Te presentamos el último capítulo de nuestra serie de retratos de usuarios: un extracto de las vidas y experiencias de nuestros usuarios con el aprendizaje de idiomas. Si quieres compartir tu historia con nosotros, deja un comentario en la parte inferior.
Con sus 66 años, Suzy ha criado 5 hijos y tiene 9 nietos. Actualmente disfruta de su retiro en Passavant-en-Argonne, un pequeño pueblo de 220 habitantes en la región de Marne, al noreste de Francia. Cuando no está jugando al Scrabble o al dominó en el club local para personas mayores, a Suzy le gusta dar largos paseos por el campo. El senderismo, su gran pasión, le llevó a descubrir otra: aprender español. El pasado 20 de julio Suzy se registró en Babbel para aprender la lengua de Cervantes, justo un mes antes de emprender en solitario la aventura del Camino de Santiago.
“Siempre he disfrutado del trekking. Conocía muy bien el Camino de Santiago. Recorrí sus caminos con mis primas en 2011. Pero esta vez decidí ir sola, sin tener que contar con nadie para organizar mi viaje. Me dije que tenía que aprender lo básico en español, lo suficiente para poder defenderme. Me registré en Babbel y aprendí español cada día durante un mes, hasta la víspera de mi partida hacia el Camino de Santiago. Todas las mañanas completaba una lección que repasaba sistemáticamente en mi tablet por la noche. Después de un mes, finalicé el curso 1 para principiantes y aún me sobró tiempo para hacer algunos cursos temáticos para la vida diaria (que pensé que serían de gran ayuda para mi viaje). El resultado fue inmediato: una vez en España, me di cuenta de que ya había adquirido un nivel de competencia que me permitía aprender fácilmente en el camino. Practiqué el idioma con otros huéspedes, con dependientes de comercios… Cuando cometía errores, la gente me corregía y gracias a ello aprendí nuevas palabras que no conocía antes. El viaje me motivó a seguir aprendiendo y continué estudiando una lección por día tras volver de España. ¡Ahora mismo estoy en el curso 3 para principiantes y estoy completamente enganchada! ¡Soy una completa adicta al español! (Se ríe).
Mis primas me visitaron unos días y no tuve tiempo de aprender nuevas lecciones, ¡me di cuenta de que realmente lo echaba de menos! Y estuve encantada de poder retomar mis clases a la mañana siguiente.
Mi experiencia en el camino fue realmente un placer y ya estoy planeando volver en abril del próximo año. Para entonces, mi vocabulario será mucho más rico. El encanto del Camino de Santiago es conocer a personas de todo el mundo. Conocí a viajeros de Quebec, Brasil, Texas, Holanda, Bélgica, Suiza, Italia, Alemania, España, Irlanda y hasta de Japón.
Caminé con viajeros de Quebec durante diez días. Se creaba un vínculo especial con la gente, perdías el contacto y luego los encontrabas de nuevo. Qué forma más bonita de conocer gente. Fue un verdadero viaje cultural y lingüístico.
Hasta la fecha, he caminado 2500 kilómetros en 94 días a lo largo de las famosas rutas del Camino de Santiago, pero mi verdadero deseo es que el camino nunca termine. Quiero seguir caminando y aprendiendo, disfrutando tanto tiempo como pueda. ¡Todavía tengo muchos kilómetros por recorrer!».