Aprender un idioma no siempre es fácil, pero puede convertirse en algo más light si recuerdas estos trucos sobre cómo aprenderlo. Para un hispanohablante, por ejemplo, aprender italiano o alemán serán dos experiencias completamente diferentes. Por su cercanía y raíces comunes con el español, aprender italiano, portugués o francés debería ser mucho más fácil. A continuación, te presento algunos consejos para quienes quieran aprender uno de los idiomas parecidos al español.
1. Aprovéchate de las raíces léxicas
Muchas palabras importantes tienen raíces similares en idiomas que se asemejan. La raíz es la parte de la palabra a la que se le añaden los prefijos y los sufijos –con una raíz es posible construir varias palabras diferentes–. En español, por ejemplo, la palabra “pan” contiene la raíz con la que se forman palabras como “panadero”, “panadería” y “empanar”, entre otras.
En italiano, la palabra “pane” es bastante parecida y las palabras que derivan de ella también: “panettiere”, “panificio” e “impanare” son palabras que recordaremos fácilmente si tenemos en cuenta las anteriores mencionadas. ¡Son casi las mismas palabras!
Si quieres aprender italiano, ponle mucha atención a la construcción de las palabras y recuerda los prefijos y sufijos más comunes en vez de memorizar palabras una a una.
2. Identifica a tus amigos (y olvídate de los falsos)
El hecho de que quieras aprender algún idioma parecido al español ya es una ventaja. Para seguir con el ejemplo del español/italiano, vamos a ver algunas palabras básicas: similar/similare, tres/tre, frío/freddo, pez/pesce, inglés/inglese. Los parecidos son tan obvios que muchos hispanohablantes creen que pueden hablar italiano (o portugués) sin siquiera haberlo estudiado, lo cual, desafortunadamente, no es cierto.
De todas formas, cuando se trata de idiomas, no todos los amigos son buenos y verdaderos. Hay que aprender a discernir los buenos amigos (palabras que son iguales o similares y que tienen significados parecidos) de los falsos amigos (palabras que son iguales o similares y que tienen significados completamente diferentes).
Algunos false friends en español e italiano son, por ejemplo:
- calcio (en italiano, fútbol)
- aceto (significa vinagre)
- gamba (pierna)
- largo (ancho)
El hecho de que una palabra igual o muy parecida a otra en tu idioma tenga un significado completamente diferente hará que, solo por la gracia, sea muy fácil de recordar.
3. Aprovéchate de las estructuras gramaticales parecidas al español
La gramática es algo específico y particular de cada idioma, pero hay algunas estructuras gramaticales que harán que un idioma extranjero suene mucho más familiar que otros.
Veamos, por ejemplo, los sustantivos compuestos. En inglés y alemán el sustantivo “fuerte” se encuentra en la segunda posición, mientras que en italiano y español sucede lo contrario.
- Inglés: sofa bed
- Alemán: Schlafsofa
- Italiano: divano letto
- Spanish: sofá cama
Algo similar ocurre con la posición en la que se encuentran los adjetivos: en inglés y alemán se ponen antes del sustantivo. En español e italiano, generalmente se ponen después.
- Inglés: the blue sky
- Alemán: der blaue Himmel
- Italiano: il cielo blu
- Spanish: el cielo azul
En inglés, por ejemplo, “blow” es soplar, pero si le añades un “up” despues, se convierte en estallar. El verbo alemán “sagen” significa decir, pero si le añadimos un “ab” al principio, se convierte en cancelar. No hace falta ser nativo en estos idiomas para entender estas estructuras, pero seguro que ayuda.
4. Empápate de los sonidos parecidos
Para hablar un idioma es necesario saber pronunciar sus sonidos. Los fonemas siempre cambian de un idioma a otro, pero, como con el resto, siempre serán más similares en idiomas que se parezcan entre ellos. Para una persona cuya lengua materna sea el inglés, será más fácil de comprender (y de repetir) los fonemas del alemán, en vez de los del chino. Para un hispanoparlante será más fácil reproducir los fonemas del italiano que del alemán.
En líneas generales, los idiomas que se parecen al español siempre son más fáciles de pronunciar, al menos a la hora de atreverse a empezar a hablar y quitarse el miedo del principio. Intenta repetir palabras en portugués, italiano o francés. Luego prueba con el alemán. Después con el chino. ¿Cuál ha sido el más difícil?
5. Entrena tu cerebro para que relacione ideas según el contexto
Bueno, cuando hayas completado las primeras lecciones, seguramente ya habrás entendido ese nuevo idioma suficientemente bien (después de todo, es un idioma parecido al tuyo). Ahora ha llegado el momento de ver una película en ese idioma sin subtítulos (o con subtítulos en el idioma que estés aprendiendo). Todo va bien hasta que aparecen palabras que aún no has aprendido. ¡Que no cunda el pánico!
Intenta hacer buen uso de los consejos mencionados y pronto te darás cuenta de que los primos del español, que al principio parecían muy complejos y diferentes, son mucho más fáciles de aprender de lo que pensabas.