El lenguaje ejerce un poderoso influjo sobre la comunicación humana, las emociones, las percepciones y los pensamientos en todos los ámbitos de la vida. Existen diversos tipos de idiomas, desde los universales hasta los regionales y especializados; sin embargo, entre todos, uno destaca por su inigualable significado personal: la lengua materna.
Dicen que nunca olvidas tu primera lengua, y en este caso, la lengua materna es precisamente eso: el primer idioma que aprendiste en la vida. Aunque los términos “lengua materna”, “lengua natal” y “idioma nativo” se utilizan de manera intercambiable, todos se refieren a esa lengua primaria que nos conecta de manera única con nuestra identidad y cultura.
¿Cuándo y cómo se aprende la lengua materna?
La lengua materna se adquiere gracias a nuestras familias, tutores o cuidadores durante nuestros primeros años de vida. Los idiomas nativos varían de persona a persona, influenciados por factores como la familia, la geografía, la cultura o simplemente la preferencia de los padres sobre qué idioma desean que sus hijos aprendan y hablen primero. En la actualidad, las lenguas maternas son de suma importancia y se celebran a través del Día Internacional de las Lenguas Maternas, establecido por la UNESCO en 1999.
Puede que te preguntes cuál es la relevancia de tu lengua materna si la aprendiste hace tiempo. Aunque pueda parecer algo del pasado, el aprendizaje nunca cesa y sigue influyendo en tu vida hasta el día de hoy. Vamos a explorar las razones por las que es crucial mantener un vínculo con tu lengua materna
4 razones por qué deberías saber tu lengua nativa
Mejora tu desarrollo cognitivo
Durante la primera infancia es cuando aprendemos nuestro primer idioma. En este período, nuestro cerebro se somete a un entrenamiento multifacético. Se adapta para memorizar palabras y frases comunes, así como para reconocer variaciones en la forma en que otras personas las pronuncian, preparándonos para situaciones futuras en las que las utilizaremos. Además, este proceso de aprendizaje fortalece nuestra capacidad de atención, lo que se traduce en una mayor capacidad para concentrarnos en tareas específicas. Se argumenta que esta mejora en la atención puede tener beneficios significativos en el rendimiento académico a medida que avanzamos en la escuela. Además, nos permite comprender mejor la enseñanza de diversas materias y abordar problemas académicos desde perspectivas diversas, lo que a su vez enriquece nuestra experiencia educativa.
Da forma a tu identidad
Aprender la lengua materna implica sumergirse en la riqueza de tu cultura y comunidad. La cultura abarca no solo la historia y las tradiciones, sino también los valores, las costumbres y las expresiones que moldean la forma en que las personas ven y se desenvuelven en la vida, en comparación con otras culturas. Por su parte, la comunidad implica interactuar con otros hablantes nativos más allá de la familia directa, como la familia extendida, vecinos, amigos y seres queridos.
Conocer y comunicarse con personas que comparten la misma lengua materna no solo brinda la oportunidad de practicarla, sino también de establecer conexiones y sentir un sentido de pertenencia. Esto lleva a experiencias compartidas, una mayor comodidad al utilizar la lengua materna con frecuencia y una sensación de nostalgia en etapas posteriores de la vida. En última instancia, esta exposición te permite comprender tus raíces y expresar tu identidad de manera auténtica.
Te ayuda a aprender más idiomas
Al haber pasado por el proceso de aprendizaje y práctica de tu lengua materna, has sentado las bases para explorar otros idiomas en el futuro. Al aprender un segundo, e incluso un tercer idioma, ya estás familiarizado con los conceptos que deseas dominar y comprendes la cantidad de atención y dedicación necesarias para alcanzar la fluidez.
El dominio tanto de tu lengua materna como de un segundo idioma marca el inicio de tu flexibilidad cognitiva, permitiéndote alternar entre diferentes lenguas con facilidad. Además, tu conocimiento lingüístico se fortalece al poder detectar matices y patrones similares entre tu segundo idioma y tu lengua materna, lo que hace que el proceso de aprendizaje de nuevos idiomas sea más eficaz y enriquecedor.
Mejora tu experiencia laboral
Se argumenta que en muchos ámbitos laborales, se valora la competencia en la lengua materna. Si estás buscando avanzar en tu carrera, tener un dominio de tu lengua materna puede marcar la diferencia y darte una ventaja sobre otros candidatos que compiten por la misma posición. Incluso si ya tienes un trabajo y trabajas en un entorno diverso, conocer tu primer idioma sigue siendo crucial. Esto es especialmente relevante cuando interactúas con colegas cuyas lenguas maternas pueden ser similares o diferentes a la tuya.
Es posible que encuentres colegas con los que compartas experiencias lingüísticas comunes, así como otros con experiencias diferentes que puedas aprender y comprender por primera vez. Estas interacciones te ayudarán a mejorar tu comprensión cultural y a desarrollar empatía, fomentando así un ambiente de trabajo inclusivo. Ambas partes pueden abrirse a la inclusión al desafiar y enriquecer sus perspectivas culturales y lingüísticas a través del intercambio de experiencias.
Pensamientos finales
En resumen, la lengua materna es mucho más que un medio de comunicación. Es la voz de nuestra identidad, el lazo que nos une con nuestras raíces y el puente que nos conecta con el mundo que nos rodea. Por ello, debemos valorar y proteger este tesoro lingüístico, garantizando así su perpetuidad y su relevancia en el panorama global actual.