Cómo salvar un idioma en peligro de extinción

No existe una única manera de hacerlo. Te invitamos a descubrir algunos de los enfoques más creativos que se están adoptando en todo el mundo para preservar las lenguas en peligro de extinción.
un pueblo donde su idioma esta en peligro de extinción

Los idiomas mueren a un ritmo alarmante. Según el promedio, se estima que cada dos semanas desaparece un idioma. De los aproximadamente 7000 idiomas que todavía se hablan hoy en día, la publicación Ethnologue enumera que alrededor de 3000 se encuentran en peligro de extinción. Si las cosas continúan como hasta ahora, en las próximas décadas pueden desaparecer gran cantidad de idiomas a medida que vayan desapareciendo su hablantes nativos y se lleven sus culturas e historias con ellos. Esta realidad hace plantearnos la siguiente pregunta: ¿cómo salvamos las lenguas en peligro de extinción?

Hay innumerables maneras de responder a esta cuestión. El primer paso para muchas comunidades es asegurarse de que el idioma se conserve a través de la documentación. Puesto que seguramente haya habido un último hablante de algún idioma que haya muerto sin dejar constancia de cómo hablaba, nunca sabremos con certeza el número de lenguas que ya han desaparecido de la Tierra. Sin embargo, los idiomas también pueden morir estando documentados. Un idioma muerto es aquel que ya no tiene hablantes nativos, aunque las personas aún puedan entenderlo (como es el caso del latín). Un idioma que ya nadie puede entender se considera extinto. Entonces, incluso si documentamos un idioma, eso no significa que no pueda estar en peligro.

Una forma de mantener vivo una lengua es exigir su enseñanza en las escuelas. Esta también puede ser una excelente manera de garantizar su supervivencia continua a través de las generaciones futuras, pero este método no siempre es suficiente. La gramática y el vocabulario son solo un aspecto de la vida de un idioma. Que un idioma esté vivo implica mucho más.

Afortunadamente, hay personas en todo el mundo que encuentran un camino creativo de revivir las lenguas en peligro de extinción. A continuación, te presentamos algunas de las formas más curiosas que las personas usan para hablar idiomas en peligro de extinción.

Primer método: a través de la música

La música es una pieza central de nuestra vida diaria. Forma parte de nuestro entretenimiento, emoción, comunicación y más. Sin embargo, a pesar de que tengamos esto claro, a veces parece que se subestima la importancia de la música para la cultura humana. La música ha documentado nuestra vida y nuestras leyendas durante la totalidad de la historia registrada. Por tanto, no sorprende que muchas personas acudan a la música para promover el uso de idiomas en peligro de extinción.

Un ejemplo de esto es el garífuna, un idioma hablado por menos de 100 000 personas en América Central, particularmente en Honduras. El idioma lo habla el pueblo garinagu, una comunidad afro-indígena que se formó en el siglo XVIII después de que un grupo de africanos occidentales llegara a San Vicente y se uniera al pueblo indígena de los arahuacos. Más tarde, fueron expulsados de la isla por los invasores coloniales británicos, pero esta comunidad ha logrado sobrevivir hasta el día de hoy.

La interacción del lenguaje y la música ha jugado un papel importante en la supervivencia continua del pueblo garinagu. El éxito reside en la interpretación de canciones y bailes tradicionales, como el yankunu, que se creó hace cientos de años para satirizar a los colonos británicos. Sin embargo, otro aspecto importante es hacer música nueva que atraiga la atención de personas que quizás no tengan interés en el idioma. Existe un género musical llamado punta rock que combina la percusión tradicional del pueblo garinagu con un sonido moderno. Grupos, como The Garifuna Collective, dedican giras mundiales a hacer correr la voz, nunca mejor dicho.

La música por sí sola probablemente no sea suficiente para mantener vivo un idioma, pero es una forma divertida de infundir energía creativa en el objetivo más amplio de la preservación. El garífuna está lejos de ser el único idioma que se usa en la música. Ahora se está interpretando y grabando música en gaélico, yiddish y muchos otros idiomas, con canciones tanto tradicionales como nuevas. Bien se trate de alguien que tenga como objetivo específico promover un idioma en peligro de extinción o un músico que quiera abrazar sus raíces cantando canciones en un idioma relacionado con su ascendencia, la música amplía la larga historia cultural de estos idiomas.

Segundo método: a través del cine

Ya hemos dedicado un artículo a personas que usan películas y televisión para preservar los idiomas. Esto incluye tanto filmar a hablantes nativos del idioma a modo de documental como hacer trabajos creativos con un guion. Ambos son esenciales para garantizar que los idiomas sobrevivan durante generaciones  próximas.

