La Navidad es una fiesta muy personal y nostálgica. Esto sumado a que especialmente en Reino Unido las tradiciones navideñas se mantienen con mucha firmeza, hace que todavía insistimos a nuestros padres para que nos llenen los calcetines al pie de nuestra cama. Puede que tengamos veintitantos años ya, pero seguimos dejando galletas y zanahorias a Papá Noel y sus renos, quienes han trabajado duro durante todo el año para repartir nuestros regalos a tiempo.
Y es inaceptable que nuestros padres se olviden de comer esos aperitivos. ¿Acaso la magia de la Navidad no significa nada para ellos? Me estoy estresando con tan solo pensarlo. Bueno, a lo que vamos, a continuación, presentamos algunas tradiciones navideñas británicas que otros países pueden encontrar realmente confusas.
1. El discurso de la reina en Navidad
Esta tradición navideña comenzó en 1932 cuando el rey Jorge V, el abuelo de nuestra reina actual, pronunció un discurso, escrito por el propio Rudyard Kipling, en una transmisión de radio. La idea original del discurso era levantar la moral en aquellos tiempos difíciles, con la amenaza de la II Guerra Mundial. Actualmente, el discurso se ha convertido en una reflexión anual, un resumen del año por parte de la casa real desde la perspectiva más británica que existe.
El discurso de la reina dura 10 minutos y se emite a las 3 p.m. el día de Navidad. En ese momento todas las familias británicas se reúnen. No hay nada más reconfortante que ver a la jefa de estado con un traje color pastel y pendientes de perlas reflexionando sobre las victorias y derrotas del año. El nombre oficial es “El discurso másamable de Su Majestad”, pero Gran Bretaña lo abrevia a “El discurso de la reina” y estoy convencida de que a ella no le importa este cambio.
2. Anuncios de grandes superficies
El Reino Unido está obsesionado con los anuncios navideños. Todo comenzó con John Lewis en 2011. Los grandes almacenes británicos contrataron a la agencia de publicidad Adam & Eve para hacer un anuncio navideño tan desgarrador que no quedó ni un ojo seco en el país. Solo se podía hablar de ese anuncio.
En 2012, todo el mundo esperaba con gran expectación el siguiente anuncio: ¿cómo iban a superar su creación anterior? Pues, de manera sorprendente,el anuncio de 2012 fue aún más lacrimoso. Desde entonces, los anuncios de John Lewis se han convertido en una tradición navideña británica. Y por supuesto, sus competidores se han unido a esta tradición. El resultado es una especie de batalla publicitaria navideña de grandes marcas, como Sainsbury’s, Tesco y Marks & Spencers, luchando para conquistar los corazones de la nación.
Aunque Sainsbury’s estuvo a punto de conquistarme este año, John Lewis ha vuelto a convertirse en el gran protagonista. En 2018, hicieron alarde de su poder involucrando al mismísimo Elton John. Y el mensaje que enviaron fue contundente: compra un instrumento musical en John Lewis esta Navidad a tus hijos y se convertirán en superestrellas.
3. Víspera de Navidad (Nochebuena): la noche del año más alcohólica
Algo especial sucede en el Reino Unido en Nochebuena y no involucra a Papá Noel ni a su manada de renos. La víspera de Navidad es la noche de las reuniones de la ciudad natal. Es la única noche del año en la que todos retornan a sus ciudades de provincia para pasar la temporada festiva con sus familias. Y, por consiguiente, también se regresa al pub local que se frecuentaba en la época estudiantil.
¡Un momento emocionante! Te puedes reencontrar con antiguos compañeros de clase o ex parejas, ir tomando nota mental de quién compró una casa, quién tuvo hijos, quién se mudó, etc. Es una de las tradiciones navideñas en la que puedes juzgar a todo el mundo sin sentirte culpable porque sabes que el resto lo está haciendo contigo.
En este tipo de tradiciones navideñas, todos tienden a beber mucho más de lo que deberían. Desesperados por mostrar cuánto dinero ganan ahora, las bebidas y los chupitos se compran a montones, así que no es de sorprender que se acaben por los suelos. La tradición británica no oficial de emborracharse en exceso convierte al día de Navidad en un día de resaca, pero la comida ayuda. Y, por supuesto, cuando comienza el discurso de la reina, todos se sienten bien de nuevo.
4. Pantomimas: obras de teatro cursis para toda la familia
Una pantomima (o un “panto”) es un género teatral británico que mezcla la comedia,el cuento y el musical. En definitiva, una obra de teatro diseñada para familias con niños pequeños y una tradición exclusiva de la época navideña. El humor de estas funciones nace de payasadas y la historia es a menudo una parodia de Peter Pan, Aladdin o El mago de Oz.
Hay ciertos temas recurrentes en estas funciones que las hacen únicas. Por ejemplo, a menudo hay un villano que se acerca sigilosamente al protagonista de forma intermitente a lo largo de la obra. Es deber de la audiencia gritar “¡Está detrás de ti!”. De niña, siempre me pareció desconcertante lo sordo que parecía estar el protagonista.
Pero, sin duda, el recuerdo más aterrador de mi infancia vivido en estas representaciones fue la drag queen MC. Este personaje subía al escenario y elegía a 3 o 4 niños del público para que se unieran a ella. Los niños subían al escenario y MC les hacía un par de preguntas. Como recompensa, les entregaba una bolsa de bombones y obsequios.
Una vez, cuando tenía tres años, MC me señaló y trató de animarme a subir al escenario. Yo estaba absolutamente aterrorizada. “¡Adelante Ali!” Siseó mi mamá. Me negué a quemarropa por puro terror y recuerdo vagamente un foco de luz brillando sobre mi diminuta cabeza y la audiencia riéndose de mi miedo. Nunca volví a una pantomima.
5. Comida navideña
No hay nada más tradicional en una Navidad británica que su comida navideña. Hay cerdos envueltos, por ejemplo. Es decir, salchichas diminutas envueltas en tocino y horneadas. O los pudines de Yorkshire, que consisten en una masa para tortitas en forma de tazón pequeño que se convierte en el recipiente perfecto donde verter grandes cantidades de salsa. No sé quién, pero hay alguien en algún lugar que pensó que las coles de Bruselas son la verdura ideal para acompañarlo todo. Algo con lo que no estoy nada de acuerdo, pero me las como de todos modos.
También están los pasteles de carne picada que se consumen durante este periodo festivo: por dentro una mezcla de frutas especiadas y por fuera la forma de un pastel azucarado. Tras la cena de Navidad, llega el turno del pudín de Navidad: un pastel de frutas hervidas bañadas en brandy. La tradición es prender fuego al brandy para calentarlo, lo que puede resultar bastante peligroso.
Entre otras tradiciones navideñas: bebemos Buck’s Fizz por la mañana, una bebida alcohólica embotellada compuesta de jugo de naranja y vino espumoso; y tiramos Christmas crackers en la mesa durante toda la comida. Un Christmas cracker es un cilindro de cartón a modo de caramelo que se abre de golpe tirando de sus extremos. En su interior suele haber un sombrero de fiesta, un pequeño obsequio y un chiste para leer en la mesa. Por lo general, los chistes son especialmente horribles. Por ejemplo: “Why did Santa’s helper go to the doctor? Because he had low elf esteem!” (elf = elfo, pero en la frase se relaciona con self, y por tanto, self esteem = autoestima).