7 trucos para aprender a hablar un idioma en una semana

Los hermanos superpolíglotas, Michael y Matthew, se propusieron aprender turco en una semana en la ciudad donde viven, Berlín. Mira lo que consiguieron.
Aprende un idioma en 7 días

¿Qué se puede lograr en una semana? Si dedicas los siete días a conseguir un propósito, ¿cómo de ambicioso puede ser este objetivo? Los gemelos Michael y Matthew Youlden se propusieron aprender turco en 7 días haciendo un gran intento para liberarse de las distracciones de la vida moderna para conseguir dedicarle unas ocho horas al día al estudio en su rutina diaria.

Estos son los 7 trucos que aprendí después de haber observado a unos de los mejores estudiantes de idiomas del mundo.

1. Entiende tu objetivo

  • Lección aprendida: define tu objetivo de forma clara desde el principio y luego traza una ruta para alcanzar ese objetivo.

Los gemelos decidieron que les gustaría enfrentarse al reto de aprender un idioma en una semana para ponerse a prueba, después de eso solo quedaba decidir cuál querían aprender. El turco se presentó como la mejor opción, ya que hay unas 300 000 personas en la capital alemana cuya lengua materna es el turco. Vamos allá.

2. Notitas por todos lados

  • Lección aprendida: etiqueta todo lo que hay a tu alrededor en el nuevo idioma desde el primer día. Irás relacionando ideas y conceptos de forma pasiva mientras te haces un café o te lavas los dientes.

La primera acción dentro del proceso de aprendizaje de los gemelos fue decorar toda su casa con notas adhesivas. Pasada una hora, era imposible llevar a cabo cualquier tarea, por mínima que fuera, sin encontrarse una notita pegada en el interruptor de la luz, en la lavadora o en el armario y no haber visto un mínimo de 3 palabras relacionadas con la acción.

3. Consigue un/a compañero/a

  • Lección aprendida: hay pocas motivaciones mejores que la de tener un colega que comparta tu mismo objetivo. Para mantener la motivación, nada mejor que la presencia de un compañero de aprendizaje que haga que tengas la presión justa para seguir aprendiendo y no tirar la toalla.

La importancia de la presencia del otro gemelo se materializó en el momento en el que acordaron dividirse las habitaciones de la casa para pegar las notitas. Esta simple tarea se vio aumentada por continuos tests que se hacían el uno al otro, y también por el hecho de que ambos se dividen sus días de estudio de manera ligeramente distinta y estudian temas diferentes, de manera que un gemelo se vuelve la fuente de sabiduría del otro.

4. Prepárate unas minimotivaciones

  • Lección aprendida: necesitas ponerte pequeños retos antes de conseguir el gran objetivo. Esto consiste en tener miniobjetivos —interactuar con el idioma en vivo y en directo, por ejemplo— que te obliguen a dar pequeños pasos para poder lograrlos. La motivación de superar pequeños objetivos te llevará a conquistar cimas más altas.

Michael y Matthew tuvieron numerosos minirretos a lo largo de la semana. El primer día tuvieron la visita de su amigo nativo que les saludó en turco y que les felicitó por haber aprendido sus primeras frases tan rápido. Luego se aprendieron los nombres de las frutas y los números para poder visitar el mercado turco en Kreuzberg. Después de poner en uso el idioma, volvieron a casa a seguir estudiando con una sonrisa en la boca.

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5. Cómete el idioma

  • Lección aprendida: encuentra la manera de relacionar todo lo que haces con el aprendizaje del idioma. Rodéate de su comida, su música y sus películas, incluso puedes hacer tu cerebro más experto en el idioma y pensar en nuevas áreas de interés y motivación.

En nuestra segunda visita al piso de los gemelos, nos encontramos la cocina plagada de snacks y frutos secos turcos. Igual que los niños miran el cartón de la caja de cereales antes de ir al colegio, los gemelos leían la información nutricional y varias ofertas especiales y concursos durante cada pausa y picoteo.

6. Aprovecha lo que ya conoces

  • Lección aprendida: cuanto más profundo sea el proceso de aprendizaje, más probable será que se memorice la información. Intenta disfrutar de las coincidencias y paralelismos entre los idiomas que ya conoces y el idioma que estás estudiando. 

Una de las frases más comunes de uno de los gemelos era: “ah, mira, eso es como en …”. Usaron constantemente sus conocimientos previos en otros idiomas para estimular y reforzar su aprendizaje en turco. Esta rutina, no solo ponía interesantes debates etimológicos sobre la mesa, sino que también aseguró que las nuevas palabras no se olvidaran.

7. El cambio es la sal de la vida

  • Lección aprendida: está genial que ya tengas tu ruta pensada y una idea de tus métodos favoritos, pero recuerda lo importante que es probar cosas nuevas. Las fuentes para empaparte de tu nuevo idioma son tan numerosas como las de tu lengua materna.

A veces, los gemelos se sumergían en sus libros, en sus ordenadores o en sus apps, haciendo y hojeando lecciones y ejercicios, pero otras veces se atareaban buscando emisoras de radio turcas o las reseñas en Internet de un partido de fútbol. No existe un método definitivo para aprender un idioma, ni ninguna herramienta o profesor/a que te facilite el santo grial de la fluidez. Un idioma se escribe, se habla, se lee y se escucha.

Muy a menudo, las personas que estudian un idioma nuevo una vez por semana solo disfrutan de una conversación semanal con el profesor y luego no interactúan con las personas nativas, ni ven noticias o leen en el idioma. Nuestros consejos:

  • Prueba algo nuevo cada día
  • Escucha una canción pegadiza
  • Léete un artículo de un periódico cuya línea política esté lejos de la tuya
  • Escribe una historieta para niños
  • Habla contigo mismo/a mientras cocina
  • Apúntate a clases de teatro de improvisación.

¡Échale un poco de sal a tu aprendizaje de idiomas!

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