Las diferencias entre el sentido del humor en español y en inglés, según un comediante bilingüe

Después de hacer comedia en diferentes países y diferentes idiomas, ¿por qué el sentido del humor en español no funciona bien al ser traducido al inglés? La respuesta yace en la relación entre el humor, la cultura y el lenguaje.
El sentido del humor en español depende del lenguaje y el contexto

Cuando recién empezaba a hacer stand-up en los Estados Unidos un comediante se me acercó, impresionado no por mis chistes, sino por mi habilidad de contarlos en un idioma no nativo. “Aprender un idioma es ya un reto,” me dijo en inglés. “¿Pero contar chistes en otra lengua? ¡Increíble!”

Comedia en dos idiomas

No le dije a este extraño el secreto que he guardado desde que empecé: es más fácil para mí hacer comedia en inglés que en español. No le dije que, para hacer comedia, necesitas una perspectiva diferente, un ángulo fresco, y que no hay nada como un idioma ajeno para aprender sobre las excentricidades de la gente que lo habla. Es por eso que cuando regreso a Ecuador y hago comedia allá, o cuando hago un show en español en los Estados Unidos, generalmente estoy más nervioso, y generalmente me va… no tan bien. Los extraños no se me acercan impresionados, allá. 

Ese extraño nunca lo supo, pero esa interacción desencadenó en mí una serie de preguntas y reflexiones. Primero, ¿cómo afectan el lenguaje y la cultura a nuestra percepción del humor, y cómo las he asimilado, consciente e inconscientemente, para adaptarme a audiencias en español o inglés? Segundo, ¿cómo ha sido mi exploración de un humor y una cultura ajena en contraste una reflexión de mi propio origen? Y tercero, ¿cómo es posible que este extraño no me haya felicitado sobre mis chistes? ¡Me fue bien esa noche!

El lenguaje del humor

¿Hay en realidad mucha diferencia entre el sentido del humor en inglés y en español? Estoy convencido de que el humor es un lenguaje universal. Siempre habrá maneras de reírnos con otros seres humanos, compartamos o no el idioma, porque siempre tendremos experiencias compartidas. La globalización y la influencia de los medios masivos ha hecho que compartamos experiencias colectivas que pueden servir de referencia cuando reímos. Además, nuestro sentido del humor es individual y no se rige por condiciones colectivas. Todo chiste es en esencia subjetivo. 

Sin embargo, el humor siempre ha cumplido un rol social y cultural. Más allá de los juegos de palabras, hay algo intraducible en el humor de un lenguaje diferente, debido a su conexión a una idiosincrasia cultural y a referencias compartidas. El humor funciona mejor cuando dice poco y sugiere mucho. Y esas sugestiones se basan en experiencias compartidas. Es por esto que el humor no envejece bien.

Tomando esto en cuenta, aquí están ciertas diferencias que he notado en el sentido del humor en inglés y el sentido del humor en español. 

La diferencia en el lenguaje

No es ningún secreto que la estructura de nuestro idioma establece también los parámetros de cómo estructuramos nuestro pensamiento. El uso de fórmulas de retórica en español e inglés son diferentes, y según estudios lingüísticos y sintácticos, iniciados por los patrones retóricos culturales de Robert Kaplan (“Cultural Thought Patterns in Intercultural Education”, Language Learning 16 (1966)), el inglés parece favorecer un patrón retórico que sigue una línea recta para presentar argumentos, mientras que hablantes del español prefieren un estilo digresivo que intenta cautivar al lector a la conclusión de la idea. 

Esto ha sido evidente para mí al hacer comedia en dos idiomas: las audiencias en inglés prefieren chistes concretos, y la economía de palabras es importante para generar humor. Pocas personas en la audiencia tendrán paciencia para escuchar digresiones del mismo chiste. He visto comediantes en español que han extendido la línea final de un chiste por minutos, cosa que sería muy difícil de justificar en inglés. En ciertos momentos la diferencia parece estructural: las oraciones en inglés, al ser más cortas, empacan más significado en menos sílabas, lo que puede hacer que la sorpresa de la línea final de un chiste sea más explosiva. La estructura gramatical del español, que requiere oraciones más largas, significa que la audiencia tendrá más paciencia al esperar esa línea final. 

La lucha entre clases vs. la política de la identidad

Más allá de la estructura del lenguaje, hay elementos culturales y sociales reflejados en las audiencias. Y el humor, al ser reaccionario por naturaleza, presenta un contraste interesante en cómo vemos las estructuras de poder en diferentes lenguajes. Los dos personajes más exitosos del humor Latinoamericano son el Chavo del Ocho y Mario Moreno Cantinflas. El Chavo del Ocho es una serie de televisión sobre un niño que vive en un barril y sus interacciones con sus vecinos. Cantinflas personificó a la humildad y a la sabiduría popular siempre enfrentada al status quo. En Argentina, el grupo teatral Les Luthiers, músicos vestidos en smoking, representan la rigidez de la música clásica en una serie de sketches que rompen con los esquemas de clase. En general, el humor Latinoamericano enfatiza la tensión de clase, y ensalza la resiliencia popular. Esto sucede también en los Estados Unidos, pero allí las audiencias parecen responder más a los roces entre las políticas de identidad y la interseccionalidad. 

Colectivismo vs. Individualismo

Quizás el marco más referencial para el stand-up norteamericano es el humor observacional. Creo que este tipo de humor ejemplifica bien la manera en que lo colectivo se transforma en lo individual. Generalmente en estos chistes el humor proviene al notar algo común, experimentado por todos, como las nueces en un avión, y cómo la experiencia individual del comediante provee una nueva perspectiva. Lo colectivo se vuelve individual. 

En mi experiencia, el humor en América Latina no necesita enfatizar una percepción individual. El humor observacional parece funcionar mejor cuando la perspectiva del comediante se entremezcla con la perspectiva colectiva.

Sátira vs. Ironía

El humor físico, la repetición, la hipérbole y la sátira parecen funcionar mejor en América Latina, donde el humor es más directo, agresivo, y visceral. Las audiencias que hablan inglés prefieren la ironía, la sorpresa, y el sarcasmo. Se me ocurre que quizás la relación con la iglesia Católica, que tuvo una fuerte influencia en lo que se considera tabú en América Latina, creó la necesidad de una respuesta más directa y obvia en el humor. En Estados Unidos es posible que la ironía sea la respuesta a la ideología detrás de la libertad de expresión. 

La globalización y el lenguaje

Estas son tan solo algunos de los temas que he explorado mientras hago comedia aquí en los Estados Unidos. Hacer comedia en otro idioma no ha sido, para mí, un reto, sino un beneficio: me ha permitido navegar estas diferencias de manera más clara y de proveer una perspectiva diferente. A medida que el internet y la tecnología nos ayuda cada vez más a compartir referencias globales, ciertos elementos del humor se volverán cada vez más universales. Pero en general, creo que mi experiencia en la comedia es prueba del beneficio de aprender otro idioma: no solo la de explorar otras perspectivas y comprender otras culturas, sino también la posibilidad de entender y enfrentar los esquemas establecidos por nuestro propio idioma y nuestra cultura. 

Recuerda esto la próxima vez que veas comedia en otro idioma, y recuerda también felicitar al comediante y decirle qué tan maravillosos son sus chistes.

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