Las películas grabadas en idiomas amenazados por la extinción están teniendo muy buena acogida en los últimos años. Disney, por ejemplo, creó una versión hawaiana de su película animada Vaiana y distribuyó la película de forma gratuita a las escuelas de Hawái para promover el idioma en peligro de extinción. Es cierto que esto es, por un lado, un acto comercial, pero por otro lado, es también un acto de cuidado lingüístico que contribuye a que los jóvenes se entusiasmen con otros idiomas.

Más importante que los éxitos de taquilla ocasionales de gran presupuesto, es el trabajo de pequeños cineastas que optan por utilizar lenguas en peligro de extinción en sus películas. Cada vez se están creando más películas que presentan lenguas indígenas americanas. Algo que de primeras puede generar cierta problemática: garantizar que el idioma se traduzca correctamente, representar con precisión a los hablantes del idioma de la cultura o trabajar en estrecha colaboración con las comunidades. Pero si toto se trata con el cuidado adecuado se pueden producir excelentes obras de arte. 

La película SGaawaay K’uuna (Edge of the Knife) utilizó en gran parte talento indígena para llevar a la pantalla la lengua haida, en peligro crítico de extinción, debido a que tiene menos de 20 hablantes. La película se inició cuando los ancianos tribales pensaron que sería una buena manera de entusiasmar a los jóvenes con el idioma. Incluso si las películas por sí solas no pueden salvar un idioma, pueden revitalizarlo sacándolo del contexto del aula y obligando a los espectadores a ofrecer una mirada más profunda.

Tercer método: abrazando la era digital

Internet ha sido un arma de doble filo para las lenguas en peligro de extinción. Por un lado, ha sido elogiado por muchos porque permite que personas de todo el mundo entren en contacto de una manera que antes era impensable. Así, los hablantes de lenguas en peligro de extinción ya no están limitados por la geografía. Aunque por otro lado, Internet está repleto de inglés. La mayoría del contenido online existe en un único idioma. Si a eso le sumas el hecho de que incluso las mejores herramientas de traducción tienden a descuidar los idiomas en peligro de extinción, quizás Internet no sea la utopía políglota que una vez se imaginó. Aun así, no se puede subestimar su influencia, y especialmente si prestamos atención a los jóvenes, que utilizan los espacios digitales para innovar con idiomas en peligro de extinción.

Un idioma que se usa de esta manera es el islandés. Este idioma es hablado por aproximadamente 300 000 personas y casi todos sus hablantes viven en Islandia. El idioma ha existido durante cientos de años, pero ha pasado a estar en declive en las últimas décadas. La mayor amenaza es el dominio cultural del inglés, que poco a poco se ha ido apoderando de la isla. Esto se debe en gran parte a la industria turística masiva de Islandia, aunque también las personas nativas del país se están encontrando con más inglés en su vida cotidiana al conectarse a Internet.

Un posible camino para luchar contra el inglés es afianzar el islandés y rechazar cualquier cambio en él. Puede tener sentido que, para que el islandés siga siendo relevante, deba defenderse de las influencias externas. En la práctica, sin embargo, esto ha significado que el idioma no puede reaccionar a los cambios en el mundo. Entonces, la solución podría ser encontrar el equilibrio adecuado entre, a un extremo, preservar el islandés puro y, al otro extremo, cambiar completamente al inglés.

En el pódcast Far Flung, un grupo de jóvenes hablantes de islandés cuenta sus propias experiencias al cambiar de código entre inglés e islandés. El consenso fue que había ciertos temas para los que el islandés simplemente no tenía palabras, por ejemplo, hablar de raza e identidades LGBTQ, por lo que recurren al inglés en muchos casos. Los jóvenes tienen que adoptar la jerga inglesa o inventar sus propios términos para comunicarse en islandés, especialmente cuando están conectados online. Si bien algunos han dicho que esto es “arruinar el idioma”, de la misma manera que los adolescentes de todo el mundo están “arruinando” sus idiomas con la jerga; se trata, en realidad, de un proceso vital para el islandés. 

Si un idioma no evoluciona o cambia en absoluto, los jóvenes se verán obligados a buscar alternativas para comunicarse de una manera efectiva. Si se aceptan los cambios lingüísticos acelerados por la era digital en lugar de rechazarlos, existe una mayor posibilidad de que estos idiomas en peligro de extinción se mantengan culturalmente fuertes. Revivir un idioma en peligro de extinción no es algo que suceda de la noche a la mañana y puede alargase en generaciones. Cada nueva solución creativa no funcionará por sí sola, sino que todas ellas juntas pueden presentar la rica diversidad de idiomas en todo el planeta a innumerables hablantes nuevos.

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