Ilustrado por Chaim Garcia
Si planeas ir a la universidad, tendrás que tomar algunas decisiones importantes que no se limitan a responder preguntas como: “¿Qué carrera debo estudiar?” o “¿Cuál es la mejor universidad? “. Muy probablemente, la cuestión principal será saber cuánto te va a costar estudiar ese pregrado, máster o doctorado que llevas queriendo hacer desde hace meses.
Para nadie es un secreto que ir a la universidad es, en algunos casos, un lujo, pues puede no estar al alcance de todos los bolsillos. Dependiendo del sector, del tipo de universidad, de su reputación y de la competencia del mercado, el precio de una carrera puede ser mucho más alto que el de una propiedad en un área lujosa de alguna ciudad. Citando a Coco Chanel te digo que “No pierdas el tiempo golpeando una pared, esperando que se convierta en una puerta”. Si no quieres acumular préstamos impagables para poder estudiar, a menos de que goces de una posición muy privilegiada, ¿has considerado estudiar en el extranjero?
Aunque no lo parezca, estudiar en otro país es una manera de evitar deudas, aumentar tus oportunidades laborales, disfrutar de una mejor calidad de vida como estudiante y experimentar una cultura extranjera. En la era de las tarifas educativas impagables, estudiar fuera es una opción cada vez más atractiva para aquellos que quieren hacer una carrera sin tener que preocuparse por las deudas a futuro.
Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia y Austria ofrecen educación superior gratuita. En Francia la educación no es completamente gratis, pero sí es más económica que en Estados Unidos o en Inglaterra. Europa es ciertamente un continente con mucho potencial educativo, especialmente si consideras los programas de intercambio cultural como Au Pair o la flexibilidad de algunos trabajos que facilitan el balance de la vida estudiantil y ayudan a los jóvenes a cubrir sus gastos de subsistencia.
Aunque algunos programas de maestría y un creciente número de pregrados (como los programas de “International Studies”) están en inglés, para gozar del beneficio de estudiar gratis en el extranjero, en la mayoría de casos se te exigirá que hables el idioma local. La mayoría de las universidades y dependiendo del programa, piden un nivel intermedio (B1 – B2). Esto quiere decir que es muy probable que puedas tener conversaciones básicas, pero no que desarrolles argumentos complejos. Muchas de las universidades en estos países ofrecen cursos de idiomas para ayudar a los estudiantes a prepararse para las demandas lingüísticas de la universidad.
Alemania
Cada vez son más los jóvenes interesados en estudiar en Alemania y la verdad es que no es de extrañar. Desde octubre de 2014 las universidades públicas alemanas no cobran por la educación de estudiantes locales o internacionales. Alemania es reconocida como un líder mundial, como una de las economías más fuertes de Europa y como un epicentro para la ingeniería y el desarrollo tecnológico que cuenta, además, con muchos puestos de trabajo.
Su sistema de Ausbildung, una especie de pasantía en la que estudias y trabajas en una empresa, es una manera práctica de especializarse en un área determinada. El alemán no es necesariamente el idioma más fácil de aprender, pero la verdad es que una vez lo manejas te puede abrir muchas puertas. Las ciudades alemanas son asequibles y animadas, el nivel de vida es alto y los estudiantes gozan de ciertos beneficios y descuentos. Y no te olvides de Austria, que también proporciona muchos beneficios.
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Escandinavia
Los países escandinavos también ofrecen excelentes oportunidades de estudio. Hacer una licenciatura en Noruega no cuesta nada, incluso si eres un estudiante internacional y aunque la vida puede ser algo cara allí, es fácil obtener ayuda financiera para los gastos de subsistencia. Las universidades suecas y danesas son gratuitas para los ciudadanos europeos; de hecho, si eres danés, el gobierno te paga para que vayas a la universidad.
Finlandia es un país reconocido mundialmente por su sistema educativo y estudiar allí es completamente gratis, aunque desde el 2017 una reforma tributaria obliga a los estudiantes extranjeros a pagar una tarifa nominal.
Francia
El francés es un idioma popular entre los hispanohablantes (o al menos en comparación con el finés o el noruego) y Francia también es un destino atractivo para quienes quieren estudiar en el extranjero. Las tarifas de las universidades públicas son asequibles. Si bien es cierto que París es una ciudad muy costosa, la oferta universitaria en Francia va más allá de la capital del amor, te recomiendo que consideres ciudades universitarias como Nantes, Montpellier, Toulouse y Grenoble.
Ahora bien, si no has eliminado la idea de estudiar en el extranjero pero no crees que estudiar en francés, sueco o alemán sea lo tuyo, te aconsejo que le des una oportunidad, no hay mejor manera de aprender un idioma que sumergirse en él: vivir en él, aprender en él y absorberlo en el día a día. Cuando te rodees del idioma y vivas en él, lo hablarás mucho más rápido de lo que piensas. Y si comienzas a aprenderlo desde antes, ya tendrás una ventaja antes de llegar.
Finalmente, si crees que no estás en una etapa de la vida en la que abandonar tu país sea la mejor opción, créeme, no te arrepentirás. Estudiar fuera es una aventura que hay que vivir y que es más fácil de llevar a cabo cuando aún no te has establecido. ¿Por qué no intentarlo ahora? Solo saldrán cosas buenas de ello, aprenderás un nuevo idioma, abrirás tu mente y tendrás una nueva perspectiva del mundo, un título universitario que no solo te enorgullecerá a ti sino también a tu familia y lo mejor, ¡sin deudas innecesarias!