Se cree que el origen de esta lengua se remonta a por lo menos 2000 años antes de nuestra era en la región suroeste de Norteamérica, lo que son actualmente los estados de Nevada, Utah y Colorado. Durante milenios y en diferentes períodos, esta lengua se fue expandiendo por distintas regiones de México y, con la expansión de la dominante civilización azteca, se extendió por Centroamérica y fue adoptada por los pueblos sometidos.
El náhuatl clásico fue la lengua de comunicación por excelencia, considerada como la variante culta y elegante, el idioma de la ciencia, el arte y la religión. A pesar de que la conquista impuso el español como primera lengua, el náhuatl sobrevivió y pudo ser divulgado gracias a que fue utilizado como la lengua de las alianzas y la evangelización.
En la actualidad existen siete millones de hablantes de lenguas indígenas en México, ubicados en gran parte del centro, la costa del golfo y el Pacífico, así como en el Salvador y Nicaragua. De estos, casi una cuarta parte son hablantes de náhuatl con 30 variantes dialectales muy diferentes tanto en su en su estructura fonológica y su vocabulario, como en su historia. El idioma de los nahua se ha convertido en la lengua nativa con el mayor número de hablantes bilingües que existe.
Un poco de gramática
El náhuatl es una lengua flexible caracterizada por el uso de afijos, sufijos y prefijos para su derivación y flexión. Así, una palabra está compuesta por una raíz y uno o más morfemas gramaticales que le permite formar conceptos nuevos. Un detalle importante es la diferenciación que se hace entre sustantivos animados e inanimados, lo que se expone claramente en los singulares y los plurales.
Algunos sufijos que se tienen para los sustantivos en singular son: tl, tli, li, n o en su defecto ninguno. Por ejemplo:
Cihuatl: mujer
Nantli: madre
Mixton: gato
Tlaxcalli: tortilla
Tepozcahuayo: bicicleta
Para formar el plural se elimina el sufijo y se añade la partícula meh, pero esta regla solo se aplica para personas y animales, los objetos no tienen variación y quedan de la siguiente manera:
Ciuameh: mujeres
Nanmeh: madres
Mixtomeh: gatos
Tlaxcalli: tortillas
Tepoxcahuayo: bicicletas
Para expresar objetos incontables se antepone el adverbio de cantidad miak, que significa ‘mucho’, como en:
Miak xali: arena
Miak potli: humo
El náhuatl actual es una lengua dinámica que posee adjetivos, adverbios, verbos con sus respectivas conjugaciones, figuras retóricas y todo lo necesario para comunicar realidades en cualquier contexto, con léxicos amplios que varían de región a región dependiendo de las condiciones espaciales, sociales y culturales donde se habla.
Nahuatlismos: palabras en español que provienen del náhuatl
Una gran multitud de palabras que usan hoy en día los hispanohablantes derivan del idioma de los aztecas. De la A a la Z, el náhuatl está presente en nuestro vocabulario:
Ahucatl – aguacate
Tlalcacahuatl – cacahuate
Cacahuatl – cacao
Coyotl – coyote
Chapolin – chapulín
Chictli – chicle
Koyotl – coyote
Pozolatl – chocolate
Xihtomatl – jitomate
Ahucamolli – guacamole
Quauhcalli – guacal
Macuahuitl – macana
Malacatl – malacate
Metlatl – metate
Mexcalix – mezcal
Mulli – mole
Molinia – molinillo
Nenetl – nene
Mopalli – nopal
Ocelotl – ocelote
Petlacalli – petaca
Petlatl – petate
Pozolatl – pozole
Tlahco – taco
Tamalli – tamal
Tizatl – tiza o gis
Tomatl – tomate
Totopochtic – totopo
Tzapotl – zapote o sapote
Debido a su contacto con la lengua indígena, el español mexicano se ha nutrido de muchos vocablos del náhuatl que no existen en otros países de habla hispana. Se dice que alrededor de 4000 palabras que usan los mexicanos en la gastronomía, el hogar o la trivialidad son herencia del náhuatl. El siguiente grupo lo confirma:
ahuehuete, apapachar, atole, chamaco, chiles, chilaquiles, chipote, choya, comal, cuate, escuincle, esquite, guaje, guajolote, itacate, jícara, mapache, mecate, molcajete, mixtote, papalote, popote, pulque, quesadilla, tequila , tianguis, zacate.
Toponimia
Los nombres asignados a la gran mayoría de territorios en México provienen del náhuatl. Muchos de ellos hacen referencia a una característica sobresaliente del lugar y han sido adaptados al español mediante cambios ortográficos como la acentuación. Algunos topónimos son:
Oaxaca, Michoacán, Tehuantepec, Culiacán, Michoacán, Acapulco, Guajaca, Iztacalco o Cuajimalpa, entre muchos otros.
Existen algunos topónimos mixtos, una mezcla entre el español y el náhuatl debido a la evangelización en tiempos de la colonización, a los cuales se les antepuso el nombre de algún santo, como en Santa Martha Acatitla o en Santiago Coatzingo.
Una característica importante, y algo para no perder de vista, es la presencia de sufijos que indican una cualidad específica del lugar al que nombran. Algunos de estos sufijos son:
Tlan: lugar de o entre. Kuikatlan: lugar de los cantos.
Tepek: lugar del cerro de. Chiltepek: lugar del cerro de los chiles.
Pan: lugar en o sobre. Xalpan: lugar en la arena.
La influencia de esta lengua es innegable, no solo en el español, sino en muchas otras lenguas. Cultura y lengua náhuatl: todo un legado por preservar.
¿Te encanta leer curiosidades sobre los idiomas? Echa un vistazo a los siguientes artículos: