¿De verdad hacen siestas en España?

Al contrario del famoso estereotipo, los españoles en realidad están entre los habitantes de Europa con los horarios laborales más largos. Aquí te presentamos algunas razones de por qué la siesta no es exactamente lo que piensas.
Una mujer joven tomando una de las siestas en España

Cada estereotipo cultural suele contar con un conjunto específico de circunstancias históricas que lo hicieron posible. Por ejemplo, la imagen de París como una dimensión extremadamente elegante y extremadamente cinematográfica es estadounidense y surgió en Hollywood. Y la imagen de España como un país perezoso bañado por el sol, donde todos se dan el lujo de echarse un sueño al mediodía, probablemente se debe a los esfuerzos del régimen de Franco para promocionar al país en los años 50 y 60, una época en la que España intentaba atraer turistas con la promesa de ser un lugar de «siestas» y buenos ratos.

Sin embargo, si le preguntas a cualquier ciudadano/a en España, «siesta» no es la palabra precisa para describir el país. Una siesta suele tomarse por la tarde. Existen algunos términos alternativos, como «descanso», «descanso de mediodía» y «hora del almuerzo».

Si bien es cierto que en España es habitual hacer una pausa cuando ha pasado la mitad de la jornada, la mayoría de las personas en edad laboral no se van a casa a dormir la siesta. A continuación, verás de qué se trata realmente la «siesta».

La siesta del pasado

Si nos remontamos a los primeros orígenes de esta manifestación cultural, aterrizaremos en la Italia moderna. La palabra siesta proviene del latín sexta, que se refiere a la tradición romana de hacer una pausa a la sexta hora del día.

En su mayor parte, Italia también ha conservado esta tradición (conocida como riposo), pero la historia de España fue importante para que la siesta se convirtiera en un fenómeno cultural propio: el descanso tomado a la mitad del día. Después de la Guerra Civil, era común que las personas tuvieran dos trabajos para mantener a sus familias: una jornada por la mañana y una por la tarde. Tomarse un descanso de dos horas les permitía recargar un poco de energía antes de comenzar su próximo trabajo o desplazarse a otro lugar.

Otro motivo importante para hacer la siesta era combatir el calor del mediodía, especialmente entre los trabajadores del campo. España e Italia no son los únicos con esta tradición: otros países cercanos al ecuador, como Grecia, México, Ecuador, Filipinas, Costa Rica y Nigeria, observan horarios similares.

Estas jornadas laborales (aproximadamente de 9 a.m. a 2 p.m., y luego de 4 p.m. a 8 p.m.) permanecieron arraigadas en la cultura laboral de España, a pesar de que ahora la mayoría de las personas trabaja en áreas urbanas.

Las siestas en España del presente

Ni la siesta es un monolito, ni tiene lugar al mismo tiempo para todo el mundo. Las personas empleadas en oficinas pueden salir a almorzar o a hacer mandados entre las 2 y las 4 p.m. Las tiendas y negocios pequeños pueden cerrar aproximadamente al mismo tiempo. Y los restaurantes cerrarán un poco después, tan pronto termine la hora punta de la comida, para reabrir a tiempo para la cena, que en España comienza tarde (por temprano alrededor de las 9 p.m.).

Aunque los niños y las personas mayores pueden optar por echarse un sueñecito, la mayoría de las personas que trabajan no toman las siestas en España en medio de la jornada laboral. En muchos casos resulta simplemente imposible, sobre todo para las personas que tienen que desplazarse distancias considerables. Según una encuesta realizada en 2016, aproximadamente el 58 % de los españoles no duerme la siesta nunca, mientras que solo el 18 % dice hacerlo al menos cuatro días a la semana. Otro 16 % duerme la siesta entre uno y tres días a la semana, y el 8 % lo hace incluso con menos frecuencia.

Las comidas largas son una forma común de pasar el tiempo de la pausa del mediodía, al igual que hacer recados o simplemente seguir trabajando.

Al contrario a lo que dice el estereotipo común, los españoles en realidad trabajan más tiempo que muchos de sus vecinos europeos: 1687 horas por año, mientras que en Gran Bretaña son 1681, en Francia 1514 y en Alemania 1356.

Esto se debe a la cultura del «presentismo», que presiona a las personas para que se queden en su trabajo más tarde de lo necesario para causar una buena impresión (y reforzar ASÍ su seguridad laboral). Esta situación empeoró en la última década posterior a la recesión, con el resultado de que España sigue teniendo una de las tasas de desempleo más altas de la Unión Europea. En junio de 2022, la de España era la más alta de la UE.

Sin embargo, es probable que la pandemia haya compensado parte de esta presión para algunos trabajadores. Aunque en España la mayoría de los trabajadores (83 %) no tuvo la oportunidad de trabajar desde casa en 2020, un número considerablemente mayor de españoles trabajaron a distancia en 2021, registrando un aumento del 9,8 % al 25,2 %.

Las siestas en España del futuro

Mientras que España continúe considerando las necesidades de los trabajadores en la economía moderna, el estado de la siesta seguirá en vilo.

En 2016, el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció una propuesta de eliminar el descanso de dos horas de la comida para finalizar la jornada laboral oficial a las 18:00 horas, de forma que las personas pudieran llegar a casa y reunirse con sus familias a una hora más razonable. Las encuestas muestran que la mayoría de los españoles preferiría que fuese así.

Además, España ha estado jugando con la idea de cambiar su zona horaria a la de Gran Bretaña y Portugal. Durante la Segunda Guerra Mundial, con el fin de expresar su solidaridad con la Alemania nazi, Franco adelantó la zona horaria de España una hora para coincidir con la hora de Europa Central. Debido a esto, el sol también tiende a ponerse bastante tarde en España, lo cual es parte de la razón por la cual la cena y la vida nocturna tienden a comenzar tan tarde. Los españoles también se acuestan proporcionalmente más tarde y tienen un déficit de sueño respecto a la media europea. Pero así es la vida cuando te entregas con tanto frenesí.

En 2017, 110 colegios profesionales de Cataluña se adhirieron a un plan para cambiar la jornada laboral autonómica en 2025. Aunque no está claro cómo ha evolucionado la situación hasta el presente, no parece que la pandemia haya dejado la siesta atrás. Por el contrario, puede haber creado un argumento más convincente para mantener esta tradición.

En uno de sus artículos para The Washington Post, Jason Wilson escribe que, aunque supuestamente la siesta estaba muriendo en 2021, él no pudo constatarlo. Por el contrario, vio que las tiendas y negocios cerraban a las 2 p.m. y volvían a abrir a las 4 p.m., como siempre. Algunos amigos españoles le dijeron que el confinamiento, el teletrabajo y el estrechamiento del mundo ocasionados por la pandemia habían reavivado su relación con la siesta.

No está claro qué depara el futuro para la siesta o para la jornada laboral española. Si esta llega a cambiar, quizás España pueda estar por fin a la altura de su reputación de ser un país descansado.

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