Ya lo decía el conejo de Alicia en el país de las maravillas: «¡Me voy, me voy, me voy. Si me hablan, ya no estoy!» Y quizás esto sea lo que esté pensando ese inversor con el que te acabas de cruzar por casualidad o tu futuro jefe potencial con el que subes en el ascensor. ¿Cómo transmitir entonces la máxima información en el menor tiempo posible, despertando el interés de tu interlocutor? La respuesta es: usar la técnica o formato del elevator pitch.
¿Qué es un elevator pitch?
Elevator pitch es una expresión que está muy de moda en el ámbito profesional anglosajón. ¿Pero de qué se trata exactamente? El elevator pitch consiste en preparar un breve argumentario para una conversación de menos de un minuto. Elevator, que significa ascensor en inglés, ilustra perfectamente ese tipo de conversación: te encuentras en el ascensor con alguien del que esperas o necesitas algo y tienes un par de pisos para convencerlo.
Mantener un elevator pitch es más difícil de lo que parece: no solo debes encontrar las palabras adecuadas para despertar el interés de tu interlocutor, sino también darle ganas de seguir con la conversación. Como todo otro tipo de discurso, el elevator pitch debe ser preparado concienzudamente y practicado varias veces. Pero te aseguramos que con un poco de ejercicio, te convertirás en un especialista de este formato. En lo que sigue, te presentamos nuestra guía completa para preparar un elevator pitch efectivo y que cause una excelente impresión.
Etapa número uno: preparar el contenido de tu elevator pitch
Para convencer, un buen elevator pitch debe prepararse con antelación. No hay por lo tanto lugar para la improvisación y debes definir objetivos claros contestando a las siguientes preguntas:
- ¿a quién se va a dirigir el elevator pitch?
- ¿qué tema vas a tratar y cómo lo vas a enfocar?
- ¿qué reacción esperas de tu interlocutor después de vuestra conversación?
Un elevator pitch bien preparado podría resultarte de gran ayuda en numerosas situaciones: obtener una entrevista de trabajo, una cita con un cliente, conocer a una persona importante, obtener una invitación… Por lo tanto, tienes que definir el objetivo y el enfoque del mensaje que quieres transmitir, en función de lo que pretendes conseguir. En cuanto estos tres elementos estén claramente delimitados, solo tendrás que organizar tus argumentos siguiendo una estructura bastante simple.
– La primera frase del elevator pitch
La primera frase de tu elevator pitch es la parte más importante de tu discurso. Esta primera frase es como las 10 primeras palabras de un correo o los 7 primeros segundos de un vídeo: debe despertar el interés de tu interlocutor. Intenta encontrar la frase introductoria que pueda causar el mayor impacto, esa frase que dejará huella en tu nuevo cliente o jefe.
– Desarrollar tu pitch
La parte central de tu pitch consiste en presentar las líneas generales de tu proyecto o solicitud, sin entrar en demasiados detalles. Cada una de tus frases debe aportar nueva información y no ser superflua. La clave es ser lo más claro posible, usando palabras simples pero exactas y yendo al grano.
Podrías hablar, por ejemplo, de tus competencias y conocimientos y de por qué son esenciales para el puesto al que te presentas. Cuenta cuál es tu recorrido profesional y recalca tus mayores éxitos laborales. Presenta las soluciones que podrías aportar para resolver un determinado problema.
Sea cual sea la situación, recuerda recalcar por qué destacas, cuáles son tus puntos fuertes y qué podrías aportarle a tu interlocutor. El objetivo de tu pitch es que tu interlocutor se dé cuenta del atractivo de tu candidatura. Pero cuidado con el tiempo: échale un ojo al reloj e intenta no hablar más de 30 segundos para no perder la atención de tu interlocutor.
– ¿Cómo concluir?
Para salir por la puerta grande, debes preparar muy bien el final de tu elevator pitch. Tus argumentos tienen fundamento y tu enfoque es el acertado. Eso está muy bien… ¿pero qué quieres conseguir de tu interlocutor? Ha llegado el momento de involucrarlo, proponiéndole una determinada acción. En el mundo del marketing y de las ventas se habla de CTA o Call to Action («llamada a la acción»). Podría tratarse aquí de conseguir un número de teléfono, una carta de visita, una cita o una entrevista.
Etapa número dos: ¡practica!
Solo hay un paso entre la teoría y la práctica, pero este no es pequeño y no puedes descuidarlo. Ha llegado el momento de prepararse para el día D.
– La comunicación no verbal
Para causar una buena primera impresión, es in-dis-pen-sable cuidar tu comunicación no verbal. Adopta una posición recta y activa. Recuerda mirar a tu interlocutor a los ojos y transmitir así un sentimiento de seguridad. Y por supuesto, sé cortés y sonríe.
– Personalizar tu pitch
Ahora que tienes las bases de tu elevator pitch es importante hacerlo tuyo.
¿Pero por qué? Porque solo así podrás prepararte a adaptarlo en un par de segundos. Personalizar tu argumentación es un elemento clave, ya que para enganchar a tu interlocutor, debes involucrarlo.
Si lo que deseas es conseguir una entrevista de trabajo, busca las cifras clave de la empresa y muestra así tu interés y conocimientos del sector. Recuerda que para que tu interlocutor tenga ganas de seguir conversando contigo, debes despertar su interés y compromiso.
Etapa número tres: ¡aprovecha todas las oportunidades que puedan surgir!
El elevator pitch puede ser una oportunidad única de conseguir el puesto de tus sueños o transformar tu carrera, sea cual sea el país en el que te encuentres o el idioma que hables. Sin embargo, de poco te servirá si solo lo usas delante del espejo de tu habitación.
Identifica a las personas a las que te gustaría conocer, participa en eventos donde puedas hablar con ellas y… ¡confía en ti mismo!
No dudes en usar este método para tus cartas de presentación o incluso al contactar a un reclutador por correo electrónico o Linkedin. Recuerda que las primeras frases son clave y que solo tienes una única oportunidad de causar buena impresión.
En cualquier situación o en cualquier idioma, preparar un buen elevator pitch será una inmensa ventaja para tu futuro profesional: ¡ahora solo depende de ti!
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