Idiomas germánicos: un retrato familiar

¿Qué idiomas pertenecen a la familia de las lenguas germánicas? ¿Se parecen realmente entre ellas?
Idiomas germánicas: un retrato familiar

A qué hace referencia exactamente el término lengua germánico y qué idiomas engloba. Seguramente ya hayas escuchado que los idiomas de este mundo se dividen en familias lingüísticas. A continuación, vamos a echar un vistazo a una de ellas: la familia de las idiomas germánicos.

Este grupo incluye todas las lenguas que surgieron del protogermánico, también conocido como germánico común. Obviamente, no existe ningún libro de texto escrito en este ancestral idioma común. Es más, ni siquiera se ha conservado ninguna evidencia escrita sobre él. El protogermánico es simplemente un hipotético idioma predecesor reconstruido por lingüistas. Antes de que el idioma protogermánico se dividiera en varios subgrupos alrededor del año 500 d.C., probablemente, comenzara a fraccionarse entre el año 1000 y 450 a.C., como consecuencia del primer cambio de sonido de un idioma indoeuropeo original.   Pero, ¿qué idiomas pertenecen realmente a la familia de idiomas germánicos y cómo se parece entre ellas hoy en día? A continuación, os delineamos el retrato familiar de las idiomas germánicos.

Idiomas germánicos: los miembros de la familia

Además del alemán, hay otros nueve idiomas germánicos “principales”. Sin embargo, los lingüistas presuponen que existen al menos 47 lenguas germánicos vivas en la actualidad, incluyendo lenguas minoritarias y grupos dialectales. Estas a su vez se dividen en lenguas germánicos occidentales, lenguas germánicos orientales y lenguas germánicos nórdicas.

Idiomas germánicos occidentales

Al igual que el inglés y el holandés, el alemán es una de las idiomas germánicos occidentales. Pero eso no es todo: El yidis, el luxemburgués, el frisón y el afrikáans también son miembros del subgrupo germánico occidental, al igual que otros dialectos del alemán y del holandés que se hablan en Europa y en el extranjero.

Idiomas germánicos nórdicas

Las lenguas germánicos del norte, también conocidas como lenguas escandinavas, incluyen el sueco, noruego, danés, islandés y feroés. Estas lenguas se desarrollaron a partir del nórdico antiguo, el cual se separó del germánico occidental a principios de siglo XX. A día de hoy son tan similares que los hablantes de las distintas lenguas germánicos del norte pueden entenderse relativamente bien entre ellos.

Idiomas germánicos orientales

La historia de las idiomas germánicos orientales, donde se incluía el gótico, es lamentablemente bastante trágica. Su extinción comenzó ya en el siglo IV d.C., antes de que el último representante de esta rama del lenguaje desapareciera por completo de escena en el siglo XVIII. Todo lo que ha sobrevivido a día de hoy son únicamente los primeros escritos góticos donde se explica el desarrollo del idioma alemán.

Las cifras

Alrededor de 515 millones de personas hablan un idioma germánico como lengua materna, de los cuales 370 millones hacen referencia únicamente al idioma inglés. Con alrededor de 76 millones de hablantes nativos, el alemán es el segundo idioma germánico más grande. Le sigue el holandés con casi 23 millones de hablantes.

Ahora bien, si nos centramos en el número de personas que habla una lengua germánico como segundo idioma, la cifra aumenta hasta los dos mil millones de personas.

Idiomas germánicos: similitudes

Como sucede en cualquier familia, existen semejanzas mayores y menores entre los miembros de la familia de las idiomas germánicos. Todas las idiomas germánicos tienen ciertas similitudes básicas, que se deben simplemente a que se remontan al mismo origen y, por lo tanto, son hasta cierto punto “lenguas hermanas”. Algunos hermanos son más parecidos que otros, lo que se debe a, por un lado, su proximidad geográfica y, por otro lado, a su historia en común.

Ya hemos mencionado que los idiomas escandinavos tienen mucho en común y que sus diferentes hablantes pueden entenderse bastante bien en la mayoría de los casos. El danés y el noruego escritos son casi idénticos, incluso si la pronunciación difiere significativamente. Por otro lado, los suecos y los noruegos también se llevan maravillosamente bien lingüísticamente hablando.

