La historia del inglés en sus propias palabras

La historia del idioma inglés es un apasionante viaje en el tiempo. Y merece la pena embarcarse en él.
La historia del inglés en sus propias palabras

¿Alguna vez te has preguntado por qué el inglés de las personas de Newcastle tiene un sospechoso sonido escandinavo? ¿O por qué el inglés comparte tantos cognados con otros idiomas? Si sientes curiosidad por saber cómo tomó forma este rebelde idioma, ¡continúa leyendo!

Cuanto más te aproximes al origen de las palabras inglesas, tanto más claro verás cuán intrincada es la historia de este extraño idioma.

Considera, por ejemplo, la palabra inglesa «jacket» y compárala con la palabra alemana Jacke. ¿Ves algún parecido? Puesto que el inglés es una lengua germánica, sería razonable suponer que «jacket» proviene de Jacke. Pero no es así, y tampoco a la inversa, porque tanto los alemanes como los ingleses tomaron su Jacke y su «jacket» del francés antiguo: jaquet.

Pero ¿cómo una lengua germánica obtuvo esta y otras palabras del francés? ¿Y por qué la ortografía inglesa es tan inconsistente? Aquí encontrarás una guía detallada de la historia del idioma inglés.

Período preliminar al inglés: a gobful of common crumpet

«Pero por favor», sé que vas a preguntar, «¿en qué idioma se vestían los británicos antes de que aparecieran las “jackets” inglesas?». Pues bien, durante la Edad de Hierro y la época del Imperio romano, los celtas británicos hablaban britónico común, del que nacieron el galés, el córnico, el bretón y el cúmbrico (solo el galés y el bretón subsistieron).

El latín se sumó a esta mezcla cuando los romanos aparecieron en Britania. Pero después del año 400 d.C., cuando el Imperio romano de Occidente comenzó a colapsar, los romanos abandonaron tanto a los cultivados celtas como sus lenguas para luchar, sin éxito, contra por los paganos anglosajones. Aparte de algunos nombres de ciudades, quedan muy pocos rastros de la lengua britónica (o celta britónica tardía) en el inglés moderno. Entre ellos se encuentran las palabras hubbub, peat, crock, crumpet, y gob, pero dada la escasez de registros escritos se trata básicamente de conjeturas.

Siglos V a XI: ǷILCUME on þā Engliscan Ƿikipǣdie!

¿Sabías que existe una versión de Wikipedia en inglés antiguo? Es de presumir que no muchas personas la consultan, ya que este inglés no se habla desde hace unos mil años.

El inglés antiguo es, de hecho, el anglosajón, que se habló en algunas regiones de Escocia y en toda Inglaterra desde principios de la Edad Media hasta la invasión normanda en 1066. Originalmente su escritura se sirvió del alfabeto de runas germánicas conocido como futhorc. Este fue reemplazado poco a poco por el alfabeto latino cuando los misioneros comenzaron a cristianizar las islas británicas. No obstante, a pesar del alfabeto latino, a un angloparlante de hoy le resulta muy difícil entender el inglés antiguo.

Sin embargo, una frase como «My brother is strong and swift» sigue siendo esencialmente eald English (inglés antiguo), ya que «brother» proviene de brodor, «strong» de strang y «swift» simplemente de swift. Se presume que alrededor del 90 % de las 1000 palabras más usadas en inglés provienen del inglés antiguo, incluidos los días de la semana, los números y otros vocablos básicos como «dog» (docga), «house» (hus) y «twilight» “(twéoneléoht). Curiosamente, la palabra uhtcearu, que significa «ansiedad previa al amanecer”, dejó de usarse. 

Invasiones vikingas: they, angry, bag…

¿Y qué sucedió después? Pues bien, de los cuatro dialectos principales del inglés antiguo —merciano, northumbrio, kéntico y sajón occidental—, el merciano se impuso sobre los demás. Luego también, a partir del siglo VIII, las invasiones vikingas trajeron consigo el nórdico antiguo, lo que abrió las puertas a unas 2000 palabras nuevas. Los escandinavos nos regalaron palabras como anger, bag, leg, sky, window y el más fluido de los pronombres, they.

También nos hicieron un gran favor al simplificar la gramática del inglés, que era excesivamente compleja (y similar a la del alemán moderno). Desde que los escandinavos se asentaron en la región de Danelaw —un área muy extensa en el norte y el este de Inglaterra—, los casos gramaticales comenzaron a desaparecer, al igual que el género de los sustantivos y su concordancia en los adjetivos (el único adjetivo con género que sobrevivió hasta hoy es blond/blonde). También es probable que los escandinavos, al separar las unidades verbales con prefijo del inglés antiguo –como forbærnan (to burn up)–, hayan acelerado el desarrollo de los verbos compuestos del inglés.

La historia del inglés
Ilustraciones de Mariusz Lewczyk

Siglo XI: vanguardia de la nouvelle cuisine

El siguiente gran acontecimiento fue la conquista normanda. Esta tuvo un efecto vanguardista, ya que los invasores francófonos produjeron toda una innovación lingüística. Junto con el nórdico, el anglonormando concluyó la transformación del inglés antiguo en inglés medio. La nueva clase dominante introdujo alrededor de 10 000 palabras nuevas relacionadas con la ley, el gobierno, los asuntos militares, la religión, la cuisine y la haute couture. ¡La mayoría de ellas se sigue usando hasta hoy!

