La vuelta al mundo en 19 tazas de té

¿Qué se dice sobre el té en otros países? Aquí podrás ver cómo 19 naciones toman su té.
La vuelta al mundo en 19 tazas de té

Es muy apropiado que en La bella y la bestia sea una tetera la que canta las palabras «una historia tan antigua como el tiempo». Y es que en todo el mundo la historia de las tazas de té es casi tan antigua como el tiempo, o al menos se remonta hasta el año 2737 a. C.

Según una leyenda ampliamente aceptada, el té fue descubierto por el emperador chino Shennong cuando una hoja seca cayó en su taza. Decidió que el agua caliente sabía mucho mejor con un poco de sabor extra, y el resto ya es cosa sabida.

Bueno, no del todo. No fue hasta alrededor del año 200 d. C. que el té se abrió paso en los hábitos diarios de la gente común. El primer informe publicado sobre los métodos de cultivo del té se remonta al año 350. La moda del té llegó a las costas de Japón alrededor del año 800, y a Europa en 1610 a través de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Los británicos llevaron la cultura del té a la India en 1836, y a fines del siglo XIX el cultivo del té ya se había extendido por todas partes, desde Georgia en Europa hasta Irán en el Medio Oriente, Mozambique en África, Brasil en América del Sur y, para acabar de redondear, también había llegado a Australia.

Hoy en día, el té sigue siendo una bebida básica de numerosas culturas que se ha universalizado en los siete continentes, incluso en la Antártida. Y además es una pieza digna de ser expuesta en un museo como parte de la expedición del Capitán Scott al Polo Sur en 1912.

Hoy nuestra expedición editorial nos presentará 19 tazas de té de todo el mundo, dedicando el tiempo justo para tomar un sorbo de cada una.

India

India ocupa el segundo lugar como principal productor mundial de té después de China, y gran parte se consume en casa. Aunque el té solo comenzó a ser un elemento básico de la cultura india desde que los británicos lo llevaron allí a mediados del siglo XIX, India tiene el mérito de haber regalado al mundo el té chai: un té negro con sabor a cardamomo, jengibre, clavo, nuez moscada, canela y, a veces, otras especias. Este té generalmente se mezcla con leche. Sin embargo, en realidad el origen del masala chai se remonta miles de años atrás, y no fue sino hasta la época colonial que se agregó el té negro a la mezcla. Hoy en día puedes encontrar masala chai servido en las calles por vendedores conocidos como chai wallahs.

Japón

En Japón, sus tazas de té originalmente solo existía en círculos elitistas y templos budistas, donde se servía a monjes y gobernantes en una compleja ceremonia. Matcha, el té verde en polvo que recientemente se ha puesto de moda en Occidente, se usó durante siglos en las ceremonias japonesas del té llamadas chado (“camino del té”). Todo se ritualiza en estas ceremonias, desde la forma como se convoca a los invitados a la casa hasta el proceso de limpieza (la entrada a la casa de té es un espacio angosto que requiere que te inclines y, por lo tanto, muestres humildad antes de entrar). Hoy en día, el matcha se ha abierto muchos caminos hasta llegar, por ejemplo, al latte de Starbucks, al mundo de los helados y al chocolate Kit Kat.

Rusia

El té llegó a Rusia en el siglo XVII después de una larga y ardua travesía en camello desde China. Aunque originalmente era solo para la clase alta, en 1880 el Ferrocarril Siberiano permitió que el té fuera mucho más accesible y llegara a convertirse en un elemento básico de la vida cotidiana. Muchas personas rusas beben té todos los días. Lo hacen generalmente después de la cena, acompañándolo con dulces o un postre. Una taza de té típica rusa suele contener té negro endulzado con azúcar o mermelada (intenta colocarte un terrón de azúcar en la boca y sorber el té para disfrutar una experiencia aún más auténtica). La cultura rusa del té también nos trajo el samovar, un tipo de tetera que incluye un calentador de agua y la tetera propiamente dicha. ¿Qué se prepara en un samovar? Un zavarka, es decir, un “brebaje” de té negro concentrado y muy fuerte que luego se diluye con agua caliente.

Irán

En Irán, la gente endulza su té sumergiendo primero en la taza un caramelo de roca amarillo con sabor a azafrán llamado nabaat. Por lo general, el té se sirve en una bandeja de plata y se suele tomar varias veces al día. Los iraníes habían desarrollado un gusto por el té en el siglo XV, cuando la exportación de té se extendió en el Medio Oriente desde la Ruta de la Seda. Las casas de té conocidas como chaikhanehs surgieron en todo el país, e Irán finalmente llegó a cultivar su propio té en el siglo XX. Debido a que el alcohol es ilegal en Irán, estas casas de té son los lugares públicos más semejantes a un club o un bar que encontrarás en ese país.

