Cómo aprender un idioma beneficia a tu cerebro

Así es como tu cerebro aprende un nuevo idioma.

Aprender un nuevo idioma es casi como hacer magia. De repente, se abre un mundo completamente nuevo, tu perspectiva se amplía y descubres una faceta de la vida que no conocías. Por supuesto, aprender un idioma no es cosa de magia, sino de estudio. Pero lo que produce en nuestro cerebro es, literalmente, mágico. A continuación, te presentamos algunos aspectos destacados sobre cómo cambia el cerebro durante el aprendizaje de un idioma.

¿Aprender un idioma puede hacer que tu cerebro sea más grande?

Suena como algo que un niño o niña podría preguntar: ¿aprender cosas nuevas hace que mi cerebro crezca? Resulta que esto es lo que aprender idiomas hace con el cerebro.

Investigadores de la Universidad de Lund en Suecia estudiaron a un grupo de estudiantes de la Academia de Intérpretes de las Fuerzas Armadas Suecas. Los jóvenes reclutas participan en un riguroso programa de aprendizaje de idiomas, lo que brindó a los investigadores una oportunidad única para estudiar cómo el aprendizaje acelerado de un idioma afecta al cerebro. Para el grupo de control, los investigadores eligieron a estudiantes de medicina y ciencias cognitivas de la Universidad de Umeå. La idea era comparar con estudiantes igual de dedicados, pero en campos distintos al aprendizaje de idiomas.

A ambos grupos se les realizó una resonancia magnética al inicio del estudio y otra tras tres meses. Los investigadores descubrieron que la estructura cerebral solo cambió en el grupo de estudiantes de idiomas. Específicamente, las áreas que crecieron fueron el hipocampo —la estructura cerebral relacionada con la memoria y las emociones— y tres áreas de la corteza cerebral. Los resultados sugieren que aprender un idioma es una excelente manera de mantener el cerebro activo y aporta beneficios cognitivos mayores que otros tipos de estudio.

Concentrarse y evitar distracciones

Mejorar la concentración es el sueño de muchos, y un estudio en la revista Brain and Language sugiere que aprender un idioma nuevo podría hacerlo posible. Investigadores de la Universidad de Northwestern utilizaron la fMRI para probar la coactivación y la inhibición. La coactivación en personas bilingües significa que ambos idiomas están activos al mismo tiempo, y la inhibición se refiere a la capacidad de seleccionar el idioma correcto.

Los investigadores pusieron a prueba a personas bilingües y monolingües con una actividad de comprensión del lenguaje. La tarea consistía en escuchar una palabra y luego seleccionar la imagen correspondiente entre un grupo de cuatro. Suena simple, pero el truco estaba en que a cada grupo se le añadió una palabra “competidora”, que es una palabra que suena similar a la palabra objetivo. Por ejemplo, “candy” (dulce) y “candle” (vela).

Los participantes bilingües eran mejores filtrando las palabras competidoras. La fMRI reveló que los participantes monolingües mostraron más actividad en las regiones de control inhibitorio del cerebro, lo que significa que tuvieron que trabajar más para completar la tarea.

Según los investigadores, el estudio demuestra que ser bilingüe conlleva dos ventajas cognitivas. La primera es la capacidad de filtrar la información innecesaria, que es clave para aumentar la concentración. La segunda es que ser bilingüe es como hacer un rompecabezas constantemente, porque el cerebro siempre está cambiando de un idioma a otro. Esto implica que tu cerebro sigue en acción aunque no estés haciendo ninguna actividad de manera activa. Ahora solo falta descubrir el equivalente para el resto del cuerpo.

Retrasar la enfermedad de Alzheimer y la demencia

Al igual que ejercitar el cuerpo, ejercitar el cerebro tiene beneficios considerables para la salud. Ser bilingüe, según distintos estudios, puede retrasar el desarrollo del Alzheimer y la demencia en promedio cuatro años. Los expertos sugieren que aprender un idioma exige un esfuerzo mental que fortalece las células grises y ayuda a prevenir su degeneración.

Aun así, conviene no exagerar el impacto de estos efectos. En este contexto, se considera bilingües a quienes han estado expuestos a dos idiomas desde jóvenes, no a quienes los aprendieron después. Cuando se hicieron estudios con personas que empezaron a aprender un idioma a los 60 años, los resultados fueron más moderados. Esto no significa que no existan beneficios mentales al aprender un idioma siendo mayor, y tampoco hay que olvidar todas las demás ventajas de saber otra lengua. Pero, sin duda, es una buena razón para no postergar más y empezar cuanto antes.

¡Dale un poco de caña a tu cerebro!
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