Vivir en Berlín ha sido clave a la hora de perfeccionar su nivel de inglés y alemán. Pero Ana ha ido un paso más allá y ahora, además, está aprendiendo neerlandés. En esta entrevista le preguntamos por su trabajo en una empresa internacional, sus barreras lingüísticas y algunas situaciones divertidas.
EL IDIOMA MÁS FÁCIL DE APRENDER ES EL INGLÉS
María (Babbel): ¿Cómo te llamas y a qué te dedicas?
Ana: Hola, me llamo Ana y trabajo como relaciones públicas en una empresa de moda online para el mercado español.
¿Qué idioma querías hablar de pequeña?
El primer idioma que recuerdo que quería aprender era el francés, mi madre escuchaba mucha música en francés y me atraía cómo sonaba. Ya de adolescente me interesé por el alemán y empecé a aprenderlo fuera del instituto.
¿Cuántos idiomas hablas hoy en día? ¿Cuál fue el más difícil de aprender? ¿Y el más fácil?
Hablo con fluidez inglés y alemán, además de español, que es mi lengua materna. Tengo nociones, además, de francés e italiano, pero no al mismo nivel.
El idioma más difícil de aprender para mí hasta el momento ha sido el francés, aprenderlo al mismo tiempo que el alemán hizo que me resultase más difícil. El más fácil de aprender ha sido el inglés, porque ha sido un aprendizaje continuo en diferentes ámbitos durante más de 20 años, incluyendo clases, películas, música, viajes, estancias en países de habla inglesa y, por supuesto, mi trabajo en inglés.
EN EL TRABAJO ES IMPORTANTE CREAR UN CLIMA DE CONFIANZA
¿Cómo describirías la relación entre tu vida profesional y tu vida personal?
Tanto en mi vida personal como en mi vida profesional, los idiomas han jugado un papel fundamental. Cuando tenía 18 años y pensaba en qué carrera iba a estudiar, mucha gente me aconsejó estudiar “aquello que se me daba bien”, que eran los idiomas. Estudié Traducción e Interpretación, y aunque me interesó siempre mucho como carrera, sabía que no quería terminar dedicándome a ser traductora o intérprete, sino que seguí estudiando Relaciones Internacionales. Los idiomas fueron fundamentales para que estos dos estudios se complementasen.
Ya que trabajo en una empresa internacional, mi día a día es prácticamente un 50 % en inglés con mis compañeros (quizá un 10 % en alemán con algunos de ellos), y un 50 % en español con periodistas de España. Para mí es muy importante siempre tener las herramientas para comunicar y traducir el mensaje a mis interlocutores de la mejor manera posible.
En mi vida personal, también hablo inglés un 80 % del tiempo en casa con mi novio, lo que hace que al final sea el idioma que más utilizo al final del día.
¿Es importante para ti hablar un idioma de manera fluida en el trabajo o te parece suficiente con poder expresarte?
En una empresa internacional es muy importante tener muchos recursos y hablar de manera fluida, ya que constantemente trabajamos en mensajes para la prensa, no solo de manera oral sino escrita, por lo que muchas veces tenemos que ser muy precisas en la manera en la que nos expresamos.
El humor es un arma poderosa. ¿Crees que aprender otro idioma ha cambiado tu sentido del humor, te ha ayudado a romper el hielo o ha sido decisivo a la hora de cerrar un trato?
¡Desde luego! Al trabajar en una empresa internacional poder hablar en inglés con fluidez me ha ayudado a romper el hielo con muchas personas que no conocía, y he podido entender su punto de vista mucho mejor. Me ha ayudado a ser más empática.
Es muy importante crear una atmósfera agradable cuando trabajo, un clima de confianza en el que se permiten los errores y la comunicación es fluida. Por ejemplo, cuando organizamos entrevistas, muchas veces tanto los portavoces como los periodistas están nerviosos ante la situación, y encontrar un idioma en común en el que ambos se sientan cómodos y puedan bromear es fundamental, ya que la conversación simplemente fluye entre ambos interlocutores y es mucho más sencillo tratar temas más complejos.
