Ilustración de Carolina Buzio.
¡No te esfuerces demasiado por aprender un idioma estudiando mucho! En vez de eso, deberías integrarlo en tu día a día e incorporar una nueva rutina con la lengua que deseas aprender. Esto hará que el proceso de aprendizaje sea mucho más ligero, ya que no hay que invertir tiempo extra para sentarse a estudiar. Llevará menos tiempo y, en vez de aprender el vocabulario genérico que se aprendería con un libro, el idioma formará parte de momentos importantes de tu vida.
Aquí presentamos algunas técnicas para hacer que ese nuevo idioma sea parte de tu vida diaria.
1. Aprovecha todas las influencias potenciales que hay
- Ve películas y series en el idioma que estás aprendiendo. Si no hay subtítulos en el idioma en cuestión, ponlos en otro idioma que también conozcas.
- Lee libros en diferentes idiomas.
- Escucha audiolibros, programas de radio online y algunos podcast (es mucho mejor que escuchar solo canciones, ya que en los programas escucharás frases de la vida real y recibirás mucha más información).
- ¡Las canciones también cuentan! Si te gusta escuchar música, no vayas solo a lo fácil (como, por ejemplo, escuchar chansons si estamos aprendiendo francés), vuelve a tu niñez y escucha tus canciones favoritas o las bandas sonoras de Disney en el idioma que estás aprendiendo.
- Una forma de aprender incluso mejor es: ¡cantar en el idioma! Yo todavía puedo cantar “Hava Nagila” en hebreo, ¡y aprendí la canción con 7 años!
- Cuando vayas a un museo o a una galería, escoge la audioguía en el idioma que estás aprendiendo.
- Lee las noticias en ese nuevo idioma.
- Métete en todas las páginas web de noticias o radios que normalmente escuchas, ¡y busca su equivalente en el idioma nuevo!
- Fuérzate a leer las etiquetas en el idioma que estás aprendiendo: los cereales, el champú o los materiales de la nueva prenda que te has comprado. Es bastante probable que uno de los idiomas que aparecen en la larga lista de traducciones sea el idioma que estás aprendiendo. ¿Que no aparece? Entonces muy fácil: si estás aprendiendo turco, compra dulces turcos, ¡por ejemplo!
2. Usa tus diferentes dispositivos
- Cambia el idioma de tu ordenador, de tu teléfono, de tu navegador de internet, de tus apps, del Facebook, del GPS, de los videojuegos, etc., al idioma que estás aprendiendo.
- Piensa en la cantidad de aparatos de los que te rodeas diariamente, ¡y mira a ver cuáles puedes cambiar!
3. Construye asociaciones pasivas
¡Pega notas adhesivas donde puedas! Escribe asociaciones, por ejemplo, no basta solo con poner “el ordenador”, sino que también puedes añadir “encender / apagar”.
4. A veces, menos es más
Acostúmbrate a aprender y estudiar un poquito CADA DÍA, más vale repasar 20 minutos diarios que 2 horas cada tres semanas.
5. Ocupa tiempos muertos
- Si coges el autobús, repasa un poco de vocabulario mientras esperas o mientras haces el recorrido: puedes usar la app de Babbel, leer las noticias, etc…
- Usa ese ratito que tienes entre que haces una cosa y haces otra, como esperar a que se caliente la comida en el microondas, esperar entre clase y clase o mientras acaba la lavadora… ¡aprovecha el tiempo aprendiendo el idioma!
6. Intenta dar con un compañero o compañera de conversación, ¡aunque se trate de ti mismo/a!
- Si no hay hablantes nativos allí donde vives, alguien que esté intentando hablar la misma lengua que tú también puede ser de ayuda. Si ves que no encuentras a otra persona con quien practicar, busca foros y chats de idiomas o incluso apúntate a algún grupo de Facebook en el idioma que estás aprendiendo.
- Habla contigo mismo/a en tu cabeza, pregúntate: ¿cómo se diría esto en ……? Incluso si no tienes alguien que te corrija, seguro que enseguida te das cuenta de lo que NO PUEDES o debes decir y de lo que debes repasar. También puedes comentar todos tus actos y pensar o decir en alto “voy a encender el horno” en el idioma que estás aprendiendo.
- Ahora ya puedes hablar con los demás: cada cosa a su tiempo, di hola, di alguna frase que te sepas de memoria, escribe un tweet o un estado de Facebook, manda un mensaje, etc… ¡Aprovecha cada oportunidad que te surja para hablar el nuevo idioma!
7. Sigue haciendo tu hobby, pero en el nuevo idioma
Ya hemos hablado de videojuegos, películas y música, cuyos idiomas se pueden cambiar fácilmente. Pero, ¿qué es de los hobbies? ¿Haces yoga? ¿Te gusta cocinar? Ni siquiera tienes que comprarte un libro de recetas, ¡puedes encontrarlas en internet!
8. Y cómo no, vagueando
Si te gusta postergar las cosas o, como se dice en el nuevo verbo de moda, “procrastinar”, no te preocupes, ¡también lo puedes hacer en el idioma que estás aprendiendo! Puedes ver vídeos de risa o de gatos en el nuevo idioma, o leer cómics y revistas… ¡Internet es una fuente de inspiración para todo!