Palabras italianas que proceden del árabe

Una enorme cantidad de palabras italianas derivan del árabe: testimonios del diálogo entre las dos orillas del Mediterráneo a través de los siglos.
Palabras italianas que proceden del árabe

¡Un café para empezar el día! Y aquí tenemos una de las primeras palabras italianas que proceden del árabe con la que te encontrarás tan pronto como te levantes: «caffè», del árabe qawha.

Y si luego añades una cucharada de azúcar, el contador de las palabras italianas de origen árabe incrementa con rapidez entre el café, la taza y el azúcar: «caffè», «tazza» (de tāsa) y «zucchero» (de sukkar). ¿También tomas zumo de naranja recién exprimido por la mañana? Pues tenemos otra palabra: «arancia» procede de na¯rangÍ.

Y si pones un poco de limón con el zumo de naranja, tenemos una más. Limun es el vocablo árabe del que deriva el italiano «limone»: el fruto parece haber llegado a Occidente durante las Cruzadas.

Y es que cuando hablamos de palabras italianas que proceden del árabe, podemos seguir sumando sin problemas: «albicocche» (albaricoques), «ribes» (grosellas), «melanzane» (berenjenas), «asparagi» (espárragos) o «marzapane» (mazapán)… aunque sería mejor que no los comamos todos para desayunar.

Más que palabras

La lengua es una de las cosas más íntimas que tenemos. Nos define. Define nuestros pensamientos. La utilizamos para definir el mundo. La lengua está viva, en continuo cambio, pero, al mismo tiempo, es un maravilloso testimonio de siglos y milenios de historia.

Historias de migraciones, de encuentros, de intercambios comerciales, de abusos de poder, guerras e invasiones, historias de pueblos o personas individuales, y, muy a menudo, de todo ello al mismo tiempo.

Por eso, no te debe sorprender la enorme cantidad de palabras italianas que proceden del árabe. El contacto entre la península italiana y el mundo árabe comenzó en el siglo IX, aunque no se tratara de encuentros amistosos a decir verdad. El primer episodio fue el desembarco de los sarracenos en Sicilia, en Mazara del Vallo, en el 827: toda la isla es arrebatada a los bizantinos y posteriormente conquistada y administrada durante más de dos siglos.

Tan solo hay que pasear por las ciudades y los pueblos de la bella tierra siciliana para darse cuenta, aún hoy, de la importante y amplia huella árabe en la arquitectura, la toponimia, las tradiciones y la cocina.

En la esplendorosa corte de Federico II, en el siglo XIII, la ida y venida de intelectuales y científicos de origen árabe era grande y frenética: eruditos de alquimia y medicina, matemáticas, astronomía, astrología, filosofía y farmacología.

El propio emperador parece que hubiera sido educado por tutores árabes en su juventud. Y este es uno de los ejemplos más emblemáticos de una influencia que fue grande, rica y vasta. Un diálogo entre las dos orillas del Mediterráneo que se mantuvo durante siglos. Y los rastros se pueden observar actualmente en el idioma italiano, con palabras de origen árabe en los ámbitos más insospechados.

Palabras italianas que proceden del árabe: la ciencia

Durante la Edad Media y el Renacimiento, la cultura científica árabe se encontraba a la vanguardia. Por eso, las grandes mentes europeas tenían su mirada puesta hacia el sur, intentando encontrar los preciados textos de matemáticas, de química y de astronomía, que se conservaban en lugares de poder y de estudio del norte de África y de Oriente Medio. Y uno de los resultados fue un notable número de términos para los que no existían palabras correspondientes en italiano, como:

  • Algebra (álgebra)
  • Algoritmo
  • Cifra
  • Zero (cero)
  • Chimica (química)
  • Alambicco (alambique)
  • Alcali (álcali)
  • Alcol (alcohol)
  • Elisir (elixir)
  • Zenit (cénit)
  • Nadir
  • Azimut (acimut)

«Algebra», por ejemplo, es una voz árabe, que el gran matemático Leonardo Fibonacci introdujo en Occidente. «Algoritmo» deriva directamente del nombre del propio científico al-Khwarizmi, que vivó en Baghdad entre los siglos VIII y XIX.

