Cuando la gente conoce a personas como Luca Lampariello que dominan varios idiomas con fluidez lo primero que siente es perplejidad y un poco de envidia. Ser políglota se considera generalmente como algo cool aunque difícil de conseguir, sobre todo si el segundo, tercer o cuarto idioma se empiezan a aprender después de terminar los estudios. Como abogado del aprendizaje de idiomas, por supuesto que estoy de acuerdo en que hablar varios idiomas es cool, pero no me creo tanto eso de que sea difícil.
Me llamo Luca Lampariello. En esta primera parte me gustaría desviarme en el largo y trillado camino del cómo aprendí 11 idiomas y centrarme en el por qué aprendí estos idiomas. Las personas que aprenden idiomas por temporadas te dirán que la motivación es algo crucial así que, ¿cómo se encuentra la motivación y cómo se puede reforzar?
Aprender idiomas se trata de mucho más que apilar libros y horas de estudio. Se trata de viajar a sitios increíbles, conocer a gente que inspira, disfrutar de comidas deliciosas y embarcarse en numerosas aventuras y viajes para descubrirse a uno mismo. Yo también baso mi motivación en estas experiencias; las experiencias que estos idiomas hacen posibles.
Inglés
Luca Lampariello
Lección aprendida Los idiomas no pueden ser enseñados, solo pueden ser aprendidos. Contar con alguien o con algo que te ayude en el proceso puede ser muy beneficioso. Encuentra una guía, no un instructor.
El inglés ya era el idioma del mundo cuando yo cumplí 10 años, en 1991. Estudiarlo era obligatorio. Al principio se me daba mal, no me gustaba la profesora, las explicaciones de gramática eran confusas y el material de aprendizaje era monótono. Entonces mis padres decidieron contratar a una tutora nativa para que me ayudara a descubrir la lengua: me dirigió por el buen camino cuando se trata de aprender una lengua extranjera y, lo más importante, cuando se trata de amar una nueva lengua.
Empecé a leer muchos libros en inglés. Mi tía me compró The Hardy Boys por mi cumpleaños y a partir de ahí ya era un camino sin retorno. La combinación de leer libros, ver películas cada día y hablar con mi tutora una vez por semana durante dos años funcionó de maravilla. Cuando tenía 15 años ya hablaba inglés con fluidez y tenía un acento americano bastante marcado.
Francés
– Rita Mae Brown
Lección aprendida Un idioma es una puerta a un nuevo mundo que merece la pena ser explorado. ¡Baja tu guardia y enamórate! Del idioma, del país, de una persona o incluso de la comida. ¡No hay mejor motivación que esa!
Empecé a aprender francés más o menos a la misma edad que empecé con el inglés, y más o menos me topé con los mismos problemas. Todo cambió a la edad de catorce, cuando descubrí que podía ver canales de la televisión francesa. Empecé a verla unas dos horas al día, después de cenar. Esas dos horas al día funcionaron mucho mejor que los 3 años anteriores dedicados a aprender en el colegio. En 2010 me mudé a Paris. Vivir allí durante 3 años me permitió conocer muchas particularidades de la cultura francesa: historia, tradiciones, bromas, referencias culturales y un respeto por el orgullo de ser francés, por su cocina y su lengua.
Alemán
– Nelson Mandela
Lección aprendida Si encuentras un método que funciona y que te gusta, puedes aprender cualquier idioma por ti mismo. No hay mejor método para aprender un idioma que encontrar algo que para ti es efectivo. ¡No te olvides de experimentar!
El alemán fue el primer idioma que empecé a aprender de forma completamente autodidacta. No recuerdo exactamente porqué me embarqué en este largo viaje, pero recuerdo que no tenía ni idea de cómo empezar a aprender alemán. Me pasé un par de meses usando un libro de gramática muy viejo que tomé prestado de la librería de mi abuela. Letras góticas plagaban las páginas obviando mis vagos conocimientos de gramática. En seguida me desanimé.
Entonces vi un anuncio por televisión sobre unos fascículos en 4 idiomas y decidí darles una oportunidad. Mientras los usaba, topé con mi propio método: una técnica especial para absorber los patrones de los diferentes idiomas de manera natural, divertida y sencilla. Este método surgió de forma espontánea, y en seguida me di cuenta de lo bien que funcionaba para mí. Después de usarlo durante un año y medio, conocí unos cuantos alemanes mientras estaba de vacaciones. Siempre recordaré sus caras de sorpresa y su pregunta: “Wie kannst du so gut Deutsch?!” (¿cómo es que hablas alemán tan bien?). Esta reacción y la conexión privilegiada que tuve con ellos más tarde, fueron suficiente motivación para querer perfeccionar mi alemán. Desde ese momento, empecé a leer de manera insaciable. El idioma se convirtió en una parte integral y necesaria en mi vida.
