¿Palabras como “ciudadanos” se pueden considerar como lenguaje sexista?

¿Qué es el lenguaje sexista? ¿Hay maneras de evitarlo? Sigue leyendo.
lenguaje sexista

En comparación con otros idiomas (en su mayoría europeos), el vocabulario en inglés no tiene mucho género; por ejemplo, a diferencia de las lenguas romances, no es necesario hacer acuerdos de género cada vez que se usa un adjetivo. Pero, en realidad ningún idioma está libre del lenguaje de género: a pesar de que el español ha sabido ajustar bastante el lenguaje y que el inglés no tiene género gramatical, todavía existen muchas palabras que indican género y son consideradas sexistas por algunas personas.

El problema con las palabras de género 

En el caso del idioma inglés muchas de ellas pertenecen a trabajos (fireman, policeman, postman, chairman), a las que se suman otros vocablos como “humanidad” (mankind), que hace uso, o proviene en el caso del idioma español, de la palabra “hombre” para referirse a ambos sexos. Analicemos un poco más el idioma anglosajón: la mayoría de las palabras de género incluyen la palabra man, con algunas excepciones para profesiones como actor/actress y steward/stewardess (aunque hoy en día se usa más el término flight attendant).

Pero, ¿integrar la palabra “hombre” hace que estas palabras sean intrínsecamente sexistas? Pues sí. El sexismo implícito es bastante obvio en las palabras inglesas que incluyen “man” para describir profesiones (como fireman o chairman), puesto que sugieren inherentemente que estos roles están dirigidos a los hombres, no a las mujeres.

Por supuesto, hay equivalentes feminizados, como firewoman (usado con poca frecuencia) y chairwoman, aunque no son la mejor solución. En parte, esto se debe a que todavía tienen un género y, por tanto, se mantiene el mismo problema de inclusión, aunque al revés. Además, carecen de un plural que englobe a ambos términos, lo que hace que describir al grupo de profesionales como firemen y firewomen (en español “bomberos y bomberas”) sea tedioso. Una solución sería escoger una de las dos formas, pero excluye a uno de los géneros por completo. 

¿Con qué deberíamos reemplazar los sustantivos de género?

Afortunadamente, la solución se encuentra en los términos neutrales al género como “el profesorado”, en lugar de “los profesores” o “la ciudadanía”, para evitar el uso de “los ciudadanos”. Estas palabras, además incluyen a personas que no se ajustan al género. Y lo mejor de todo es que no son polémicas. Aunque existan algunas personas que puedan quejarse sobre el uso de “la dirección” en sustitución a “el director”, por ser una especie de ingeniería social feminista, en realidad, solo se están alineando algunos valores atípicos con el resto del idioma. 

Dejando de lado las profesiones, existen otras palabras de género tanto en inglés como en español que merecen especial atención. Es el caso de “humanidad” o mankind.  Estos también son ejemplos de lenguaje sexista, por razones bastante obvias: una palabra como “humanidad” parece vincular la existencia humana con la existencia masculina.  Sin embargo, debido a que este término es más abstracto, la situación se torna ambigua y, por tanto, su relación con el sexismo puede generar reacciones violentas.

Una respuesta mixta al lenguaje de género neutral

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, lo aprendió a base de un error. En una reunión en 2018, corrigió a una mujer de la audiencia por usar el término “humanidad”.  

“Preferimos usar ‘gente’ (peoplekind), no necesariamente ‘humanidad’, porque es más inclusivo”, dijo. 

Esto provocó críticas e incluso cierta indignación, en particular de los más conservadores, que dijeron que el lenguaje de Trudeau estaba “lleno de santurronería virtuosa y ensalzamiento propio”, así como de “señalización de virtudes”. Para hacer justicia, también llegaron muchas críticas desde el otro lado, que acusaron a Trudeau de mansplaining (machoexplicar, en español) a la mujer en la audiencia, aunque a la mayoría no parecía disgustarles la palabra peoplekind.

Trudeau afirmó más tarde que su frase fue una broma de mal gusto, y si bien esto podría haber sido una excusa, se convirtió en una posibilidad, si se considera el contexto más amplio del comentario. En cualquier caso, la broma desencadenó fuertes respuestas en todo el espectro, sentando un precedente para futuros debates sobre género neutral. 

Pero, ¿cómo llegaron a existir palabras como humanidad?

Si bien es difícil argumentar que una palabra como fireman no es sexista (porque obviamente hay bomberos que no son hombres), existen algunos argumentos más coherentes de por qué mankind podría no ser una palabra sexista. 

Estos argumentos se basan principalmente en la historia lingüística. En el predecesor anglosajón del inglés moderno, “mann” era un término más neutral en cuanto al género. Esa palabra era un autohipónimo, como explicó el lingüista de la Universidad de Pensilvania Anthony Koch, es decir “una palabra que puede significar tanto un miembro de una categoría como un miembro de una de sus subcategorías”.  

Los autohipónimos se utilizan comúnmente para los animales. Por ejemplo, “zorro” es un hipónimo en el sentido de que se refiere a cualquier animal dentro de esa especie, frente a “zorra”, que solo se refiere a las zorras hembras. 

“Mankind” se deriva de la palabra anglosajona “mann-cynn” (aunque la ortografía podría variar). De esta manera, el argumento se centra en que “mann” era neutral, al referirse a las personas más que a los hombres como género y, por tanto, “mann-cynn” también lo es. (En cuanto a esto, vale la pena señalar que los lingüistas no están de acuerdo sobre si “mann” era verdaderamente neutral en cuanto al género, ya que sus connotaciones históricas no son claras). 

Por supuesto, hay un gran defecto en este razonamiento: los idiomas evolucionan con el tiempo y los significados cambian. “Mann” (y su sucesor en inglés, “man”) puede haberse referido a los humanos en general en el pasado, pero en el uso actual, “man” se refiere casi exclusivamente a un género. Algo parecido sucede en el español: la palabra “humanidad” proviene de “hombre”, que también se usaba de manera generalizada. En definitiva, las palabras construidas a partir de “man” u “hombre” heredan algunas de sus connotaciones de género. 

El futuro del lenguaje de género 

Trudeau se equivocó con una alternativa torpe e inventada (usó peoplekind, que no existe), pero en inglés existen otros sinónimos como humanity o people.  

En el idioma español, el uso de “humanidad” ya es la alternativa, puesto que antes era común leer, por ejemplo, “un invento del hombre”. De todas formas, no hay que olvidar su origen etimológico resultado de una sociedad androcéntrica. Actualmente el uso de esta palabra no es ofensivo, pero el lenguaje es rico para buscar alternativas.

El lenguaje sexista es uno de los muchos temas sobre los que se debate actualmente. Entérate de más en la revista de Babbel:

  1. Los idiomas femeninos
  2. Cómo los latinxs lideran la resistencia contra la discriminación de género en el lenguaje
  3. Por qué Babbel enseña una lengua inclusiva

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