Ilustraciones de Elena Lombardi
El italiano y el español son muy parecidos. Con total seguridad, cualquier estudiante español que aprenda el idioma italiano podrá afirmar que existen una serie de reglas y “falsos amigos” que pueden generar confusiones.
Puesto que se trata de dos idiomas diferentes, es normal que el italiano y el español no compartan algunas estructuras sintácticas y buena parte del vocabulario. Sin embargo, es curioso que algunas expresiones españolas, que no tienen sentido en el italiano estándar, coincidan con aquellas del italiano hablado en el sur del país.
Las razones de esta influencia se remontan a hace más de seiscientos años. Ya en el siglo XIV, los españoles controlaban el Reino de Sicilia y el Reino de Cerdeña . Luego, en 1503, obtuvieron la soberanía sobre el Reino de Nápoles y, en 1559, con la paz de Cateau-Cambrésis, se reconoció la hegemonía española en Italia, que duraría hasta 1713, año en el que se firmó el Tratado de Utrecht.
Inevitablemente, estos siglos de dominación hispánica tuvieron una notable influencia en el ámbito económico (en España se elevaron los impuestos, hecho que impactó a ciudades como Nápoles, Salerno y Palermo) y en el plano social, artístico y filosófico (algunas de las personalidades más célebres que vivieron en esta época fueron los napolitanos Gianlorenzo Bernini y Giordano Bruno).
El dominio español también dejó su huella notablemente en el idioma. A continuación, los casos más importantes.
Andare y avere
El equivalente italiano del español “ir” es andare. Sin embargo, andare no equivale al verbo “andar”, que tiene un significado más específico en castellano y quiere decir “ir a pie”.
El verbo español “tener” se traduce en italiano por avere. Muchos estudiantes principiantes suelen confundirlo con el verbo auxiliar “haber”, tal como se utiliza en el idioma castellano (por ejemplo, “he comido”) o, en algunos casos, para traducir c’è / ci sono, que en español es “hay”.
Sin embargo, en las regiones del sur de Italia, a menudo se puede escuchar a gente que, porque tiene familia, debe ire a lavorare (trabajar), o mejor aún, a travagghiare.
En castellano también existen los verbos “laborar” y “labrar” y normalmente se usan para indicar trabajos que tienen implicaciones morales o tareas que demandan un gran esfuerzo físico. Por ejemplo, en Argentina y Uruguay se ha acotado la palabra laburar y “labrar la tierra”, cuyo equivalente en el país de la bota es “lavorare la terra“.
El caso acusativo con preposición
En español usamos la preposición “a” con los verbos transitivos si el complemento directo se refiere a una persona; por ejemplo, decimos “llamar a Carmen” y “ver a tu hermano“. Por el contrario, el italiano estándar no incluye el uso de dicha preposición después de los verbos transitivos, cuyo uso sería incorrecto.
En algunos dialectos del sur de Italia, sin embargo, el uso de la preposición a es muy común. Si tomamos como ejemplo los verbos chiamare (llamar) y vedere (ver), encontramos el caso acusativo con preposición en frases como chiamare a Carmen (llamar a Carmen) o vedere a tuo fratello (ver a tu hermano).
Por suerte, dicho problema desaparece si el complemento directo es inanimado. En tal caso, la preposición “a” no se usa ni en el italiano estándar, ni el italiano del sur ni tampoco en el español. De este modo, en español diríamos “llamar un taxi” y “ver la tele”, y en italiano chiamare un taxi y vedere la tele.
Noialtri y voialtri
Los pronombres personales a menudo se aprenden durante las primeras horas de estudio de cualquier idioma. El italiano no es una excepción y, si quieren, pueden repetir de memoria (quizás junto a un verbo conjugado en presente) los pronombres personales: io, tu, lui/lei, noi, voi, loro.
Lei y Loro se usan en contextos formales como formas de cortesía y equivalen al uso en español de usted y ustedes. Por ejemplo, decimos “Signore, ¿come sta (Lei)?“, que es castellano sería “Señor, ¿cómo está (usted)?”.
Curiosamente, en las regiones del sur de Italia, a menudo se puede escuchar decir noialtri y voialtri, que se asemejan mucho a nuestros pronombres personales “nosotros” y “vosotros”. Si analizamos la construcción de “nosotros” y “vosotros”, podemos observar que se trata de la unión de nos y vos con otros, que en italiano es “altri“.
Un po’
En español empleamos la expresión “un poco”, que en italiano ha sido acortada en la forma “un po’“, ¡pero estad preparados para escuchar “un poco” si visitáis el sur de Italia!
El léxico
Son muchos los casos en los que el léxico español se parece mucho más a los dialectos del italiano meridional que al italiano estándar. Aquí mostramos algunos ejemplos: “arena” (en dialecto rena, en italiano sabbia), “malo/a” (en dialecto malo/a, en italiano cattivo/a), “anchoa” (en dialecto anciova, en italiano acciuga), “carnicería” (en dialecto carnizzeria, en italiano macelleria), “farsante” (en dialecto farfanti, en italiano bugiardo), “toalla” (en dialecto tovaglia, en italiano asciugamano).
Es extraño que casi nunca se señalen las diferencias lingüísticas entre el italiano del norte y el italiano del sur, y se hable de un italiano estándar fuera de las fronteras de Italia.
Estos son algunos ejemplos de los parecidos entre el español y la lengua de Petrarca. Muchos se atreven a definir a Italia y España como dos países “hermanos”, y nosotros solo podemos confirmarlo: sus historias se entrelazan, sus idiomas se asemejan y sus habitantes muestran una simpatía particular los unos con los otros.