Español
– Johann Wolfgang von Goethe
Lección aprendida Aprender idiomas te ofrece lecciones muy importantes sobre tu lengua materna. Si aprendes una lengua similar a la tuya, empieza a hablarla desde el principio, es mucho más sencillo de lo que te crees.
Español e italiano, primos hermanos. Son parecidos y diferentes a la vez. Un mito muy común en Italia es que el español es fácil: que solo hace falta hablar italiano y añadir una “s” en cada palabra. La estructura general de ambos idiomas sí que es muy parecida, pero hay varias diferencias que residen en la pronunciación, la entonación y en el uso del idioma. En 2007 hice un intercambio y me fui a Barcelona. A pesar de estar inmerso en un entorno predominantemente catalán, vivía con una chica de Málaga muy animada y casi siempre salía con españoles, así que el idioma directamente se me contagió. Para cuando volví a Roma, el español ya formaba parte de mí.
Holandés
– Sarah Caldwell
Lección aprendida *El idioma inútil no existe. Todos son útiles tarde o temprano, así que no dejes que nadie te desanime en este aspecto. Déjate guiar por tus propios intereses y convicciones. *
Conocí a Lotte, una chica holandesa, mientras hacía camping en el norte de Cerdeña. Ella no hablaba mucho inglés, y ambos nos frustramos debido a nuestra incapacidad de comunicarnos. Aún así, lo pasamos genial, pero algo nos faltaba: un sentimiento de vacío me seguía molestando, así que decidí aprender holandés. Lotte y yo fuimos perdiendo el contacto, pero el idioma permaneció conmigo. La gente me insistía diciendo que el holandés era un idioma inútil, todos hablan inglés, pero yo seguí. Leo libros y revistas que mis amigos me traen de Holanda. Sabía que usaría este idioma tarde o temprano y tenía razón. Ahora hablo holandés a diario con mi compañero de piso. Hablar y mejorar mi holandés se ha convertido en algo fácil e interesante, y que hago casi sin esfuerzo.
Sueco
– Carlomagno
Lección aprendida Empieza a trabajar en tu pronunciación para evitar tomar malos hábitos. Sé flexible. Si un idioma tiene una característica única y propia, trabaja en ello desde el principio.
Llevaba un tiempo dándole vueltas a aprender un idioma escandinavo cuando mi novia italiana me regaló un curso para aprender sueco por mi cumple. Para mí, el sueco suena muy musical debido a su curiosa entonación, pero me costó mucho el comienzo. En 2004 fui a Estocolmo por primera vez y me enamoré sin esfuerzo de la cultura sueca. Hablé en sueco, sobre todo con noruegos, y vi películas y leí libros —en especial thrillers, los escandinavos son especialistas en este género—. ¿Y qué es lo mejor de todo? Si hablas sueco, la mayoría de los escandinavos te entenderán y podrás tener acceso a esta cultura y forma de pensar tan fascinante.
Ruso
– Proverbio chino
Lección aprendida Si estás a punto de abandonar un idioma, empéñate en encontrar aquello que aún hace que quieras seguir aprendiéndolo. Ve al país donde se habla ese idioma, conoce a algún nativo, ve una película, haz un vídeo de YouTube. Todo vale.
Después de unas cuantas lenguas romance y germánicas, me picó el gusanillo de aprender algo totalmente diferente. El ruso me parecía algo exótico: increíblemente rico, elegante y muy complejo. Pensar en ruso era como resolver un problema matemático en cada frase. Nadie me podía ayudar en esta aventura y, tras 8 meses, empecé a pensar que quizá me había equivocado al empezar a aprender ruso. Casi no había hecho ningún progreso. Entonces, después de 3 largos años, subí un vídeo mío hablando ruso en YouTube. La respuesta de la gente me dejó alucinado. No me había imaginado comentarios tan entusiastas y motivadores ni en mis mejores sueños. Los rusos saben que su idioma es difícil e inaccesible, así que cuando escuchan a alguien diciendo un par de frases explotan de la emoción. En consecuencia, empecé a hablar ruso con más frecuencia y poco a poco empecé a abrirme paso en el laberinto de la gramática rusa.
