Ilustraciones de Noam Weiner
Hoy en día llevamos la tecnología al alcance de las manos. Desde nuestros teléfonos móviles podemos escuchar la radio, ver la previsión del tiempo, hacer una video llamada con un ser querido al otro lado del charco o aprender diferentes cosas. Desde a jugar al ajedrez, pasando por clases de aerobic o yoga y hasta aprender un idioma. Tan fácil como dedicarle unos minutos al día y ser constante.
Eso sí, cuando se trata de apps hay algunas cosas que tenemos que tener en cuenta:
1. Ten cuidado con las apps que se autodefinen como el santo grial del aprendizaje de idiomas
Vender una app diciendo que resolverá todos tus problemas puede parecer demasiado ambicioso. Detrás de las apps de aprendizaje de idiomas se encuentran personas apasionadas por los idiomas, créeme. En este mundo de diversas fuentes de información, entre las que se encuentran periódicos, libros, televisión, radio, música e incluso personas reales. ¿Te limitarías a hablar un nivel medio en tu lengua materna? Probablemente no, entonces ¿por qué lo harías en otro idioma? Te animo a que busques una app que se adapte a tus necesidades de forma extensiva, no exclusiva.
2. Establece tus objetivos y planea tu rutina
¿Quieres hablar de forma fluida en un par de semanas? ¿O aprendes idiomas para mantener la mente despierta? Las buenas apps de idiomas están hechas para que puedan ser usadas dentro de una rutina de estudio. Las mejores apps se adaptan a tu comportamiento. Estas apps estimulan la creación de hábitos de aprendizaje, porque los hábitos hacen que vuelvas al estudio y de esta manera aprendas de manera progresiva. Personalmente, yo soy una persona de mañanas. Me levanto, miro los e-mails, hago un par de cursos de idiomas que sé que me interesan y me meto en la ducha. Es raro, pero funciona.
3. Recuerda que una app es una simple herramienta
Una herramienta estupenda, pero ese no es su fin último. Una buena app te animará a seguir usándola generándote algo parecido al vicio que producen los videojuegos. ¿Que qué significa eso? Los desarrolladores de apps toman elementos del diseño de videojuegos que hacen que estos sean adictivos y los aplican a las apps educativas. ¿Se aprovechan? Puede ser, pero es por una buena causa: ¡para hacer que de esa manera sigas aprendiendo! No creo que hayas escuchado a alguien muchas veces decir “¡Buah! ¡Estoy completamente enganchada al italiano! A parte de las recompensas virtuales, de los puntos extras y las vidas de recambio, ¡lo verdaderamente estimulante es poder acodarte en la barra de algún café italiano y pedir un caffè macchiato!”.
4. ¡Nos encanta recibir tu feedback!
No se trata de pedir tu opinión de forma desesperada, pero el feedback vale oro. ¿Por qué? Por dos principales razones, la primera, toda la revolución digital de la que tanto se habla está realmente sucediendo, e impulsa a los programadores a mejorar y a aspirar a aplicaciones perfectas. La segunda razón es que todo lo que ves y tocas en una app se puede mejorar de forma rápida y efectiva para el beneficio de todos, es algo casi darwiniano. Si no te convence lo que ves da tu opinión o, incluso mejor, envía un e-mail con lo que piensas. Todo puede ser y será mejor.
5. Hazlo social
Y no, no me refiero a que compartas tu progreso en Facebook. Me refiero a hacerlo social de verdad. Gran parte de mi éxito estudiando italiano se lo debo a mi compañero de competición/ estudios, Jim. Encuentra un amigo que quiera aprender contigo. Complementa tus estudios con clases extras al final del día. Cómprate un libro o pídelo prestado. Resérvate una semana para dedicarla solo a aprender, eso sí, ¡no te olvides el teléfono!
Puedo decir con toda sinceridad que la combinación de la app, la escuela de idiomas, mi amigo Jim, las noches por ahí y un par de libros resultó ser muy potente. Es difícil para un británico como yo ponerse así de meloso, pero de verdad que estoy contentísimo con el resultado y con lo que conseguí en esa semana. Me fui de allí habiendo establecido amistades enteramente en italiano. Fue supergratificante. De verdad que lo recomiendo. He escrito este artículo en mi teléfono superinteligente en un avión naranja sobrevolando el cielo azul. La tecnología es maravillosa.