«Cifra» deriva del árabe sòifr, que originalmente significa «vacío». Y, curiosamente, la palabra «zero» deriva del mismo término. Un concepto inexistente en el sistema numérico latino…y, sin cero, ¡adiós a los cálculos!

Si de las matemáticas pasamos a la chimica (de al-kimiya¯, el mismo origen de la palabra «alchimia», alquimia), nos encontramos con los vocablos «alambicco» (al-anbiq), «alcali» (que se refiere a las sales de potasio y sodio, y, por lo tanto, a la alcalinidad, de al-qaly, que indicaba sosa), «alcol» (que originalmente tenía el significado de «polvere impalpabile», polvo impalpable, o «spirito», espíritu) y «elisir» (del árabe al-iksir).

La influencia árabe también se puede observar en la astronomía: «zenit», «nadir», «azimut»…por mencionar algunos ejemplos.

Un paréntesis: en la transferencia del árabe al italiano, a menudo, el artículo determinado «al-» se ha conservado junto al nombre. Y así lo ha heredado el italiano actual.

Palabras italianas que proceden del árabe en la mesa

El desayuno (con las palabras «caffè», «zucchero», «arance» y «limoni») ya lo hemos servido anteriormente. Como también hemos mencionado que «albicocca», «ribes» «melanzana», «asparago» y «marzapane» son términos árabes. 

Pero entre las palabras árabes en italiano también encontramos «carciofo» (alcachofa, de kharšūf), «tamarindo» (el árbol tropical que tiene el mismo nombre en español), «zibibbo» (un tipo de vino moscatel) y «zafferano» (azafrán).

Palabras árabes en italiano…en guerra y en paz

Otros campos en los que abundan las palabras de origen árabe pueden ser un poco inesperados, como en el léxico militar, náutico, comercial y burocrático. Estas son algunas de las más comunes:

  • Aguzzino (carcelero)
  • Assassino (asesino)
  • Alfiere (capitán)
  • Ammiraglio (almirante)
  • Facchino (botones)
  • Magazzino (almacén)
  • Dogana (aduana)
  • Banca
  • Assicurazione (seguro)
  • Fattura (factura)

«Aguzzino», por ejemplo, procede del árabe al-wazīr. «Assassino» deriva de la palabra hashishiyya, que significa, literalmente, «fumador de hachís». El término se utilizó inicialmente para referirse a los seguidores del grupo violento de los nizaríes, en Persia: parece que antes de llevar a cabo sus crímenes tomaban grandes cantidades de hachís.

También «alfiere» y «ammiraglio» son términos árabes: alfiere llegó al italianoa través del español, que lo tomó prestado del árabe (al-fāris, que significa «cavaliere»,es decir, caballero); y encontramos un caso similar con «ammiraglio», que el italiano tomó prestado del francés, idioma que a su vez se inspiró en el árabe (amīr al, que quiere decir «comandante de»). Y podemos seguir adelante con «facchino», que en árabe se refería a un teólogo o almacén.

Resulta particularmente interesante el origen de «dogana», una palabra que tiene un estrecho vínculo con un término muy común: «dogana» procede de diwan, los registros administrativos que se almacenaban en habitaciones decoradas con grandes asientos acolchados. ¡Y así nos encontramos con «divano» (sofá), otra palabra de origen árabe!

En resumen, hay «a bizzeffe» (un montón) de palabras italianas que derivan del árabe (a propósito, «bizzeffe» procede directamente del árabe magrebí bizzaf, que significa «muchas, en abundancia»). Y no nos podemos olvidar de «tamarro» (una persona ordinaria). Sí, porque el término procede de  tammar: vendedores de dátiles en árabe, que vestían una indumentaria que no era precisamente sobría…o al menos así se cuenta.

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