No necesariamente tienes que vivir en Estados Unidos para ser testigo de que en la última década este país ha estado más dividido que nunca. Y con tal cantidad de culturas, herencias, valores y tradiciones compartidas y mezcladas, no sorprende que no nos pongamos de acuerdo a la hora de definir qué significa ser estadounidense.
¿Que qué es lo que nos une? Bueno, creo que cualquier gringo admitiría ser bueno en cualquiera de los siguientes puntos. Si estás planeando visitar o vivir en Estados Unidos y quieres entender a los locales, sigue estos consejos y seguro que pasarás desapercibido, ¡ya sea en Boston, Nueva York, Nashville, Dallas o San Francisco!
1. Hablar de todo y de nada
No te sorprendas si entras en una tienda y un completo desconocido te pregunta “¿Cómo estás?”. No se trata de una pregunta impertinente. En Estados Unidos ser educado depende mucho del esfuerzo de mostrarse amable y servicial. Hacer preguntas un tanto íntimas no se ve como algo superficial o hipócrita, sino como algo puramente social. Si alguien te dice See you later!, no te lo tomes al pie de la letra ya que más bien significa “adiós”, y tampoco te ofendas si no vuelves a ver a esa persona en tu vida.
Una buena respuesta para “¿Cómo estás?” es contestar más o menos con la misma pregunta Good, how are you? o incluso mejor, con la versión más informal What’s up?. La verdad es que es una pregunta muy parecida a sus equivalentes en francés Ça va? y en portugués Tudo bem?.
Y si de repente te ves inmerso en una conversación de small talk con algún desconocido, no dejes de sacar los temas más apropiados para ello: el tiempo, los deportes y cualquier cosa que pusieran en la tele la noche anterior. Mejor no hablar de temas delicados como política, religión o cuánto ganas en el trabajo, eso mejor lo dejamos para las conversaciones entre amigos (¡y a veces ni eso!).
2. Alzar la voz lo máximo posible
No es que los estadounidenses hablemos muy alto, bueno, es que… en las cafeterías muchas veces ponen la música muy alta y al final estamos forzados a hablar más y más alto para poder escucharnos los unos a los otros y claro…
Puede que nuestro volumen sorprenda a los extranjeros de primeras, pero de alguna manera estarás obligado a escuchar conversaciones ajenas en restaurantes, en el transporte público o esperando en una fila. Pero bueno, es fácil acostumbrarse si dejas la timidez a un lado y te apuntas a la cacofonía. Además, si te gusta escuchar a los demás, ¡prepárate unas pop corn y a disfrutar! Las conversaciones de los demás pueden ser MUY entretenidas.
3. Comprar siempre de oferta
A los americanos no nos gusta comprar sin más, lo que nos gusta es ver cómo invertimos nuestro dinero en chollos y ofertas que hagan de la compra algo un poco más emocionante. Si vas a un centro comercial en Estados Unidos, no compres precipitadamente, busca buenas gangas. Da igual que vayas en búsqueda de un abrigo de plumas, esta semana las bermudas están al 50 %, así que, ¡más te vale comprarte dos pares!
La parte racional de tu cerebro te dirá que la hamburguesa de tu plato es demasiado grande, pero las neuronas busca-gangas te dirán: “Más te vale comértelo todo, ¡que ya lo has pagado!” y así se inventaron las famosas “doggie bags”. Llévate tus sobras (que para eso las has pagado) y cómetelas mañana. ¿Dos comidas al precio de una? ¡Eso SÍ que es una ganga!
4. El arte de dar propinas
Las costumbres a la hora de dar propinas a los camareros en cafeterías, restaurantes o bares (o no dar propina en absoluto) cambian de país en país. Eso sí, en EE. UU. esta costumbre puede complicarse demasiado, por ello me he tomado la molestia de hacer una pequeña lista:
- En una cafetería
Deja unas cuantas monedas en el bote de las propinas. Si han sido especialmente amables, deja un dólar.
- En un restaurante
Si te traen la cuenta (ya sea en una pequeña bandejita o cofre) deja efectivo o paga con tarjeta y espera a que el camarero te traiga el cambio. Cuando te lo dé, puedes calcular para dejar el 15 %, que es lo mínimo. Más del 20 % es considerado generoso pero bueno, si has amanecido filantrópico ya sabes, el cielo es el límite.
Nota: muchos restaurantes de EE. UU. asumen que los extranjeros no dejan propina así que la añaden al total de la cuenta. Antes de darlo por hecho, chequéalo para ver que no pagas dos veces (¡o ninguna!).
- En un bar
La regla general es dejar un dólar por cada bebida (sobre todo si has pedido un cóctel de esos que requieren fuego, humo, ingredientes tropicales y brujería). Paga primero tu copa y luego deja el dólar en la barra.
5. Estar al día en cultura popular
La cultura popular es la cosa más exportada de Estados Unidos y tiene una gran influencia alrededor del mundo. Es difícil no estar expuesto a ella en el extranjero, pero dentro de EE. UU. es casi imposible comer, dormir o respirar sin hacerlo mano a mano de la cultura pop. Si algo nos une a todos culturalmente, son las series de televisión y pelis que vemos, los marujeos de las celebrities que leemos en las revistas de prensa rosa, los 40 éxitos musicales que nos meten con calzador en la radio, los equipos deportivos que seguimos religiosamente o el océano de memes de internet en el cual sumergimos nuestros cerebros a diario.
