradicionales rusas son inconfundibles y pueblan nuestro imaginario desde siempre, pues sus rasgos identitarios son muy marcados. La cultura rusa une con sabiduría la elegante tradición clásica y académica con una vena más popular. Dada la base acrobática de sus bailes, es necesaria una muy buena preparación física y técnica, que está presente en los orígenes del ballet. Las danzas y los cantos tradicionales de Rusia, como la célebre Kalinka, han sido confiadas a verdaderas instituciones como el Coro del Ejército Rojo, hasta el trágico accidente aéreo de 2016, en el que perdieron la vida 60 miembros del coro (que se volvió a formar en 2017). Este, pues, es custodio e intérprete de las músicas y las danzas populares de todas las antiguas repúblicas de la extinta Unión Soviética, un rico y variado patrimonio de tradiciones, acompañado por instrumentos como, principalmente, la balalaika. En Rusia también se baila el gopak, que en seguida veremos en qué consiste, aunque en otras tierras y con una grafía ligeramente distinta.

Ucrania

En el sur de este país, ya en el siglo XVI, tiene su origen el jopak (literalmente, danza de los cosacos), nombre que deriva del verbo jopati, saltar. Parece que antiguamente era ejecutada por los soldados para celebrar una victoria, simulando escenas de la batalla. Si bien en sus comienzos se trataba de una expresión decididamente viril y marcial, hoy se practica en grupo, con hombres y mujeres vestidos con los amplios, “floridos” y coloridos trajes tradicionales. Se presenta como una danza muy rápida y espectacular, con piruetas, golpes en el aire y pasos agachados; los movimientos de los hombres, que siempre son los protagonistas, derivan de las antiguas artes marciales cosacas.

¿Alguna vez has intentado bailar alguno de estos bailes europeos? ¿Conoces otros? 

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