¿Qué pasa con las lenguas germánicos occidentales? Tomemos como ejemplo el alemán y el holandés. Estos idiomas son muy cercanos y tienen una larga historia en común: el predecesor del holandés actual fue durante mucho tiempo uno de los dialectos alemanes, lo que se refleja en el término inglés dutch. Los hablantes de alemán son capaces de entender muchas cosas en holandés, especialmente cuando lo ven escrito. Si sabes algo de alemán, seguramente puedas adivinar fácilmente qué significan vinden, slapen, antwoord o goede nacht, ¿verdad? Incluso las palabras holandesas que suenan un poco anticuadas a oídos alemanes, como podría ser slaapkamer (algo así como Schlafkammer, pero que actualmente se diría Schlafzimmer), se podrían deducir fácilmente. Por cierto, se dice que los hablantes de holandés entienden incluso mejor el alemán.

El holandés no es solo el pariente más cercano del alemán, sino también algo así como el “idioma intermedio” entre el alemán y el inglés, debido a que comparte muchas características con ambos idiomas. Además, es mucho más fácil de entender para los angloparlantes que para los alemanes. Aquí hay una pequeña comparación de los tres idiomas germánicos occidentales más grandes:

Alemán Holandés Inglés
trinken drinken drink
Wasser water water
grün groen green
besser beter better

Si prestamos atención a las otras lenguas germánicos occidentales observamos que muchas palabras siguen siendo sorprendentemente similares:

Alemán Frisón Holandés Afrikáans Inglés
zwei twa twee twee two
Sommer simmer zomer somer summer
Blume blom bloem blom flower
Apfel apel appel appel apple
Haus hûs huis huis house
alt âld oud oud old

Un momento, antes de que te pongas eufórico creyendo que si hablas uno de los idiomas germánicos occidentales puedes hablarlos todos, deberías considerar lo siguiente…

Misma ortografía no significa misma pronunciación

Sí, ese es probablemente el punto clave para el entendimiento entre familiares. En teoría, puede haber mucho en común, pero eso no significa necesariamente que se comprendan al hablar. Existen dos motivos principales: En primer lugar, además del vocabulario, también está la gramática, que ha evolucionado de manera diferente en todos los idiomas a lo largo de los siglos. Con su sistema de casos y las muchas terminaciones verbales diferentes, el alemán ha desarrollado, de lejos, la gramática más compleja de las lenguas germánicos occidentales, lo que le ha valido la reputación de ser un idioma difícil de aprender. Mientras tanto, para los hablantes de alemán, aprender la gramática inglesa u holandesa no es particularmente difícil, ya que representa una simplificación del sistema de su idioma nativo.

La segunda razón por la que otras lenguas germánicos son mucho más fáciles de entender sobre el papel que si se escuchan es el constante cambio de sonido al que están sujetas todas las lenguas del mundo. Dado que los idiomas son sistemas vivos y en constante cambio puede suceder que la pronunciación de una palabra cambie significativamente. Esto se entiende perfectamente si atendemos al inglés, donde en muchos casos la ortografía nunca se ha adaptado al cambio de idioma y, por lo tanto, no tiene nada que ver con la pronunciación (solo tienes que pensar en though [θou], tough [taf] y thought [θoht]).

¿Qué lengua germánico debo aprender?

Si has leído hasta aquí y te ha parecido interesante, tengo una buena noticia: ¡Estás preparado para aprender una lengua germánico! ¡Empieza por el alemán! Así tendrás una buena base para aprender otras idiomas germánicos con relativa facilidad. Por supuesto, todo dependerá de tu nivel de motivación para aprender idiomas.

Si quieres aprender un idioma mundial con muchos hablantes y beneficios profesionales, entonces el inglés es la opción correcta. ¿O estás buscando un desafío y quieres aprender un idioma que sea lo más difícil posible? En ese caso, puedes recurrir al danés, cuya pronunciación puede resultarte más difícil.

Este artículo se publicó originalmente en la edición en alemán de la revista de Babbel.

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