6. Maestros de las jergas regionales
Dependiendo de la zona del país donde te encuentres, cosas muy comunes pueden tener un nombre completamente nuevo. Por ejemplo, a la hora de enfatizar cosas:
- mad (Área metropolitana de Nueva York) – Ejemplo: “Last night’s party was mad fun. I wish we could go to Webster Hall every night!”
- wicked (Nueva Inglaterra) – Ejemplo: “This chowder is wicked good. Almost as good as my ma’s.”
- *hella * (Área de la Bahía de San Francisco y Noroeste del Pacífico) – Ejemplo: “I’m hella thirsty. I could drink hella soda right now!”
* hella puede significar “mucho” or “gran cantidad de”
Las palabras para refrescos con gas también varían según la región. En la mayoría del norte y el oeste del país pedirás un pop con tu comida, mientras que en el sureste pedirás soda y en muchas partes del sur coke, aunque lo que bebas sea Fanta, Dr Pepper o incluso Pepsi. Eso sí, si lo que quieres es un bocadillo o sándwich que acompañe tu bebida, el cómo lo llames también dependerá de dónde estés:
- hoagie (Filadelfia)
- hero (Nueva York)
- grinder (Nueva Inglaterra)
- Italian (sandwich) (Maine)
- po’ boy (Nueva Orleans)
- sub(marina sandwich) (En todas partes)
7. El arte de vivir de camino
El ritmo de vida es más lento en una autocaravana en Alabama que en la ciudad de Nueva York, pero al margen de la velocidad, el caso es que la mayoría de los americanos vive de camino a algún sitio o, como dicen ellos, on the go. La comida y el café siempre pueden pedirse para llevar. Todo, desde la cena hasta las medicinas recetadas por el médico (¡incluido el alcohol!), puede recogerse desde la ventanilla del coche. Café para llevar, restaurantes y cines para coches… ¡tú pones el límite!
8. La capacidad de hacer el perfecto road trip
Estados Unidos es un país bastante grande: 4500 km separan Nueva York de Los Ángeles, entre Nueva Orleans y Chicago hay 1500 km y entre Seattle y Miami hay unos 5400 Km. Claro que puedes volar, pero la mejor manera de conocer América es conduciendo a través del país. Márcate una ruta que recorra puntos estratégicos, avisa a tus amigos, haz las maletas… ¡y no te olvides de traer snacks!
9. El arte (y la ciencia) de la inventiva
Estados Unidos ha sido, desde hace tiempo, el lugar donde llegan a parar muchas ideas para luego triunfar. El famoso “sueño americano” sucedió para más de uno.
Todos los siguientes objetos/conceptos han sido inventados en Estados Unidos: la llave inglesa, los puentes colgantes, el frigorífico, el código morse, el béisbol, el imperdible, las patatas de bolsa, la aspiradora, las postales, la motocicleta, el fútbol americano, los vaqueros, el teclado QWERTY, el sintetizador, la bombilla, el tocadiscos, el ventilador, las placas solares, los rascacielos, la fotografía, el bolígrafo, el detector de humos, la noria, la chapa de las botellas, la cremallera, el baloncesto, el voleibol, el mando a distancia, las chinchetas, las maquinillas de afeitar desechables, los peluches, el avión, el blues, el jazz, los semáforos, las galletas de la fortuna, la tostadora, las tiritas, el esquí acuático, la hamburguesa de queso, el celo, los chicles, las gafas de sol, la comida congelada, las galletas con pepitas de chocolate, la guitarra eléctrica, el rock, la fotocopiadora, el cajero automático, el microondas, la tarjeta de crédito, el transistor, los videojuegos, el traje de neopreno, el airbag, el código de barras, el corazón artificial, el disco duro, la cinta de vídeo, el láser, el papel de burbujas, la comunicación por satélite, el ratón del ordenador, la pantalla plana, el snowboard, el cedé, la calculadora, el ordenador personal, el microprocesador, el e-mail, el GPS, el teléfono móvil, los mensajes de voz, los post-its, la cámara digital, el hip-hop, el rap, Internet…
10. El talento para ser individualistas
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, EE. UU. es uno de los países donde la diversidad se celebra más que cualquier otra cosa. Nunca ha habido UNA identidad nacional, sino más bien un batiburrillo de varias herencias culturales que se superponen unas con otras. Ir a contracorriente es algo que los estadounidenses llevan en la sangre y eso explica la regla número uno: be yourself, es decir, sé tú mismo. Los estadounidenses celebran su individualidad y no les importa demostrarlo, así que cuando vayas a Estados Unidos, ¡haz lo mismo! Además, por suerte para ti, los acentos extranjeros nos fascinan, suéltate no tengas miedo a hablar y a ser tú mismo, el hecho de que seas extranjero seguramente te hará la persona más interesante de la fiesta.