¿Cuáles son los 10 idiomas más díficiles de aprender para los hispanohablantes?

Si estás en busca de un nuevo desafío, puedes intentar aprender un idioma difícil. Estos diez son los más complicados para los hispanoparlantes.
Una mujer decidida cruzando un puente estrecho y difícil que representa la experiencia detrás de los idiomas más difíciles de aprender para los hispanohablantes.

Algunos idiomas son similares al español en cuanto a la ortografía, la gramática o la pronunciación, lo que facilita su aprendizaje para los hispanoparlantes. Sin embargo, otros son muy diferentes y tienen pocas similitudes (o ninguna), lo que los hace más difíciles. Aunque algunos idiomas pueden ser difíciles y tomar más tiempo, no es imposible aprenderlos. Con los métodos adecuados, la motivación y el compromiso necesario, es posible hablar con fluidez. Estos son los 10 idiomas más difíciles de aprender para los hispanoparlantes. Curiosamente, uno de ellos es el más difícil del mundo.

El idioma más dificíl del mundo

Chino mandarín

Aunque el chino mandarín es el idioma más hablado del mundo, también es el más difícil. A diferencia del español, no tiene un alfabeto propio, sino un sistema logográfico con miles de símbolos que representan significados en lugar de sonidos.

Además, el mandarín es tonal, lo que quiere decir que utiliza cuatro tonos diferentes: ascendente, descendente, ascendente-descendente y plano. El tono cambia el significado de las palabras. Por ejemplo, “ma” puede significar “madre”, “caballo” o “insulto” según el tono. Elegir y usar el tono correcto es fundamental para dominar el mandarín, y es la parte más difícil de su aprendizaje.

Los otros idiomas más difíciles de aprender para los hispanoparlantes

Alemán

Lo primero que puedes pensar sobre la dificultad del alemán son sus palabras largas. El alemán puede parecer intimidante para los hispanoparlantes al principio. Además, tiene palabras compuestas (es decir, que están formadas por dos o más palabras juntas). Es común encontrar más consonantes que vocales, lo que requiere mucha práctica en la pronunciación. Y tiene muchas palabras que pueden confundir al estudiante, como der, die, das, den, dem y des, todas las cuales significan “el”.

En cuanto a la gramática, hay tres géneros: masculino, femenino y neutro, lo que dificulta adivinar el género de las palabras. Los sustantivos alemanes tienen género y pueden cambiar según cuatro casos: nominativo, acusativo, dativo y genitivo.

Ruso

El ruso utiliza el alfabeto cirílico, que incluye 33 letras, 6 más que el alfabeto español. Aunque algunas letras parecen familiares, no tienen el mismo sonido. Por ejemplo, la letra “B” en cirílico suena como “V”. Las palabras rusas suelen tener más consonantes juntas que vocales, lo que dificulta la pronunciación.

Además, el verbo “ser” se omite en el tiempo presente, lo que complica la formación de enunciados básicos. El ruso también tiene seis casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, instrumental y preposicional, lo que es más que el español. Cuando domines la pronunciación del alfabeto cirílico, será más fácil distinguirlo del alfabeto español y mejorar tu pronunciación.

Japonés

El japonés es desafiante para los hispanoparlantes debido a sus tres sistemas de escritura completamente diferentes (kanji, hiragana y katakana). A diferencia del alfabeto latino, los caracteres kanji representan palabras o conceptos completos, y es necesario memorizar miles de símbolos.

Además, la gramática japonesa tiene varias diferencias importantes, como la estructura sujeto-objeto-verbo (SOV), a diferencia del orden sujeto-verbo-objeto (SVO) que se utiliza en español. Este idioma también utiliza partículas para indicar relaciones gramaticales, las cuales no tienen un equivalente directo en español. Por último, el japonés tiene varios niveles de cortesía, lo que requiere que los estudiantes ajusten su manera de hablar según el contexto social.

Coreano

El coreano es desafiante para los hispanoparlantes, principalmente debido a su sistema de escritura único (Hangul), que consiste en 24 letras (14 consonantes y 10 vocales) que forman bloques silábicos, a diferencia de la estructura lineal del alfabeto en latín.

