Esta es probablemente una pregunta que rara vez te haces. La gramática aporta las bases de nuestra comunicación, así que es algo que todos deberíamos dominar, ¿verdad? Bueno, la verdad es que se trata de algo mucho más complejo de lo que parece. Ya sea que estés aprendiendo un nuevo idioma o que estés pensando más a fondo en tu lengua materna, siempre podrás aprender algo nuevo sobre gramática. Ante todo, es importante comprender que la gramática no es solo ortografía y puntuación. Lo más importante es que permite que tengamos una comunicación clara y concisa unos con otros. La gramática nos permite expresar lo que sentimos y pensamos de manera adecuada y precisa.
Antes de entrar en el meollo de las reglas gramaticales, hagamos un breve recuento de su historia. Lo que se considera “gramática tradicional” fue desarrollado por primera vez por los griegos de la antigüedad, junto con el primer sistema alfabético. Esto llevó a la creación de las primeras obras literarias, y de ahí la necesidad de un sistema gramatical para que la gente pudiera comprender y respetar en realidad lo escrito. Sin embargo, estas reglas se crearon más para establecer un uso “correcto” del idioma en la escritura que para reflejar la forma como funcionaba la lengua en la vida diaria.
Regresemos a lo básico. Por definición, la gramática es el sistema de reglas de un idioma que define la estructura de las palabras y cómo se usan. Involucra la modificación y la combinación de las palabras para crear diferentes oraciones y expresiones. La adaptación de estas reglas varía según el idioma, la región e incluso la jerga. Quizás hayas oído decir que la jerga no es “gramaticalmente correcta” porque desafía las leyes de la gramática tradicional. Sin embargo, al igual que la lengua, la gramática siempre está evolucionando, de modo que podría argüirse que no tiene por qué someterse a las limitaciones tradicionales. De manera semejante, la gramática cambia según el idioma que se habla. Por ejemplo, en español el adjetivo va después del sustantivo, pero en inglés sucede lo contrario. No obstante, ambos crean el mismo significado.
Dicho esto, aquí nos centraremos en estos conceptos desde la óptica de la gramática del español, en lugar de considerar la gramática de otros idiomas. Sin embargo, cuando estés aprendiendo un nuevo idioma, es importante que tengas en cuenta que las reglas de esa otra lengua pueden ser distintas de lo que esperabas.
Los elementos de la gramática en español
Sintaxis
La sintaxis se refiere a la disposición específica que deben tener las palabras y expresiones para formar oraciones coherentes y dotadas de sentido. La posición de cada una de las palabras de una oración revela un nuevo significado y puede cambiarse instantáneamente con un solo movimiento. Por ejemplo, en español el orden que predomina al organizar nuestras oraciones es sujeto-verbo-objeto: “Yo [sujeto] amo [verbo] los perros calientes [objeto]”. En otros idiomas el orden predominante es diferente (sujeto-objeto-verbo, verbo-sujeto-objeto o incluso una disposición más libre de las palabras), pero todos coinciden en que siguen un conjunto de reglas propias.
Morfología
La morfología tiene que ver con la formación de las palabras y los diferentes elementos que constituyen su estructura. Más concretamente, cada palabra se compone de morfemas, que son las unidades de significado más pequeñas que existen en las lenguas. Algunas palabras se constituyen de un solo morfema (no se pueden dividir “sol” y “mar”, por ejemplo), pero hay muchas que se construyen a partir de varias partes. Entre los morfemas se encuentran los prefijos, los sufijos, las raíces, las flexiones y las bases. Dividamos, por ejemplo, la palabra “reforestación” en sus morfemas: el prefijo “re” (de nuevo) se agrega a la raíz o base “forestis” (bosque), y la terminación es el el sufijo “-ción” (que indica acción y efecto).
Categorías y reglas gramaticales
Los idiomas tienen categorías gramaticales que abarcan todas las palabras. Las categorías más conocidas son: sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios, pronombres, preposiciones y conjunciones. Cada categoría cuenta a su vez con su propio conjunto de reglas gramaticales que definen su uso y propósito. Entre estas reglas se encuentran, por ejemplo, los tiempos verbales, la concordancia entre el sujeto y el verbo, la puntuación y los diferentes tipos de oraciones (enunciativas, exclamativas, imperativas e interrogativas).
Semántica y pragmática
La semántica implica el estudio del significado de los elementos de una lengua y de la forma como interpretamos los signos y símbolos y los convertimos en ideas inteligibles. Además, profundiza en la cuestión de cómo las palabras, expresiones y oraciones transmiten un significado, y en cómo pueden cambiar según el contexto. Esto nos lleva a la pragmática, que aborda la pregunta de cómo el contexto puede modificar la comprensión y el significado en una lengua. Específicamente se refiere a los efectos de la retórica, las implicaciones y el tono, así como a las influencias sociales y culturales.
Gramática prescriptiva vs. gramática descriptiva
La gramática prescriptiva se ocupa de las reglas gramaticales tradicionales que se enseñan en la escuela y que exigen el uso “correcto” del idioma. Para muchas personas, este es el primer tipo de gramática que conocen, lo cual explica por qué crecen siendo algo rígidas en cuanto a ciertas reglas como “no anteponerse en las enumeraciones” (“mis amigos y yo”, en lugar de “yo y mis amigos”) o “no comenzar una oración con la conjunción ‘y’”. La gramática descriptiva adopta un enfoque diferente y describe el uso natural que se le da a la gramática en la vida cotidiana. Es probable que la mayoría de los libros sobre gramática sean prescriptivos (diciéndote cómo debes hablar y escribir), y que la mayoría de los lingüistas, en cambio, sean descriptivos, ya que quieren ver cómo las personas usan realmente el idioma.