Ilustrado por Victoria Fernandez
El lenguaje casi siempre refleja a las personas y comunidades que lo utilizan para comunicarse en la vida cotidiana. Como las personas, el lenguaje cambia, se transforma y se adapta a la realidad. El mejor ejemplo son las nuevas palabras que surgen cuando los hablantes de un idioma necesitan describir nuevos fenómenos, conceptos u objetos: selfie, wifi o teléfono inteligente son buenos ejemplos. Por su parte, conceptos como la dote, el telegrama o el barco de vapor desaparecen de la vida diaria al describir algo que ya no juega un papel central en la vida moderna.
Las palabras y conceptos lingüísticos reflejan la historia cultural de una comunidad. En los últimos años hay tres palabras que han adquirido gran visibilidad en internet e incluso en los estantes de las librerías por la manera en la que reflejan la cultura de la que provienen, y que son precisamente eso, un reflejo de la manera en que una comunidad usa el lenguaje para describir su entorno, sus necesidades y sus anhelos.
Ikigai, el sentido de la vida japonés
De origen japonés, ikigai es una palabra-concepto que expresa “la razón de vivir”. Está compuesta de dos palabras iki, que significa vida, y gai, que hace referencia al valor o mérito. Si se representara en un diagrama de Venn, sería el centro de 4 factores convergentes:
- Pasión: lo que amas.
- Misión: lo que necesitas.
- Vocación: lo que se te da bien.
- Profesión: por lo que te pueden pagar.
Ikigai tiene mucho más que ver con un proceso que con un fin en sí. Hacer algo bien, de la mejor manera posible, puede dar más sentido a tu vida que el simple hecho de alcanzar una meta socialmente establecida. Esta palabra ha originado libros, discusiones y artículos alrededor del mundo, todos intentando presentar a sus lectores la mejor forma para encontrar su propio ikigai. Para los japoneses, encontrar su ikigai parece ser crucial para la longevidad y para darle sentido a su vida.
Hygge es más que solo velas y mantitas
A diferencia de ikigai, que es más un estado emocional, la palabra danesa hygge expresa un momento. Un momento que es clave para la lengua y la cultura danesas. Aun así, hygge no es lo mismo para todos, es esa sensación individual relacionada a una situación, como lo afirmaría la antropóloga danesa Jeppe Linnet, cuyo significado preciso depende muchísimo del entorno social. Básicamente, las personas con poco dinero viven el hygge de una manera muy diferente a las personas con mucho dinero. Mientras que para algunos disfrutar de un café en casa con los niños jugando alrededor es hygge, para otros podría ser una velada con vino viendo alguna obra en el teatro de Copenhague.
Hygge no es solo comodidad, sino un aspecto central de la cultura danesa y una parte importante del vocabulario danés. Por lo general todos los escenarios de hygge tienen 3 cosas en común:
- Seguridad: un entorno cómodo.
- Comunidad: gente con la que te sientes a gusto.
- Comida y bebidas.
Como ves, la palabra hygge se deja traducir muy bien a otros idiomas. Y los aspectos generales de este concepto también pueden ser transferidos a otras culturas. De ser así, ¿cómo se vería tu hygge ideal?
¿Qué significa lagom y cuál es su historia?
Lagom, al igual que las casi 40 expresiones que tienen los islandeses para describir la nieve, es una de esas palabras nórdicas por excelencia (y a diferencia de hygge es casi intraducible). Lo que dificulta la traducción de lagom no es solo el hecho de que sea un producto específico de la cultura sueca, sino también que es una medida y una sensación de valor en una sola palabra. Significa tanto “una cantidad moderada” como “la cantidad justa”. La suposición de que una cantidad moderada es la cantidad correcta está entretejida en la estructura misma de la palabra.
Lagom es esencialmente la aurea mediocritas (el dorado término medio) de Aristóteles condensada en una palabra. Es ese concepto que rechaza el exceso imprudente y la deficiencia insignificante y sostiene que el mejor valor se encuentra entre dos extremos. Lagom fomenta la moderación y el compromiso, y podría argumentar que algunos aspectos de esta filosofía han dejado rastros sutiles en todo, desde el diseño sueco, que es simple y evita los adornos, hasta la política sueca, que tradicionalmente se ha caracterizado por la negociación pragmática en lugar de la confrontación.
Lagom es una tradición que tiene sus raíces en una sociedad campesina preindustrial y su lugar en la cultura sueca del siglo XXI es un tema de debate. La actitud sueca hacia lagom es, hasta cierto punto, un divisor generacional. Más allá de ser considerado un término algo sofocante, el lagom también está perdiendo terreno debido a su vaguedad. Hace cincuenta años, cuando la sociedad sueca era más insular y homogénea, estaba más claro lo que podría considerarse “la cantidad justa”. Hoy en día, como resultado de la globalización (con la inmigración a Suecia y el aumento del número de suecos que pasan tiempo en el extranjero), existen muchas formas diferentes de ver el mundo, dificultando la posibilidad de encontrar una definición definitiva de “la cantidad correcta”.
Bonus: el gezelligheid holandés y la gemütlichkeit alemana 😌
Los holandeses y alemanes también tienen su propia palabra para definir esa sensación de bienestar y buena compañía. Los alemanes valoran muchísimo esa sensación de comodidad que da el “estar a gusto”. Por su parte, los holandeses usan gezelligheid para definir esos momentos acogedores de relajación que aportan un subidón emocional cuando los disfrutas en tu intimidad o junto a quienes más te importan.