Marruecos

Si estás en Marruecos y alguien te invita a su casa, es casi seguro que te servirán té. Lo adecuado es que aceptes, porque generalmente rechazar el té se considera un gesto muy grosero en la cultura marroquí. El té nacional de Marruecos es una mezcla de menta, té verde y azúcar. Tradicionalmente, el té de menta marroquí se toma en vasos pequeños, que se sirven llenos dos veces. Un proverbio se refiere a esta costumbre: “La primera copa es tan dulce como la vida, la segunda es tan fuerte como el amor y la tercera es tan amarga como la muerte”.

Sri Lanka

Sri Lanka se conocía antes como Ceilán, nombre que se convirtió en epónimo de su té. Durante el dominio colonial británico, las abundantes plantaciones de café de la isla fueron devastadas por una enfermedad fúngica. En consecuencia, el comercio del café fue reemplazado por la economía del té. Hoy en día, el té se suele consumir con jaggery, un tipo de savia de azúcar de palma, o con jengibre fresco. Sri Lanka también tiene su propia versión del té masala, que consiste en una mezcla de leche, cardamomo, té negro (generalmente de Ceilán), clavo, jengibre, vainilla y azúcar.

Reino Unido

¡Imposible olvidarse de los británicos y su té! En el pasado, los británicos de clase alta lo bebían servido en mesas bajas antes de la cena, por lo cual se hablaba de «afternoon tea» o «low tea». Las clases más bajas tomaban el té un poco más tarde, y como este solía servirse en mesas más altas, se lo conocía como «high tea». La tradición del té de la tarde (servido con pasteles o pequeños sándwiches) se estableció con firmeza en el siglo XIX, lo cual se atribuye en gran parte a los hábitos alimenticios de Ann, duquesa de Bedford. Hoy en día, el consumo de té en el Reino Unido supera las 160 millones de tazas por día. Generalmente se trata de té negro servido solo o con leche y azúcar.

Estados Unidos

La relación de Estados Unidos con el té pudo haber sido tensa al principio, pero después de que el país lograra volcar un montón de existencias en el puerto de Boston y reclamar con éxito su independencia de Gran Bretaña, se entusiasmó bastante con esta bebida. La mayor contribución de Estados Unidos al mundo del té es el té helado, más específicamente el té helado dulce. Aunque este es algo maravilloso en el sur, se popularizó en St. Louis durante la Exposición Universal de 1904, en la que hizo un calor abrasador. Un grupo de productores de té intentaba promocionar sus productos en medio de aquella atmósfera sofocante, por lo que lo sirvieron con hielo para hacerlo más agradable al paladar. Sin embargo, se han encontrado referencias anteriores al té helado, en libros de cocina estadounidenses que datan de principios del siglo XIX. Para preparar una taza de té dulce como debe ser, hay que endulzar previamente la mezcla de hoja de té y agua, mientras aún está caliente.

Turquía

Después del colapso del Imperio Otomano se impulsó el consumo de las tazas de té por encima del café, ya que el café se importaba de Yemen y el té se cultivaba fácilmente dentro de las fronteras del país. Hoy se sirve en Turquía el té çay con cada comida, y también en otros momentos del día. Este té se prepara con una tetera de doble cámara denominada çaydanlık. En una de sus partes hierve el agua y la otra se llena con hojas de té secas. Este té se sirve generalmente en vasos pequeños en forma de campana, que se vuelven a llenar varias veces.

Tíbet

En las grandes alturas del Tíbet, el té tiene la función de ser especialmente calórico y fortificante. El po cha o té de mantequilla de yak se sirve con leche, sal y mantequilla de yak, que luego se baten para crear un té cremoso similar a una sopa. El té en sí se hace hirviendo un ladrillo de té negro durante medio día.

Argentina

La yerba mate, un té de hierbas con propiedades estimulantes de cafeína, es un importante pilar del estilo de vida argentino. Por lo general se prepara en una olla pequeña o en una calabaza y se bebe sorbiéndolo con una pajilla conocida con el nombre de «bombilla». Cuando se departe en grupo, el té amargo, conocido simplemente como mate, suele pasarse y compartirse entre las personas. Es importante que evites mover la bombilla si te la pasan, ya que esto le indica al anfitrión que no sirvió el mate correctamente.