Portuguese
– Oliver Wendell Holmes
Lección aprendida Se pueden aprender dos idiomas a la vez siempre y cuando organices bien tu tiempo y tu energía.
Empecé a aprender el portugués de Portugal justo a la vez que empecé con el mandarín. Nunca había aprendido dos idiomas a la vez, así que me di unas cuantas directrices. El portugués, como el español, se me presentó como un idioma fácil de aprender, de manera natural. Me centré en la pronunciación, que puede ser un poco complicada a veces. Las consonantes inacentuadas rara vez se pronuncian y muchas veces las frases parecen una sucesión de consonantes. En ocasiones me preguntan por qué opté por aprender el portugués europeo y no el brasileño, que es hablado por mucha más gente. La verdad es que a menudo, no soy yo quien elige un idioma, el idioma me elige a mí.
Polish
– Frank Smith
Lección aprendida Viajar es una verdadera motivación. Viaja todo lo que puedas, cuando puedas. Te abrirá puertas y te llevará a aprender nuevos idiomas.
Visité Polonia en 2012 por segunda vez y me enamoré a simple vista del país y de su gente. A parte de usar mi técnica bilingüe de traducir un texto a mi idioma y viceversa, también empecé a hablarlo desde el principio haciendo un tándem de idiomas, es decir, un intercambio de polaco por italiano con Michal, un chico polaco que conocí en el verano de 2012. Recomiendo muchísimo hacer esto si estás aprendiendo una lengua eslava y ya sabes otra. Aunque el ruso no tiene nada que ver, la estructura es muy parecida a la del polaco y saber una lengua eslava ayuda mucho cuando aprendes la otra. Después de un año ya hablaba polaco de forma relativamente fluida e hice un vídeo de YouTube con Michal en una visita a Polonia. El vídeo también fue bastante comentado. Un periodista me entrevistó para una revista y terminé saliendo en la televisión polaca un año más tarde.
Chino mandarín
– Ludwig Wittgenstein
Lección aprendida No te dejes intimidar por la reputación de un idioma
Escuché decir que el chino es muy muy difícil, y por eso nunca me planteé aprenderlo.
Como seguía impresionado por el éxito de mis primeros vídeos de YouTube, me embarqué en este nuevo reto. Empecé a aprender chino mandarín a mi manera, pero tuve que enfrentarme a nuevos problemas.
Si alguien te dice que “es imposible aprender idiomas de forma autodidacta”, como alguna vez he escuchado decir, os puedo asegurar que es totalmente falso. Por supuesto tiene aspectos muy complejos, pero también cuenta con muchas facilidades que lo hacen más fácil de llevar. Si sabes modular diferentes tonos e identificar los diferentes caracteres chino de manera correcta, el chino es, a largo plazo, igual de fácil o difícil que cualquier otro idioma y la recompensa de hablarlo es inmensa. Estarás en estrecho contacto con una cultura increíble y los chinos estarán encantados de ver que hablas su idioma.
Japonés
– Federico Fellini
Lección aprendida Algunos idiomas cuentan con unas características completamente singulares, así que intenta ser flexible y adapta tu método para aprender idiomas según te vayas topando con los problemas. Si ves que tu enfoque no funciona, ¡cámbialo! No te des por vencido.
Cuando empecé a aprender japonés, quería un nuevo reto, pero nunca imaginé que fuera tan duro. Ni siquiera podía formar frases simples porque la estructura japonesa me resultaba muy diferente a la de cualquier otro idioma que yo conociera. Al principio pensé que el problema solo sería temporal y que podría solucionarse si lo hablaba con más frecuencia, pero simplemente no era el caso. Sigo pensando que aprender japonés es mi mayor reto, pero estoy seguro de que lo conseguiré. Solo necesito volver a pensar en el método y vivir el idioma.
Conclusión
Descubrir un método para aprender idiomas es, sin duda, una de las mejores cosas que me ha sucedido jamás. Aprender idiomas es una experiencia increíble. No lo hice simplemente para quedarme en casa horas y horas mirando una tabla de verbos aburridos. Lo hice para salir de casa y vivir.
Hablar muchos idiomas no es ni debería ser una actividad intelectual. Es un acto de amor para ti mismo y para otros, que te ayuda a descubrir la increíble diversidad de la naturaleza humana a la vez que las múltiples facetas de tu personalidad. Para aquellos que me preguntan por qué me gusta aprender idiomas mi respuesta siempre será: “no vivo para aprender idiomas, aprendo idiomas para vivir mejor”.