El inglés antiguo, de flexión abundante, era una lengua sintética, pero a medida que se abandonaron las terminaciones gramaticales surgió el inglés medio como un idioma analítico: la ortografía, el uso de mayúsculas, la puntuación y otros aspectos comenzaron a estandarizarse durante este período. Alrededor del año 1200 se constata la incursión del artículo definido þe, que más tarde, debido a las imprentas continentales, se escribiría ye, y finalmente adoptaría su forma actual: the.

Siglo XVI: Thine own sophisticated hose

Al avanzar hasta el siglo XVI nos encontramos finalmente con el gran florecimiento del inglés moderno temprano. Un sinnúmero de términos del latín y el griego, como democratic, enthusiasm, juvenile y sophisticated, llegaron al inglés durante el Renacimiento. Esta es también la época en que Mr. Shakespeare y compañía llevaban jubones y «hose» (hoos/Hosen en holandés y alemán), ese tipo de pantalón que hoy describiríamos como bombacho. Además dejaron plasmadas algunas de las frases más memorables del inglés. En la tercera escena del Primer Acto de Hamlet, por ejemplo, Polonio aconseja a Laertes:

  • This above all: to thine ownself be true,
  • And it must follow, as the night the day,
  • Thou canst not then be false to any man.

Como puedes ver, el inglés moderno temprano es bastante fácil de entender, aun cuando Shakespeare estuviese escribiendo de forma estilizada. Pero también hay diferencias claras: el pronombre «ownself» no es muy usual en el presente (salvo en ciertas regiones de los Estados Unidos y el Caribe), los pronombres de segunda persona thou, thee, thine/thy se han simplificado a «you» y «yours», y las arcaicas formas canst, shouldst, wouldst, etc. han perdido su terminación germánica -st.

Durante los siglos XV y XVI tuvo lugar aquel cambio radical conocido como el gran desplazamiento vocálico. Este produjo una modificación sustancial en la pronunciación de las vocales largas, mientras que la ortografía no sufrió cambios. Para empeorar las cosas, los holgazanes ingleses también comenzaron a omitir ciertas consonantes al hablar… Todo esto explica por qué el inglés escrito y el hablado tienen una conexión tan débil.

Posteriormente, en 1755, Samuel Johnson publicó su famoso Dictionary of the English Language. Fue la última pincelada: ¡había nacido el inglés moderno! Bueno, más o menos. A lo largo del tiempo varios académicos pedantes se han propuesto lograr la estandarización de la ortografía, el uso y la gramática, con diferentes grados de sensatez, sensibilidad y éxito. Sin embargo, la diferencia entre el inglés moderno y el actual reside esencialmente en el vocabulario.

El inglés actual: Wetin Dey ‘appen?

Como cualquier idioma vivo, el inglés continúa evolucionando. El colonialismo británico lo envió a todos los rincones del mundo, de donde surgieron el inglés creole y otras variedades que siguen dinamizando el idioma hasta hoy. Basta con que salgas a caminar por el sur de Londres para que oigas cómo el inglés de Jamaica, la India y África Occidental se mezcla con el viejo y moderado acento del sur de Inglaterra (conocido como Estuary English). Tampoco deberá sorprenderte si, en un mercado en el Japón, un vendedor te pregunta «How much you speak, papa-san?» para que le reveles cuánto quieres pagar. O si un colega de África Occidental te saluda con un «Wetin dey‘ appen?» (What’s happening?).

La BBC incluso ha lanzado un servicio en Nigeria, Ghana, Guinea Ecuatorial y Camerún para los millones de personas que hablan el inglés pidgin propio de África Occidental. Existen cuando menos 25 formas reconocidas de inglés pidgin, y a medida que se establecen como lenguas creole, más y más son las variedades de inglés que florecen en el mundo. Aún está por ver cómo evolucionan estas lenguas: si se convierten en idiomas independientes o se fusionan en una forma predominante e «internacional». Pero sea que digas «I no no» o «I don’t know», todo forma parte de la historia siempre cambiante del inglés.

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Samuel Dowd

Samuel Dowd pasó sus años de formación entre Reino Unido e Irlanda. Se graduó en Escultura y en Filosofía y Artes Temporales y trabaja como artista, cineasta, jardinero, escritor y, en Babbel, como redactor para inglés británico. Su pasión por todo aquello experimental (sea arquitectura o agricultura ecológica, pasando por la música y la poesia en varios idiomas) lo ha llevado a viajar por medio mundo. Vivió en Finlandia, Nueva Zelanda, Austria y Croacia antes de establecerse en Berlín en 2013. Ha traducido muchas obras literarias raras y maravillosas al inglés. Su nuevo desafío es aguantar la respiración bajo el agua sin pensar nada en ningún idioma el mayor tiempo posible.

Samuel Dowd pasó sus años de formación entre Reino Unido e Irlanda. Se graduó en Escultura y en Filosofía y Artes Temporales y trabaja como artista, cineasta, jardinero, escritor y, en Babbel, como redactor para inglés británico. Su pasión por todo aquello experimental (sea arquitectura o agricultura ecológica, pasando por la música y la poesia en varios idiomas) lo ha llevado a viajar por medio mundo. Vivió en Finlandia, Nueva Zelanda, Austria y Croacia antes de establecerse en Berlín en 2013. Ha traducido muchas obras literarias raras y maravillosas al inglés. Su nuevo desafío es aguantar la respiración bajo el agua sin pensar nada en ningún idioma el mayor tiempo posible.