¿Alguna vez has fingido que entendías lo que te estaban diciendo en otro idioma?
La verdad es que sí, me ha pasado sobre todo por teléfono. Creo que la última vez ha sido hace poco tiempo, tomando nota para una cita con una administración en alemán. Conseguí entender el número (larguísimo) que me daban para la cita, pero no el apellido de la administrativa, que terminé apuntando mal. Una vez en la cita, tuve que adivinar qué oficina era la mía, comparando el apellido con los que había en las pantallas, ¡pero funcionó!
APRENDER UN IDIOMA ME HA AYUDADO A SER MÁS EXTROVERTIDA
¿Recuerdas la primera broma o chiste que hiciste en otro idioma? ¿O el momento en el que sentiste que habías mejorado mucho?
Recuerdo la primera vez que hablé con amigos alemanes en una situación informal, en la que podía entender ya todas las palabras más de slang como Kippe (cigarro), ausflippen (flipar), geil (guay). En ese momento me sentí mucho más integrada en el grupo y con más fluidez como para hacer las mismas bromas. Para mí el humor es muy importante en la comunicación, y ver que podíamos entendernos en ese aspecto fue muy gratificante.
¿Hay un error que siempre cometas en un idioma? ¿Y una palabra o una frase que te guste usar con frecuencia?
En alemán y, sobre todo, si estoy hablando muy rápido, confundo a veces los posesivos (sein, ihr), algo que creo que viene del español que no los diferencia (su). En inglés lo he ido superando a base de hablar mucho más, pero a veces también me pasa.
Una expresión que utilizo mucho en alemán es Art und Weise (de modo y manera). Y en inglés, creo que influenciada por mi sentido del humor, recurro mucho a la expresión Devil’s advocate, que puedo aplicar a muchos contextos diferentes.
¿Alguna vez has soñado en otro idioma?
Sí, tanto en inglés como en alemán. En mi época de erasmus, en la universidad en Berlín, después de un día con 6/8 h de clases en alemán, volvía a casa y soñaba a veces con situaciones que me pasaban en clase o con mis amigos en ese momento. La primera vez que sueñas, o incluso que tienes un diálogo interior contigo misma en otro idioma, es siempre un momento clave para darte cuenta de tus avances.
¿Crees que aprender un idioma ha cambiado la percepción que tienes de ti misma?
Creo que sí, aprender un idioma no es simplemente aprender una serie de palabras y reglas gramaticales, sino que es una inmersión en una manera de pensar y de organizar la información. Creo que me ha ayudado a ser más extrovertida y a probar diferentes maneras de comunicarme para llegar a mis interlocutores, especialmente en una empresa internacional. Es casi como desarrollar una personalidad dentro del nuevo idioma.
También me ha hecho darme cuenta de cómo mi sentido del humor está muy relacionado con mi lengua materna, el español, y cómo siempre lo intento trasladar a los otros idiomas que hablo. No me gusta ser menos divertida en inglés o en alemán, aunque muchas veces tengo no solo que traducir las bromas, sino también el tono, porque el humor sí que cambia.
Si pudieras despertarte un día y hablar un idioma por arte de magia, ¿cuál sería? Y si pudieras viajar en el tiempo y hablar con tu yo del pasado sobre el aprendizaje de idiomas, ¿qué te dirías?
Me encantaría aprender neerlandés (que es mi proyecto actual), pero si hablamos de idiomas más lejanos, me gustaría mucho saber hablar japonés.
Hablando con mi yo del pasado me diría que no descuide ninguno de los idiomas que estoy aprendiendo, que intente leer y hablar todo lo que pueda, porque van a terminar siendo muy importantes. Además, me diría que los incorpore a mi carrera profesional, ¡es una decisión de lo más acertada!