Los 11 beneficios de viajar (por los que, como te descuides, acabarás dando la vuelta al mundo)

Cualquier cosa que nos aleje del sedentarismo, fortalece nuestro corazón. Y lo que empieza siendo curiosidad, que no es poco, se acaba convirtiendo en una vivencia que te renueva, libera y mejora a muchos niveles.
11 beneficios de viajar que deberías conocer

¿Intuyes que tienes el espíritu de Juan Sebastián Elcano y la osadía de Phileas Fogg, pero necesitas algún tipo de confirmación? ¿No acabas de aterrizar de unas vacaciones y ya estás pensando en las siguientes? ¿O necesitas constatar que viajar es una actividad con una rentabilidad que va mucho más allá del mero placer? Sigue leyendo porque te vamos a contar los 11 beneficios de viajar y de conocer mundo para tu salud física y emocional.

Desde que Thomas Cook creó el primer viaje organizado hasta el día de hoy, mucho ha cambiado la forma en que la sociedad se mueve de un lado para otro. Pero la inquietud por conocer y explorar el mundo se cuenta desde tiempos inmemorables. Cuando el horizonte que se presenta ante ti a diario se te queda pequeño o solo te apetece cambiar de escenario temporalmente, comienzas a sentir que es hora de dar una vuelta por otros lares.

La modernidad nos ha facilitado los desplazamientos y la organización de travesías y expediciones. Y lo que empieza siendo curiosidad, que no es poco, se acaba convirtiendo en una vivencia que te renueva, libera y mejora a muchos niveles. ¿Has sacado ya el billete? ¡Vamos!

1. Autoconocimiento

Puede que parezca extraño que comencemos por este punto pero, al fin y al cabo, viajar parte de la base de explorar algo desconocido. Al abandonar la rutina y encontrarnos en un entorno distinto, descubrimos facetas personales que ignorábamos.

La habilidad para reconocerte como individuo en medios diferentes, amplia tu capacidad de gestionar las emociones y fijarte metas para tu desarrollo personal.

2. Aprender o mejorar un idioma

¡Cómo no íbamos a hablar de este importante beneficio! En general, las habilidades comunicativas se ven reforzadas en los viajes. Si vas sin saber nada del idioma del lugar, te vuelves, seguro y como poco, con unas cuantas palabras aprendidas. Al menos, “hola” y  “gracias”.

Aunque no vayas de viaje con este objetivo, es un efecto colateral inevitable cuando de desenvolverse en otra lengua se trata.  Si es tu objetivo, no hay nada como integrarte en la vida cotidiana del país que visitas para conocer de primera mano las expresiones que se usan en el día a día e in situ.

3. Te aleja del estrés, la ansiedad y la depresión

Un viaje es un retiro, aunque solo sea temporal, de las preocupaciones y avatares diarios. Nos ayuda a salir de la rutina que tan desgastante puede ser a veces y nos permite disfrutar del presente, del momento que tenemos por delante y que hemos elegido por gusto vivir. Es nuestra ocasión de relajarnos, descubrir cosas nuevas y dejarnos llevar. Disfrutar de nuevos paisajes, nuevas costumbres, olores y sabores. Un todo que nos aparta durante un tiempo del foco de los problemas y que nos concede la oportunidad de recargar las pilas.

4. Desarrolla la empatía

La empatía es la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otro puede sentir. También se le conoce como tener la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro”. Al visitar otros lugares, nos vamos haciendo cada vez más conscientes de que otros pueden ver y pensar de manera diferente. Estar o no de acuerdo no es la cuestión, lo importante es llegar a comprender que la otra persona se rige por otro sistema de valores y es igualmente respetable.

Resolver problemas a los que no nos enfrentaríamos estando en nuestra zona de confort, fortalece la confianza en nosotros mismos. Encarar situaciones novedosas, con un cierto grado de complejidad, nos permite desarrollar habilidades que nos ayudan a realizar con éxito una tarea o misión que se nos presente. Así se esfuman los miedos.

5. Aumenta tus habilidades sociales

Por un lado, se fortalece el sentimiento de cohesión entre las personas que viajan en grupo. Por otro, es mucho más probable que entres en contacto con otras personas, con las que, superada una posible primera timidez, comenzarás a hablar y a relacionarte desde cero, estableciendo nuevos vínculos que pueden derivar en futuras amistades.

6. Entrenas la creatividad y mejoras tu capacidad de improvisar

Viajar te brinda la oportunidad de ejercitar la materia gris, de comprobar qué tan plástico es tu cerebro. Tienes más posibilidades de toparte con nuevas ideas sobre un mismo tema, problema o disyuntiva. Conocer otros puntos de vista incentiva el sentido crítico y proporciona un variado repertorio de herramientas con el que poder sortear obstáculos y resolver problemas.

Dar la vuelta al mundo

7. Mejora la salud

Cualquier cosa que nos aleje del sedentarismo, fortalece nuestro corazón. La actividad física derivada de los viajes, reduce la mortalidad. De hecho, un estudio realizado en EEUU determinó que viajar ¡reduce en un 21 % el riesgo de padecer infarto de miocardio!

Además, el viaje es una fuente de bienestar emocional. El registro de recuerdos y experiencias agradables en nuestra memoria redunda positivamente en el sentimiento de felicidad.

8. Amplía la visión de la vida y aumenta la tolerancia

Sumergirnos en una cultura distinta, aunque sea por un período corto de tiempo, nos permite conocer otras formas de vivir, de relacionarse y de ver el mundo desde otros puntos de vista. Vamos sumando más y más referencias de la sociedad en la que vivimos haciéndonos más flexibles a los cambios.

9. Ya antes de viajar… ¡Planear es un placer!

El mero hecho de preparar la escapada y organizar todo lo necesario ya resulta emocionante. La ilusión con los preparativos aumenta el bienestar emocional y produce un efecto positivo en los niveles del placer. Además, un estudio determinó que invertir en una “experiencia” provoca más satisfacción que comprar un bien material. ¿Qué te parece?

10. Echar de menos

¿Por qué no plantear esto como un beneficio? A veces, damos tan por hecho lo que tenemos que se nos olvida el valor que tiene para nosotros. Cuando se lleva un cierto tiempo fuera, disfrutando de la novedad y experimentando la aventura, puede que llegue el momento de la nostalgia. “Echar de menos tu casa, tu familia, amistades, tu barrio…”. Es normal y significa lo mucho que te importa. ¿Sabes lo mejor de todo? ¡Seguirán estando ahí cuando vuelvas!

11. En resumen…

¡Viajar te hará feliz!

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