La gramática coreana presenta un orden sujeto-objeto-verbo (SOV), que es diferente al orden sujeto-verbo-objeto (SVO) utilizado en español. Este idioma también utiliza partículas para indicar relaciones gramaticales, las cuales no tienen equivalentes directos en español. Además, el coreano tiene un sistema complejo de honoríficos y niveles de habla, lo que requiere que los estudiantes ajusten su manera de hablar según la jerarquía social.

Y no olvidemos la pronunciación, que también puede ser un poco difícil debido a los sonidos que no existen en español, como las consonantes tensas “ㄲ” (kk) y “ㅆ” (ss).

Thailandés

El tailandés se considera como un idioma tonal, al igual que el chino mandarín. Este idioma tiene los siguientes 5 tonos: bajo, medio, alto, descendente y ascendente, y una sola palabra puede tener varios significados diferentes según el tono. Por ejemplo, la palabra tailandesa “mai” puede significar nuevo, madera o no.

Para los hispanoparlantes, puede ser una sorpresa que el idioma tailandés incluya 44 consonantes y 28 vocales. El alfabeto tailandés es particularmente complejo, pues cuenta con cinco letras “k” distintas y seis letras “t” únicas. Además, las vocales tailandesas pueden aparecer como letras independientes o como marcas diacríticas alrededor de las consonantes. Esta complejidad hace que la lectura y la ortografía en tailandés sean un desafío importante para quienes hablan español.

Árabe

Aunque hay una gran influencia árabe en el español, pues alrededor de 4000 palabras en español provienen del árabe, este idioma se considera como uno de los más difíciles de aprender.

El árabe es un idioma donde el género se maneja de forma diferente al español. En árabe, la construcción de las frases varía según el género del hablante y del oyente. Su escritura es cursiva (es decir, las letras están unidas) e incluye 28 consonantes, tres vocales cortas y tres vocales largas. Las vocales largas están representadas por tres letras específicas, mientras que las vocales cortas generalmente no se escriben. Además, la forma de cada letra cambia dependiendo de su posición en una palabra (inicio, medio o final).

Checo

El checo es un idioma eslavo, lo que implica que tiene varias diferencias importantes con el español debido a sus distintas familias lingüísticas. Una diferencia clave es que el checo tiene más consonantes y combinaciones de ellas en palabras comunes que vocales, lo que requiere mucha práctica de pronunciación para los hispanoparlantes.

En cuanto a la gramática, el checo tiene siete casos de sustantivos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, locativo e instrumental, los cuales determinan cómo se escriben, especialmente las terminaciones. Además, hay 14 agrupaciones de sustantivos basadas en género, vocales y consonantes. El uso y la ortografía de los sustantivos no son tan fáciles como parece, ya que requieren memorización.

Hindi

Dado que el hindi y el español provienen de las familias indo-arias e indo-europeas, no hay tantas similitudes en el vocabulario.

El hindi utiliza el alfabeto Devanagari, que es completamente diferente al alfabeto latino utilizado en el español, por lo que los estudiantes deben dominar 48 nuevos caracteres y nuevas fonéticas, incluyendo las consonantes retroflexas y los sonidos aspirados. En cuanto a la gramática, el hindi sigue un orden sujeto-objeto-verbo, a diferencia del orden sujeto-verbo-objeto que es común en español. Por último, el idioma requiere el uso de diferentes formalidades según el estatus social y la relación entre los hablantes.

Turco

El turco es un idioma aglutinante, lo que significa que forma palabras y expresa relaciones gramaticales mediante la adición de prefijos y sufijos a una palabra base. Esto no existe en el español.

También encontrarás nuevas fonéticas en vocales que no tienen equivalentes en español, por lo que es indispensable practicar mucho la pronunciación en este idioma. En cuanto a la gramática, el turco sigue un orden sujeto-objeto-verbo y tiene seis casos gramaticales: nominativo, acusativo, genitivo, dativo, locativo y ablativo.

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