Todo el mundo dice que los niños son los mejores estudiantes ya que aprenden sin ningún “esfuerzo consciente” y de manera completamente orgánica. Esto es cierto, pero no hay que infravalorar el modo en que aprende un adulto, especialmente cuando se trata, por ejemplo, de aprender vocabulario en inglés o cualquier otro idioma. Si los niños tardan una media de 6 años en dominar completamente un idioma, los adultos podemos adquirir una fluidez y una capacidad comunicativa satisfactoria en tan solo 12 meses.
¿Cuál es el mejor método a la hora de aprender un idioma nuevo?
Yo hablo 11 idiomas y debo decir que la clave de mi éxito ha sido combinar las ventajas de ambas formas de absorber y aprender, es decir: saber aprovechar la capacidad implícita infantil del aprendizaje y a su vez la capacidad explícita y consciente de los adultos. Si todo esto te parece complicado, a continuación te doy 5 consejos que yo mismo he puesto en práctica y me han permitido seguir aprendiendo idiomas.
1. Selección
Cuando empieces a aprender vocabulario en inglés verás que te asaltarán miles y miles de nuevas palabras y no sabrás por dónde empezar.
¿Cuáles son las palabras que realmente necesitarás aprender?
No hay que cometer el error de seguir un libro de idiomas donde se aprende el vocabulario de acuerdo a diferentes temáticas: viajes, animales, partes del cuerpo… ¿Cuándo vas a usar estas palabras en tu rutina? Seguramente, casi nunca. ¿Cuáles son sin embargo las que usarías en tu vida cotidiana? Hazte esa pregunta e intenta responderla aprendiendo las palabras que responden a tus necesidades y a tus intereses.
2. Asociación
Aprender vocabulario en inglés, especialmente aquellas palabras importantes es muy útil, pero todavía es más útil el ser capaces de usarlas en el contexto adecuado. El mecanismo de la asociación es una manera justa de hacerlo, ya que combina lo aprendido con lo que ya sabías de antes.
El cerebro lo hace de manera natural, pero además se puede fomentar. ¿En qué modo?
Simple: intenta memorizar un grupo de palabras que estés intentando aprender y, en lugar de aislarlas, conéctalas de forma que tengan sentido en un contexto que recuerdes.
Al principio podrá parecer difícil (especialmente con palabras que no tienen nada que ver contigo) pero poco a poco será un ejercicio más y ayudará mucho a mejorar tus habilidades asociativas.
3. Repaso
Hace más de un siglo, el psiquiatra alemán Hermann Ebbinghaus descubrió la considerada “curva del olvido”, esto es, la tendencia que tenemos a olvidar la información adquirida, la cual aumenta de una forma directamente proporcional al paso del tiempo.
Lo mejor para luchar contra la dichosa curva es la repetición: cuanto más repases, mayor será la consolidación de esas palabras en tu cabeza.
4. Almacenamiento
Los antiguos romanos solían decir “Verba volant sed scripta manent”: “las palabras habladas se las lleva el viento, mientras que las escritas permanecen”.
Lo que hay que hacer está claro: escribir en un papel las palabras que no quieres olvidar bajo ningún concepto. Subráyalas, escríbelas en mayúsculas o en diferentes colores, lo que sea con tal de tener una referencia escrita de lo que estamos aprendiendo.
5. Uso
Para recordar las palabras de forma eficaz y duradera solo hace falta ponerlas en práctica usándolas en conversaciones o incluso repitiéndolas en voz alta. Algunos investigadores canadienses han demostrado que es mucho más útil repetir las palabras a otra persona que a nosotros mismos.
Es importante involucrarse de manera activa y usar las palabras en algo que “tenga sentido” y que pueda ayudarnos a conseguir un objetivo determinado: tu memoria se desarrollará, hablarás de manera más fluida y potenciarás todos los mecanismos ya citados.