¿La ministro o la ministra? El género femenino en las profesiones

Aunque las mujeres han conseguido puestos importantes que antes les eran inalcanzables, en muchos casos aún falta el género femenino en las profesiones.

El lenguaje es un muy buen indicador del desarrollo de diferentes aspectos socio-culturales de cualquier país. En Babbel, hemos decidido darle un vistazo más de cerca al lenguaje del ámbito profesional y nos hemos preguntado qué está sucediendo en diferentes idiomas con el género femenino en las profesiones.

La canciller y la ministra: formas femeninas en alemán y en español

Estos idiomas no pueden ser más diferentes entre sí y aun así tienen algo en común: formas con marcas de ambos géneros para las profesiones.

  • En alemán es suficiente con agregar la terminación -in para obtener la forma femenina. Angela Merkel, la mujer más importante en la política alemana, es die Bundeskanzlerin (la canciller federal).
  • El español funciona de una manera parecida si se añade una -a a la profesión, como p. ej. en “juez/jueza”; o si se reemplaza la terminación masculina “-o” por una “-a” como en el caso de “ministro/ministra”.

Cada vez más profesiones con marcas de género femeninas han sido incluidas en las últimas reformas de la RAE. En español debemos hacer uso de las formas femeninas para referirnos a profesiones desempeñadas por mujeres: abogada, ministra, médica, ingeniera, árbitra o pilota, por poner algunos ejemplos.

El italiano y el francés: el ministro y el diputado están encinta

El debate sobre la necesidad de volver a la forma femenina, por lo menos en profesiones o títulos como “abogado”, “ministro” o “arquitecto”, no es nuevo. Han pasado ya casi 30 años desde que fueron presentadas algunas recomendaciones para un uso no sexista de la lengua italiana y solo hasta 2014 se han vuelto a reconsiderar formas femeninas con el fin de evitar encabezados periodísticos como “Il ministro: sono incinta di due gemelli” (El ministro: estoy encinta de gemelos).

Las academias de la lengua

Es interesante también la actitud de la Accademia della Crusca, órgano oficial encargado del cuidado de la lengua italiana, que no solo ha impedido un cambio, sino que incluso considera sus formas puramente masculinas como las esenciales para el desarrollo de la lengua.

Lo mismo sucede con la Académie française que está a cargo del cuidado de la lengua francesa y se opone también a la feminización de algunos términos. “Ministro” será precedido entonces por un bello Madame (primero la formalidad), pero se sigue diciendo “el ministro”, lo que en sí genera un híbrido curioso como Madame le ministre (señora el ministro). Es diferente al caso de Quebec donde el uso con género tanto masculino como femenino en las profesiones fue establecido por ley desde 1979.

Las profesiones y el género gramatical

Inglés y sueco: del debate sobre el género neutro

La neutralidad no parece ser solo una característica de los suizos, por lo menos en el ámbito lingüístico. De hecho, aquellas palabras que en inglés van precedidas por el artículo genérico the escapan de cualquier connotación de género y son por ello percibidas como neutras. Las profesiones siguen el mismo modelo, esto conlleva que the minister sea solo un título aplicable sin distinciones tanto a hombres como a mujeres.

La lengua sueca ha ido más allá. Hoy en día existen dos géneros gramaticales:

  • uno neutro y,
  • una mezcla que abarca las formas femeninas y masculinas.

Esta tendencia a la neutralización de género se aplica igualmente a las profesiones, siguiendo así el ejemplo del inglés. Para algunos casos antiguos que tenían un componente masculino o femenino muy fuerte se están creando neologismos. A pesar de sus intentos por neutralizar las profesiones, ¡sjuksköterska (enfermera) puede usarse para referirse a un enfermero!

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