China

Como es natural, el té abunda y hay muchas variedades en el país que lo vio nacer. Existen, por ejemplo, el té pu-erh de hoja amarilla, el oolong, el jazmín y varios tipos de té verde. En China el té se ha utilizado durante mucho tiempo como bebida medicinal, y también está codificado en rituales. La ceremonia del té tradicional china, denominada Gong Fu, es un elaborado ritual que incluye un tipo especial de olla y taza, varias herramientas de bambú, pinzas, paños de cocina, una bandeja de preparación y «tazas aromáticas» para que los invitados huelan las hojas antes de su cocción. Las tazas también se calientan con la primera infusión y el té se vierte con movimientos circulares desde lo alto hasta que cada taza está llena.

Sudáfrica

El té rooibos proviene exclusivamente de Sudáfrica. La planta de rooibos tiene muchos antioxidantes y otras propiedades medicinales, y también es una excelente fuente de bienestar. Tradicionalmente, el rooibos se preparaba hirviendo las hojas en el agua (en lugar de agregar el agua una vez hervida). Este té rojizo se puede servir solo o con leche. Algunos sudafricanos le agregan una rodaja de limón. En la Ciudad del Cabo, la cultura del café ha fomentado la innovación en la familia del rooibos hasta incluir el capuchino y el espresso de rooibos. También hay tés de rooibos con sabor a frutas e incluso se le dan varios usos culinarios a esta planta.

Catar

El té negro se mezcla primero con leche evaporada o condensada y azúcar. Después se vuelve a hervir para producir una bebida nacional conocida como karak en Catar. Es similar al masala chai de la India, excepto que no tiene un sabor tan picante gracias a la leche condensada que tiende a hacerlo más cremoso y dulce.

Mauritania

En Mauritania, el té verde con menta se bebe de a tres vasos, de forma similar a la tradición marroquí. Pero, a diferencia del té de Marruecos, el mauritanio comienza siendo amargo y termina con un sabor dulce, ya que a cada nuevo vaso se le añade más menta y azúcar. Para prepararlo, se agrega té verde al agua mientras está hirviendo, luego se vierte la mezcla en una segunda tetera junto con azúcar y menta, y se revuelve el contenido vertiéndolo de un vaso a otro.

Tailandia

Aunque Tailandia originalmente no tenía su propia cultura del té fuera de las comunidades tailandesas chinas, finalmente produjo su propia versión: cha yen, que es el té helado tailandés. Se trata de una mezcla de té negro que se combina con azúcar, leche condensada y, por lo general, varias especias como el anís estrellado, el tamarindo y el azahar. ¿A qué debe su característico color naranja? Es, por lo general, el resultado del colorante agregado a las hojas de té. Hoy en día, puedes encontrar vendedores ambulantes que venden té tailandés en todo el país.

Taiwán

¿A alguien le apetece un boba? El té de burbujas taiwanés es un invento bastante reciente y probablemente merece la mayor cantidad de puntos por innovación. Es una mezcla de té helado, leche en polvo y jarabe, con pequeñas bolas de tapioca, y se sorbe usando una pajita ancha. Aunque se inventó básicamente por accidente, se popularizó con gran rapidez. En 1988, un gerente de desarrollo de productos de una casa de té taiwanesa dejó caer, sin quererlo, bolas de tapioca de su postre en su té. Ya te podrás imaginar el resto de la historia.

Pakistán

Pakistán tiene su propia versión de chai, que se mezcla con pistachos, almendras, sal y leche, además de especias como cardamomo, canela y anís estrellado. Conocido como noon chai, el té de Cachemira es de color rosa y a menudo se sirve con pasteles paquistaníes. Su color distintivo se deriva de la aireación del té, que se logra batiendo el agua caliente y vertiéndola y sacándola de la tetera.

Malasia

Las típicas tazas de té de Malasia se conoce como teh tarik. Su preparación incluye té negro, azúcar y leche evaporada, y generalmente se sirve con una consistencia espumosa. La espuma se logra vertiendo el té de una taza a otra y este proceso es una suerte de espectáculo atlético que poco tiene que envidiarle al de la preparación de un mojito o al lanzamiento al aire la masa de una pizza.

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Steph Koyfman

Steph es creadora de contenido y lleva más de cinco años escribiendo sobre idiomas y cultura para Babbel. Creció en un entorno bilingüe, descubrió su pasión por los libros desde muy pequeña y, más tarde, estudió Literatura Inglesa y Periodismo en la universidad. También habla ruso y español, aunque sus habilidades en esos idiomas están un poco oxidadas.

Steph es creadora de contenido y lleva más de cinco años escribiendo sobre idiomas y cultura para Babbel. Creció en un entorno bilingüe, descubrió su pasión por los libros desde muy pequeña y, más tarde, estudió Literatura Inglesa y Periodismo en la universidad. También habla ruso y español, aunque sus habilidades en esos idiomas están un poco oxidadas.